Spoilers del capítulo 1x01 de "Scorpion". Leer con precaución.
La ficción, tanto literaria como cinematográfica como televisiva, siempre se ha nutrido e inspirado en profesiones o profesionales. Médicos, abogados o policías son protagonistas habituales de las series de televisión desde el principio de los tiempos y poco a poco las "nuevas" profesiones como la informática se están haciendo su hueco. Precursores fueron Moss y Roy, los inclasificables y ultra-nerds protagonistas de "Los Informáticos". Luego, poco a poco, en procedimentales o series de acción se fueron incorporando personajes con habilidades para hardware o el software, la mayoría de las veces sin abandonar ese rollo friki como el carismatico Flinkman de "Alias". Finalmente llegaron las series puramente de subgénero informático tanto en clave de comedia como "Silicon Valley" o de drama histórico como "Halt and Catch Fire".
Pero a la par de que este subgénero cada vez está más en boga, los personajes informáticos, hackers o developers han dejado de ser el secundario gracioso en propuestas de otros géneros para convertirse en los protagonistas. Es el caso, por ejemplo, del Señor Finch de la fantástica "Person of Interest" (un huidizo genio del desarrollo que crea para el gobierno una inteligencia artificial capaz de predecir crímenes) o del que nos ocupa hoy, Walter O'Brien, el protagonista de "Scorpion", uno de los estrenos de esta temporada 2014/15 de la poderosa CBS.
El hacker es la estrella
Seamos serios, "Scorpion" es una típica serie procedimental de acción con equipo característico rayando con lo borderline de calidad regular/escasa y que no merecería más de un par de párrafos de nuestros primos de ¡Vaya Tele!. Pero a nosotros nos interesa por una razón: el amigo O'Brien es todo un genio del software que siendo un niño consigue entrar en la red de la NSA desde un pueblo perdido de la campiña irlandesa, uno de los nuestros pero más inteligente... que no listo, porque luego la vida no le va demasiado bien y se gana la ídem arreglando wifis de comercios del área metropolitana de Los Ángeles mientras intenta hacer algo grande con sus complicados amigos: un genio matemático muy maniático, una experta en mecánica con malas pulgas y un teórico del comportamiento con problemas con el juego.
En estas estamos cuando aparece la NSA con un problema de los gordos: han hackeado el sistema de LaX (el aeropuerto de Los Ángeles, que hay que explicarlo todo), no hay comunicación entre las torres y los aviones y poco a poco estos van a caer como moscas. El tráfico de Los Ángeles hace que el variopinto grupo no pueda llegar al aeropuerto y montan el chiringuito en una cafetería donde Walter había arreglado el wifi esa misma mañana. Allí Walter hace su magia y llega a una conclusión que se ve que se le escapó a toda la gente de LaX y de la NSA (sueldos regalados): si el sistema está corrupto debido al hackeo, pues recuperamos un backup del sistema y p'alante.
Sin embargo se ve que en LaX están de recortes y ratean con los backups: se hace uno cada día pero borra el anterior... y queda apenas un cuarto de hora para que la tarea programada se ejecute. Como llamar al servicio técnico del hosting nunca soluciona nada (esto si que es realista) y los servidores están cerca, deciden ir en persona y sacar el disco duro mediante la magia del teórico del comportamiento (no todo el protagonismo se lo va a llevar el hacker, ¿no?). Exitazo sobre la bocina pero el amigo pone el disco junto a los altavoces del coche en el camino de vuelta, se desimanta, se corrompe y no se puede utilizar para re-subir el sistema de LaX.
La cosa se pone muy fea, los cazas ya se disponen a derribar los aviones antes de que estos caigan en cualquier sitio y el fracaso es inminente... pero esto es primetime de la televisión americana y una idea se enciende en la cabeza rizada de O'Brien: los aviones tienen que tener una copia no corrupta del sistema. Dicho y hecho, coge un coche, a la camarera random con hijo problemático de la cafetería (porque es bien sabido que los informáticos no conducimos), se dirige a un aeródromo y entonces llega...
La subida a producción a más loca de la historia
Todos hemos tenido subidas a producción locas pero no creo que haya nadie que haya tenido ningún despliegue que implique un Ferrari, un Boeing 747, una camarera, un piloto de avión negro y cachas, cable de red ultra largo y ultra resistente y velocidades de transmisión locas, locas... pero mejor lo veis, que mis escasas dotes literarias no le hacen justicia.
Luego, la gente ve estas cosas, se piensan que por ser de estos tipos que escriben código y saben de ordenadores, somos los amos del cotarro y quieren que les arreglemos el frigorífico, la tele, la Thermomix, que hagamos el nuevo Facebook en un par de tardes o que les saquemos las castañas del fuego en una crisis internacional. Y mira, no. Mejor que vuelvan Moss y Roy, que a tipos de esos nadie les pide favores.
Pd: yo seguiré viendo la serie por ver si aumentan el nivel y tal, soy un sufridor, que queréis que os diga.