Hay historias que parecen más de una película de ficción en la que se siguen una serie de desdichas por una mala toma de decisiones, pero que son ciertas. Un trabajador de BIPROGY, una empresa subcontratada por el gobierno municipal de una ciudad japonesa de nombre Amagasaki, perdió, tras consumir alcohol, un USB con información de casi medio millón de personas.
El hombre salió de la oficina con ese USB y se fue a un bar a beber. De acuerdo con la información aportada por Vice, parece que tomó más alcohol de la cuenta porque acabó durmiendo en la calle. Y cuando se despertó ya no tenía su maletín de trabajo ni todo lo que portaba dentro de él.
Una filtración de datos ilegal
La historia se complica más que esto. No solo en el USB perdido con el maletín había información de 465.177 residentes de Amagasaki (la ciudad entera si tenemos en cuenta que Wikipedia afirma que en Amasagaki había 460.091 habitantes en el censo de 2005), sino que el empleado sacó esa información del PC de la oficina sin permiso.
Quiso llevarse el trabajo a casa, usar esa información en otro PC fuera de la oficina e incurrió en esta grave falta de seguridad. La información que recoge ese USB son nombres, apellidos, fechas de nacimiento, domicilios, números de cuentas bancarias y datos fiscales de una gran parte de la ciudad.
El objetivo de la subcontrata del gobierno municipal de la ciudad era que la empresa BIPROGY, donde trabajaba (asumimos que en pasado) el protagonista de la historia, era averiguar qué hogares cumplían con los requisitos para las exenciones de algunos impuestos. Gobierno local y empresa habían firmado un acuerdo de confidencialidad y protección de esos datos.
El ayuntamiento ha publicado una disculpa en un medio local: "Pedimos disculpas profundamente a los ciudadanos de Amagasaki, a la ciudad de Amagasaki y a todos los afectados por las molestias causadas por la pérdida de información importante que se nos confió".
Final más o menos feliz
El empleado que perdió el USB reconstruyó los recuerdos que le quedaban de su noche loca y recordó que había pasado por un edificio con apartamentos de camino a su casa. Y ahí ubicó el maletín, con todo lo que tenía dentro. Desde el ayuntamiento han comprobado el USB y dicen que la memoria USB estaba encriptada y que no había evidencia de que alguien hubiera accedido.
BIPROGY, por su parte, es una empresa con 60 años de historia y tiene contratos con ayuntamientos de todo Japón. La compañía ha asegurado que revisará y mejorará todos sus procesos de gestión y operación, además de que va a brindar educación a sus trabajadores para concienciar de la importancia de la seguridad de los datos.
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