Bryan W. Van Norden es un experto reconocido en filosofía china, con varios libros publicados al respecto. También es el propietario de un canal de YouTube donde había publicado docenas de videoconferencias "que cubrían la filosofía china desde Confucio hasta Xi Jinping". Hasta que, hace unos días, de buenas a primeras, YouTube eliminó el canal sin previo aviso… junto con todo su contenido (del que Van Norden carecía de copias de seguridad).
Su caso se ha viralizado en Twitter gracias, sobre todo, a que ofrece un ejemplo de la kafkiana política de YouTube basada en penalizaciones automatizadas. Él mismo destaca lo "difícil" que resulta "obtener respuestas detalladas de una persona real en YouTube". Pero empecemos por el principio…
El bot pescadilla que se muerde la cola
"Subí una serie de clips de una película de 1934 —"Java Head"— que es históricamente importante porque es una de las primeras películas sobre un matrimonio interracial y está protagonizada por la primera gran actriz chino-estadounidense, Anna May Wong".
"La película es casi imposible de encontrar, ya sea online o en DVD, así que quise poner a disposición de mis alumnos algunos clips seleccionados. Subí los clips el año pasado y han estado en mi canal durante meses sin ninguna advertencia de YouTube sobre posibles problemas…".
Pero entonces entró en juego LeakId, que se vende como "la compañía antipiratería" y promete en su web "detectar y desindexar el 99.8% de las copias pirateadas, en todas partes, permanentemente".
También es conocida entre los creadores de contenidos de YouTube por 'disparar a todo lo que se mueva', remitiendo al portal de vídeos numerosas reclamaciones falsas de copyright, todo ello de manera automatizada. De modo que el bot de LeakID interpuso una reclamación por cada 'clip' de 'Java Head' que detectó en su canal.
"Cuando recibe un aviso de derechos de autor, recibe una advertencia. Sin embargo, debido a que tenía más de tres clips de 'Java Head', inmediatamente recibí más de tres avisos. De modo que, sin avisarme, un bot interno de YouTube cerró mi canal y borró mi contenido".
Pero bueno, las reclamaciones pueden ser contraargumentadas por los youtubers, ¿no? Van Norden no debería haber tenido ningún problema para justificar que estaba dando un uso pedagógico al material de la película. En teoría. Pero, para lograr eso, debía iniciar sesión en su canal… cosa que no podía hacer porque el canal ya no existía.
"Encontré direcciones de correo electrónico para apelar directamente a YouTube y Google: YouTube dijo que no tenía una respuesta legítima a las advertencias de derechos de autor, y Google dijo que no podían ayudarme porque mi cuenta había sido eliminada y no se podía restaurar".
Seriously, @YouTube? There are some serious design issues with your system that are a) not hard to fix, b) disproportionately punish creative individuals, and c) support abuse that is fairly easy to predict and prevent in your design! (1/2) https://t.co/j4tKpGJYmW
— therealcaro (@therealcaro) June 8, 2022
"Los videos estaban dispuestos en orden histórico con tarjetas de referencias cruzadas y habían sido utilizados y elogiados por personas de todo el mundo", explicó tras conocer la noticia.
En un tuit sintetizaba muy bien el sentimiento del sinsentido de tener que lidiar con bots automatizados para explicar algo que cualquier humano podría entender (y el potencial destructivo de dejar la decisión final en sus manos):
"Todas mis conferencias quedaron eliminadas porque un bot negligente le dijo a otro bot negligente que las eliminase".
"Comparto mi historia de terror para que otros sepan lo que puede pasar si confías en que YouTube y Google usen el sentido común y salvaguarden responsablemente tu material audiovisual".
Un error de base, una confusión prolongada y un final feliz
Por supuesto, muchos usuarios le han hecho ver, de buenas maneras, que quizá lo irresponsable fue confiar su material audiovisual a Google (o a cualquier otro proveedor de alojamiento de archivos, por otro lado). Por supuesto, rivales de YouTube defensores de una política anticensura, como Odysee, no dejaron pasar la oportunidad de criticar las acciones del portal de Google.
Mientras tanto, YouTube reaccionaba a la viralización de la historia en Twitter contactando en la red social con Van Norden, aunque parecían no enterarse muy bien de lo ocurrido y/o estar aplicando todavía el manual en modo automático:
Por fortuna, Van Norden parece haber logrado hacer suficiente ruido como para que, de un día para otro, YouTube decidiera restaurar el canal con todo su contenido (excepto los clips reclamandos por LeakID), a pesar de sus afirmaciones previas de que el canal no era recuperable.
Lo último que sabemos por ahora de Van Norden es que estaba haciendo una copia de seguridad de sus vídeos. Puedes ver sus vídeos aquí, si te interesa.
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