Los gigantes tecnológicos estadounidenses deberían asumir parte de los costes de desarrollo de las redes de telecomunicaciones europeas, ya que las ellos también las utilizan en gran medida, según opinan 11 empresas de telecomunicaciones europeas (Telefónica, Vodafone, Orange, KPN, BT Group, Telekom Austria, Vivacom, Proximus, Telenor, Altice Portugal, Telia Company y Swisscom), que han emitido una carta conjunta.
El llamamiento de los consejeros delegados se produce en un momento en el que el sector de las telecomunicaciones se enfrenta a inversiones masivas para el 5G, la fibra y las redes de cable para hacer frente a los servicios de datos y en la nube.
Paradójicamente, la ciudadanía necesita estas redes de gran velocidad para acceder a los contenidos que ofrecen plataformas como Netflix, YouTube y Facebook (y otras redes sociales de Meta). Los consejeros delegados no mencionaron ninguna empresa tecnológica por su nombre.
Esta petición no es nueva, se remonta a comienzos de la década pasada. Ya en 2014 desde Vodafone y Telefónica atacaron públicamente a la Unión Europea por la falta de regulación del sector para algunos ámbitos y su "manga ancha" para ciertas empresas. Un año antes, durante Mobile World Congress de 2013, Eduardo Taulet, quien era CEO de Yoigo afirmó las aplicaciones como WhatsApp deberían pagar por usar su red. Cesar Alierta, quien ejerció durante años como presidente ejecutivo de Telefónica criticó el papel de los buscadores y empresas como Google por no aportar económicamente al desarrollo de la red.
Inversiones cada vez mayores para que podamos ver Netflix
Las inversiones en el sector de las telecos en Europa ascendieron a 52.500 millones de euros (59.400 millones de dólares) el año pasado, el máximo en seis años.
La carta, que no se ha hecho pública, pero que fue filtrada a Reuters, afirma que "una gran parte del creciente del tráfico de red es generada y monetizada por las grandes plataformas tecnológicas, lo que requiere una inversión en red continua e intensiva y una planificación por parte del sector de las telecomunicaciones", según la declaración conjutna de los CEOs de las 11 empresas.
"Este modelo, que permite a los ciudadanos de la UE disfrutar de los frutos de la transformación digital, solo puede ser sostenible si esas grandes plataformas tecnológicas también contribuyen de forma equitativa a los costes de la red", dijeron.
Otras quejas
Además de esta petición, las operadoras europeas también criticaron los elevados precios del espectro y las subastas. Consideran que los gobiernos de la UE se aprovechan de estas empresas y afirman que los obligan a "entrar en el mercado de forma insostenible".
Los intentos de los legisladores de la UE de suprimir los recargos en las llamadas intracomunitarias también son motivo de queja. "Calculamos que eliminarían a la fuerza más de 2.000 millones de euros de ingresos del sector en un periodo de 4 años".
Iniciativa en España: WhatsApp y Skype también funcionan como operadoras
El gobierno de España lleva desde el pasado año planteando la posibilidad de que empresas de comunicación que permiten a las personas realizar llamadas paguen un impuesto como lo hacen las operadoras.
Este mismo mes el Gobierno aprobó el proyecto de la nueva Ley General de Telecomunicaciones que llega con diferentes novedades muy interesantes para la ciudadanía como usuarios de servicios de telefonía y también para los gigantes tecnológicos que ofrecen servicios de mensajería y llamadas.
El proyecto de esta ley define que los servicios de mensajería como WhatsApp pasarán a ser considerados como operadores. Esto se traduce a que tendrán que asumir nuevas obligaciones como la comunicación previa al Registro de operadores, a efectos estadísticos y censales. También deberán garantizar la integridad y seguridad, así como incrementar la transparencia.
Respecto a las obligaciones de WhatsApp, otros servicios de mensajería y gigantes de empresas tecnológicas como Google o Amazon no deberán pagar un impuesto extra. Se había propuesto que pagasen una tasa de los operadores, pero esta propuesta no se ha llevado a cabo. La razón, según describe Cinco Días, es que la cantidad a recaudar iba a ser muy pequeña.
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