En muy pocos años, aplicaciones como WhatsApp han cambiado la manera en la que nos comunicamos con otras personas. Y es que actualmente utilizamos este servicio para estar en contacto con nuestros familiares y amigos, reservar mesa en un restaurante o llegar a un acuerdo con alguien que vende un producto.
Ya tenemos totalmente integrada esta herramienta en nuestro día a día, pero deberíamos tener cuidado con lo que decimos mediante esta aplicación, ya que podría ser utilizado en nuestra contra ante un juez.
Alquilar un piso vía WhatsApp
Esta semana hemos tenido varias pruebas de ello. Para empezar, el Juzgado de Primera Instancia número 13 de Vigo emitió un fallo en el que establece que las conversaciones en WhatsApp tienen la consideración de un contrato verbal.
Los propietarios de una vivienda en esta ciudad gallega han conseguido expulsar a una inquilina que no pagaba el alquiler. Dichos propietarios viven fuera de Vigo, y en un primer momento la inquilina se puso en contacto con ellos vía WhatsApp.
"Estoy buscando piso y me comentaron el tuyo".
Este fue el primer mensaje que intercambió la inquilina con los propietarios de la vivienda. Continuaron comentando las condiciones y fue un familiar quien le enseñó el piso a la futura inquilina.
Pasado un tiempo, la inquilina dejó de pagar el alquiler y los recibos y, tras demandarla, este juzgado civil ha fallado que la inquilina ha incumplido un contrato verbal de arrendamiento (y los mensajes que habían intercambiado vía WhatsApp eran una forma válida de acreditarlo).
Manipulación y órdenes de alejamiento
Seguimos en Vigo. Esta semana la Audiencia ha ratificado la condena a cinco meses de prisión para un vigués que quebrantó la orden de alejamiento que tenía con su expareja.
Este vigués tenía prohibido ponerse en contacto con su ex, pero empezó a ponerle numerosos "me gusta" en sus fotos de Facebook y llegó a crear un grupo de WhatsApp para así enviarle varios mensajes.
Al parecer, en esos mensajes le pedía perdón a su expareja: "todo este asunto de juicios y cárcel me mata cada día", "lo siento solo quiero que se acabe esta pesadilla por favor, solo os pido perdón".
También en Vigo, y también esta semana, el Juzgado de lo Penal número 2 citó a una acusada de ejercer un trato degradante sobre una amiga. Al parecer, esta amiga que recibió los mensajes está internada en un hospital psiquiátrico.
Supuestamente, la acusada aprovechaba su vulnerabilidad para manipular a los hijos de la víctima, induciéndoles a escribir cartas dramáticas y a enviar notas de voz a su padre vía WhatsApp.
La Fiscalía pide por ello dos años de cárcel, por un trato degradante hacia el exmarido de su amiga. Al parecer, la acusada intentaba sacarle dinero al padre de los niños, y para ello le enviaba mensajes diciéndole que dos de sus hijos estaban ingresados con un pronóstico muy grave y que necesitaba 600€ para correr con estos gastos.
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