Qué tiempos aquellos en los que Netflix llegó a nuestras vidas y por un módico precio nos ofrecía interminables horas de entretenimiento. Después llegaron otras plataformas competidoras que nos hicieron más difícil decidir (ante un presupuesto limitado), pero también el fin de compartir cuentas, las cancelaciones, anuncios, las subidas de precios...
Vamos, una guerra del streaming con competencia feroz donde ya se vislumbra el fin, habida cuenta que por un lado Netflix ha salido airosa tras el malestar inicial por su cambio de política respecto a las cuentas, marcando además un camino que están siguiendo otros servicios, el de la búsqueda de la rentabilidad. Pero esa guerra parece estar llegando a su fin gracias a las licencias.
Previously in tu tele
Sin ánimo de detenernos demasiado en analizar las causas y sí en un de dónde venimos y hacia dónde vamos, a partir de 2019 los servicios de streaming comenzaron a proliferar: Prime Vídeo de Amazon, las diferentes mutaciones de HBO Max de Warner, Apple TV+, Hulu y Disney+ de Disney. Todas llegaron a nuestra smart TV con contenidos propios y diferenciales para seducir a potenciales usuarios y usuarias. Pero esta práctica es algo muy caro: que se lo digan a Amazon, rompiendo récords con 'El Señor de los Anillos: Anillos de poder' y 'Citadel'.
Antes y después de la pandemia. Durante unos cuantos meses estuvimos en casa sí o sí y nuestro entretenimiento se volcó en el streaming, lo que posibilitó un crecimiento acelerado en audiencias y suscripciones. Es lo que tiene no poder salir de casa e invertir en otros hobbies. Pero no hay mal que cien años dure y volvimos a salir y las plataformas de streaming lo notaron. Desde entonces, prácticamente todas han sacado la tijera para limitar el gasto y subir los ingresos. Entramos en la era de tratar de diferenciarse con el pie puesto en el freno.
Benditas licencias ajenas: fue el principio. Puede ser el fin
El fenómeno de las licencias ajenas no es nuevo ni mucho menos. Sin ir más lejos, gracias a ellas Netflix consiguió engordar su catálogo con series icónicas como 'Cobra Kai'. Pero desde hace unos meses apunta sin remilgos a la competencia y ya ha sacado la chequera con HBO y producciones como 'Band of Brothers', también con 'Yellowstone' de Paramount (emitida en España en SkyShowtime). Recientemente se ha atrevido a tocar a la puerta de Disney y títulos míticos de sus canales como 'Anatomía de Grey', 'Aquellos maravillosos años', 'Cómo conocí a vuestra madre', 'Perdidos' o 'Prison Break'.
Después de un complicado 2022 donde Netflix sufrió una sangría de bajas, la plataforma ha encauzado el camino, las altas y sus precios parecen haber amortiguado las bajas y a finales 2023 cotizaba en bolsa a niveles de la pandemia. según Variety. 2024 apunta a ser un año crítico (otro más): su gran éxito del año anterior fue la licencia 'Suits', lo que lleva a pensar en la imperiosa necesidad de contenido propio, ¿o no?
Hay series como 'Stranger things' o 'El juego del calamar' que han causado furor y eso nos lleva a pensar en que hace falta una gran producción propia exitosa, pero igual Netflix no piensa lo mismo. Hace unas semanas Ted Sarandos sacaba pecho del rendimiento de 'Suits' pese a no ser suya, porque al final, más que una cuestión de crear contenido, sigue siendo un tema de influencia: Netflix quiere ser la favorita del público.
¿Y qué quiere el público? Muchas cosas, por pedir que no quede. Pero una de ellas es el fin de la atomización, es decir, no tener que estar pendiente de qué plataforma tiene qué: al principio de los tiempos del streaming, Netflix era lo único y por eso, lo tenía todo. El escenario apunta a acercarse a esos inicios y eso puede ser el fin de la guerra del streaming. No es que Netflix vaya a comprarlo todo (para eso hace falta mucho dinero e influencia), pero sí para decantar la balanza lo suficiente.
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