Mucho hemos oído hablar del IoT, el Internet de las cosas - del inglés, Internet of Things - que, según los expertos, será pieza clave en el futuro de la tecnología. Inversiones millonarias y previsiones milmillonarias que tienen como punto en común un factor interesante: buscan el bien común de la sociedad.
Entre las diferentes vías de desarrollo del IoT está el hacernos la vida más fácil e incluso, en algunos casos, llegar a salvar vidas a través de la tecnología que cientos de laboratorios, empresas y compañías expertas están desarrollando. Una evolución que ha sido tremendamente significativa durante los últimos años y de la que hablaremos a continuación.
Un mercado de 6.2 billones de dólares en 2025
El mundo de los sensores lleva años en movimiento, y desde luego no es una completa novedad. Desde la revolución de la informática allá por los 70 y 80 han existido múltiples proyectos en los que los propios usuarios son los grandes beneficiados de la tecnología, como en el caso de la tecnología aplicada a la salud.
Sin embargo, en los 90 y sobre todo en los años más recientes, con el nuevo siglo, la miniaturización ha sido clave para la llegada de nuevas ideas e invenciones. Una reducción en el tamaño que se ha visto acompañada por un mantenimiento en las capacidades de cómputo: ahora los ordenadores son más pequeños que los de hace unos años, pero tienen el mismo potencial y capacidad de proceso. Los sensores, la ‘otra parte’ de esta tecnología, también se ha abaratado e igualmente miniaturizado. El resultado, un boom de los sistemas con capacidades de leer y procesar datos del entorno.
La inmensa mayoría de sistemas de IoT requieren de conectividad con un dispositivo, digamos, ‘central’, que coordina, gestiona y ordena las diferentes operaciones. Los smartphones son otro elemento clave sobre todo en el ámbito más doméstico, pues son considerados el centro de conectividad de la sociedad. Hace diez años parecía ciencia-ficción, pero la realidad es que hoy en día casi todos tenemos un smartphone en nuestro bolsillo, y por tanto, casi todos tenemos esas capacidades de conectividad demandadas por el mercado tecnológico.
Si continuamos hablando de tendencias, algunos estudios que aseguran que el precio de los sensores continuará descendiendo durante los próximos años (0,50 dólares por sensor en la actualidad; 0,38 dólares en el año 2020), y que el mercado global se disparará: moverá 117.000 millones de dólares en 2020, que serán 6.2 billones en 2025. Quinientas treinta veces más, en sólo cinco años.
La evolución observada por el mercado IoT está siendo impresionante desde el punto de vista tanto del usuario como de la economía que mueve, que en 2015 se estima ha tenido un crecimiento del 19% y que en 2017 duplicará las cifras conseguidas en 2013, de 42.200 millones de dólares.
La tendencia es que (casi) todo termine conectado
Los avances e innovaciones tecnológicas en el campo de la salud suceden más lentos a como ocurre en otros sectores, algo lógico teniendo en cuenta que no pueden existir errores de ningún tipo
En la actualidad, los principales movimientos en el mercado del IoT los está realizando el mundo de la automoción: muchos vehículos disponen de redes de sensores que, conectadas con un computador, añaden nuevas funcionalidades, tales como detección de peatones o de vehículos alrededor del nuestro, e incluso algunos aparcan solos gracias a toda esta información recopilada por los sensores. En un futuro no tan lejano se dice que el vehículo pasará a ser completamente autónomo, pues hay muchas compañías que están actualmente desarrollando este tipo de tecnología en la que el IoT será clave.
Pero no sólo vehículos, ya sean estos domésticos o profesionales. El mundo de la agricultura se está beneficiando enormemente de esta tecnología con el uso de sensores de humedad que activan los riegos automáticos, o el mundo de las ciudades que muchos definen como smartcities, y que se caracterizan por plagar de sensores parques, contenedores, farolas o muchos más elementos urbanísticos para optimizar el uso de estos elementos.
Empezábamos este artículo hablando del IoT como medio para salvar vidas. Si bien es cierto que no es el campo más avanzado y desarrollado de todos los del IoT, sí es en el que más empeño están poniendo muchas compañías, pues al fin y al cabo el ser humano busca en la evolución tecnológica una forma de mejorar la salud.
Los avances e innovaciones tecnológicas en el campo de la salud suceden más lentos a como ocurre en otros sectores, algo lógico teniendo en cuenta que no pueden existir errores de ningún tipo. En un campo de remolacha puede permitirse un problema en el conteo o en el sensor de la humedad; en un sensor de ritmo cardiaco un error puede ser fatal.
Teniendo esto siempre en mente, los avances existen y algunos de ellos incluso pueden comprarse. Muchas empresas, laboratorios de investigación y también diseñadores a nivel particular han puesto en el mercado algunos productos que enumeramos y describiremos a continuación, y que en todo caso son sólo una muestra de los cientos que existen en la actualidad.
