23 horas de un lunes en Santa Ana (California); mientras un grupo de policías se acerca a investigar un robo de coche en el vecindario, el responsable de un canal de YouTube llamado 'Santa Ana Audits' comienza a grabarlos.
Inesperadamente, una canción empieza a sonar a todo volumen por los altavoces de uno de los coches patrulla: "You've Got a Friend in Me", el tema principal de 'Toy Story', la película de Disney. ¿Cuál es el sentido de esto? El youtuber, hispano, cambia al idioma español para explicárnoslo:
"Oílo, está poniendo música… porque él sabe que en mi canal no puedo poner videos con música [con copyright]. No me quieren, estos no me quieren".
No es una anécdota, es un patrón
El año pasado nos hicimos eco de las denuncias de algunos activistas estadounidenses, que sostenían que la policía californiana había empezado a reproducir música en los altavoces de sus smartphones cuando alguien les grababa, con el objetivo de que los algoritmos detectasen la música con derechos de autor en la pista de sonido del vídeo y bloqueasen su reproducción en plataformas sociales (YouTube, Instagram, Twitch, TikTok, etc.), convirtiéndolo en inusable a efectos de denuncia pública.
En aquel momento, la reacción del Departamento de Policía de Berverly Hills fue afirmar que esa clase de prácticas no forman parte de ningún procedimiento policial oficial, y que sería investigadas.
Ahora, parece que la costumbre no sólo se ha extendido a otros departamentos de policía del estado de California, sino que han pasado de usar meramente sus teléfonos personales a recurrir a amplificar la música usando altavoces de los coches patrulla. A las 11 de la noche. Entre semana.
Volviendo al vídeo del citado youtuber, si seguimos visualizando lo ocurrido, vemos que muestra todo un repertorio musical 100% Disney: tras 'Toy Story', la policía local reproduce también la música de 'Mulan', 'Encanto' y 'Coco'.
Hasta el punto de que algunos vecinos se acercan a la policía a pedirles por favor que bajen el volumen, que quieren irse a dormir. Lo hacen, pero eso no impide que para entonces ya se haya presentado en la escena un concejal de distrito, vecino del barrio, interesándose por la razón del extraño comportamiento policial:
"—Porque eso supondrá una infracción de copyright para él [señalando a la cámara].
—¿Entonces así es como estás usando nuestros recursos?
—No, no estoy usando nuestros recursos. Es mi propio teléfono".
La conversación prosigue: el concejal pide respeto a los vecinos, le exige que pida perdón al youtuber, y le recuerda que hay niños que tienen que ir a la escuela al día siguiente.
"Elegiste usar el dinero de nuestros contribuyentes para faltarle el respeto a un hombre con tu música. Eso es infantil, señor".
El hecho de que el smartphone del agente (ya desconectado de los altavoces del coches) haya seguido reproduciendo todo ese rato nuevas melodías de Disney hace poco para quitarle la razón al concejal.
Mucho ruido para tan pocas nueces
Como en el caso de hace un año, el vídeo ha podido permanecer online porque, al fin y al cabo, el algoritmo de YouTube es algo imprevisible (no ayuda la mala calidad del sonido ambiente, claro) y, además, incluso cuando detecta música con copyright, no siempre su reacción es dejar offline o sin sonido el vídeo: en algunos casos se limita a introducir anuncios cuyos ingresos irán destinados íntegramente al titular de los derechos.
En cualquier caso, la selección musical está bastante más pensada de lo que parece: Disney tiene fama de 'dura' a la hora de defender su propiedad intelectual ante su uso sin permiso en plataformas online, de modo que azuzarles parece una buena estrategia cuando se busca que un vídeo desaparezca de Internet.
Vía | Ángel Jiménez
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