Este post va dirigido a aquellos que en su perfil de consumidores de software deciden subcontratar el desarrollo de una aplicación a medida de manera que lleve su análisis, programación y posterior mantenimiento. Inicialmente parece una idea atractiva para no tener personal especializado y no tener preocupaciones adicionales a tu negocio.
Cuando algo se subcontrata algo así normalmente se da plena confianza a la empresa que te va a desarrollar el software. Como desarrollar una aplicación requiere pasar al ordenador una serie de comportamientos de tus empleados, se cuentan intereses, a veces incluso secretos, se cuentan estrategias y en general se cuenta prácticamente todo para que te lo automaticen.
No solo eso. Si no se tiene cuidado, la empresa proveedora del servicio tiene acceso a la información más importante que dispones: facturas, productos, precios, proveedores, volumen de negocio, etc. De una manera u otra, tu proveedor de software conoce perfectamente como te va ya que gestiona la aplicación donde apuntas todo.
Pues bien, es muy importante tener estos datos algo protegidos frente a miradas cotillas teniendo un informático que se encargue de la ejecución final o proteger tus intereses mediante clausulas legales.
No es el primer caso que me hayan contado que cuando menos se lo espera, la empresa proveedora pertenece a un grupo empresarial más grande orientado a varios sectores diversos, es decir a lo más productivo, y te plantan la competencia en frente de tu calle quedándote con dos palmos de narices. Por ello, cuida tus datos. Es lo más importante que tienes.
