La Unión Europea hizo público hace unas horas un documento PDF del contrato que había firmado con la farmacéutica AstraZeneca para la compra de millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Rápidamente cundió la indignación en las redes sociales: amplias porciones del documento (las más relevantes, claro está) estaban profusamente censuradas, de tal forma que en algunas páginas a duras penas podían leerse un par de palabras.
Si la publicación del documento pretendía ser un ejercicio de transparencia por parte de la administración comunitaria, lo cierto es que dejaba bastante que desear.
Pero -¡ah!- contábamos con un aliado inesperado: la torpeza informática de alguno de los responsables de su difusión (¿funcionario de la Comisión Europea? ¿empleado de AstraZeneca?).
"Esto te lo apaño yo en un momento con el Acrobat..."
Resulta que si abríamos el PDF en cuestión con un lector que muestre los marcadores del documento (es decir, prácticamente cualquiera), gran parte del texto censurado pasaba a ser visible sin mayor problema. Como muestra, un botón:
Una vez que esto se ha hecho público, la Unión Europea ha sustituido el documento online por otro, ahora ya sí, carente de marcadores. Sin embargo, dado que ha estado colgada varias horas, esto no está impidiendo que se difunda en redes la primera versión.
Dicho eso, lo cierto es que AstraZeneca y la UE han aplicado la brocha gorda a la hora de censurar el texto, ocultando incluso datos que ya previamente se habían difundido sin mayor problema.
Un ejemplo de eso sería el precio total del contrato, de 870 millones de euros según el texto accidentalmente desvelado... una cifra que equivale a la multiplicación de las 300 millones de dosis adquiridas por su precio individual de 2,9 euros (sí, ambos datos eran ya públicos).
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