Algunos ejemplos de IoT centrado en la salud
Todos conocemos los gadgets que monitorizan algunos rasgos de nuestra salud: pulseras cuantificadoras o smartwatches permiten leer nuestro movimiento, actividad y, en algunos casos, también nuestro ritmo cardiaco. Se conectan con nuestro smartphone y registran toda la información. Mimo va en esa línea, pero con un toque diferente: es la tecnología IoT aplicada a bebés.
Un body de bebé que incluye todos los sensores necesarios para medir temperatura, ritmo cardiaco y actividad
Un body de bebé que incluye todos los sensores necesarios para medir temperatura, ritmo cardiaco y actividad, conectándose a una pequeña tortuga que añade la conectividad para conectarlo con nuestro teléfono inteligente o tableta para llevar un registro. ¿Duerme bien? ¿Descansa correctamente? ¿Ha sucedido algún cambio en sus hábitos? Mimo es un proyecto real que puedes comprar en su página web por unos 200 dólares el kit más básico.
Una enfermedad que millones de personas padecen es la diabetes, y cuya implementación a nivel IoT es factible y real. Tanto como que una startup berlinesa, llamada Insulin Angel, se ha puesto manos a la obra con la creación de un producto que permite monitorizar la temperatura de la insulina en cada momento, informando al teléfono inteligente de nuestro bolsillo cuando alcanza un entorno crítico o incluso también cuando nos la olvidamos.
Insulin Angel permite monitorizar la temperatura de la insulina, informando al teléfono cuando alcanza un entorno crítico o incluso también cuando nos la olvidamos
Insulin Angel es un primer proyecto relacionado con la diabetes, pero no el único. En el futuro, a medida que avance esta tecnología, lo previsible es que lleguemos a tener sensores directamente conectados con nuestro cuerpo y con un pequeño depósito de insulina que, automáticamente, administran la dosis adecuada.
En tercer y último lugar tenemos el caso de Kenneth Shinozuka, un adolescente japonés que presentó en el TEDYouth de noviembre de 2014 el invento al que había llegado tras conocer el diagnóstico de Alzheimer de su abuelo.
Kenneth observó que durante varias noches, su abuelo se levantaba de la cama y salía de la casa, llegando a perderse en múltiples ocasiones. Su genial invención consiste en unos calcetines con un sensor de presión que cuando detectan que el abuelo se levanta, envían una notificación a un tutor o familiar para que esté alerta. Las pruebas piloto de Kenneth con su familiar han conseguido detectar 900 casos en un año con una tasa de éxito del 100%, y actualmente se encuentra en una segunda fase de pruebas y puesta del producto en el mercado.
MediaTek LinkIt
MediaTek tiene disponible LinkIt, su plataforma para el IoT. Compuesta por una parte software (SDK) y otra hardware (HDK), el conjunto permite que cualquier idea pueda pasar de estar en nuestras mentes a ser un producto real y tangible.
Para realizar esta tarea proporcionan una API con un planteamiento similar a la que ofrece la de la conocida plataforma Arduino, y que se comunica con los SoCs específicos que MediaTek ha diseñado pensando en el IoT: el MediaTek MT2502 ‘Aster’, con soporte para conectividad GSM y GPRS, Bluetooth 2.1 y 4.0, WiFi, GPS u otras tecnologías. Es, según el fabricante, el chip comercial más pequeño del mercado, ocupando una superficie de sólo 33,48 mm^2 en base a un rectángulo de 5,4x6,2 milímetros.
También ponen a disposición de los makers el LinkIt Connect 7681, un adaptador basado en el SoC MT7681 que añade conectividad Wi-Fi de forma sencilla para crear todo tipo de funcionalidades conectadas con el mundo del IoT: bombillas, enchufes u otros adaptadores para que sean conectados con smartphones, aplicaciones en la nube o de redes domésticas. De forma parecida, LinkIt Assist 2502 trabaja en la misma línea para proporcionar conectividad a dispositivos de tipo wearable, estando compuesto por una parte hardware (basado en el SoC MT2502 'Aster', y también con módulos con conectividad GSM/GPRS, Bluetooth 4.0, WiFi y GPS) y software (SDK compatible con Eclipse y una API basada en C).
El objetivo de la plataforma de productos MediaTek LinkIt es ponerles las cosas fáciles a los makers y a los creadores e inventores. Para ello, consideran que LinkIt One será la plataforma definitiva al proponer todos los componentes necesarios para el desarrollo del producto: desde el hardware necesario, las API de conexión o las placas de desarrollo que, diseñadas por MediaTek, permiten ampliar las funcionalidades.
Si deseas conocer más sobre esta plataforma, puedes consultar la web de MediaTek donde encontrarás toda la información oficial, incluyendo un apartado para registrarse y acceder a toda la documentación de LinkIt.
Fotos | Pixabay