La historia de los códecs es la historia de cómo, conforme llegaban calidades de vídeo superiores a la anterior generación, se iban necesitando mejores algoritmos de compresión para que el tamaño de los archivos no se disparara. En ese sentido, H.264 o AVC, que sigue siendo el estándar a día de hoy, supuso un gran avance respecto formatos como DivX y fu del utilizado en los discos Blu-Ray. Tras ser el ganador de la alta definición, H.265/HEVC le sucedió como el ganador de la Ultra Alta Definición (en Blu-Ray UHD y en compresión de vídeo 4K en smartphones.
Ahora, de cara a la era del 8K, hay más competencia que nunca, pero el recién presentado H.266/VCC vuelve a ser, por lo que propone, el que parece que vuelve a ser gran candidato a ganador de la década. Tras cinco años de desarrollo, ha sido presentado por el Fraunhofer Heinrich Hertz Institute, y prometen que reducirá el tamaño de los vídeos a la mitad respecto a lo que ocupaban con H.265. Esto quiere decir que si una película actual 4K ocupa 10 GB, con esto pasaría a ocupar 5 GB sin perder detalle.
Estas son las novedades de H.266, que tendrá más competencia que nunca
Además de la reducción del tamaño a la mitad, que en el comunicado oficial también relacionan con una bajada de bitrate al 50% para mantener la misma calidad, H.266 contará con soporte para resoluciones SD, HD, 4K y 8K. En este sentido, H.266 también soportará cambios de resolución adaptativos.
Adicionalmente, como no podía ser de otra forma, también soportará vídeo HDR de 10 bits con espectros de color amplios, que en el futuro pueden ampliarse. Esto es importante, porque los formatos de HDR, siendo ahora HDR10 y Dolby Vision los más populares, también irán evolucionando. No faltará soporte para vídeo 360 y vídeo en streaming, como el de juegos o en pantallas compartidas.
H.266 contará, según el comunicado, con el apoyo de Apple, Ericsson, Intel, Huawei, Microsoft, Qualcomm y Sony. Con Apple y Qualcomm se garantiza que su expansión a nivel de soporte de hardware será amplia, pues hace falta que lleguen chips con capacidad para codificar y decodificar, como pasó con los anteriores. Apple, por ejemplo, añadió estas opciones con el chip A10, previamente, en el A9, solamente podía decodificar.
Aun así, más allá de todas estas ventajas, el gran problema de H.266 es que no se trata de un códec abierto, sino cerrado, como sus predecesores. Eso quiere decir que, para integrarlo en hardware y utilizarlo en software, hay que pagar licencias, a diferencia del otro códec llamado a triunfar en esta década, AV1. Este, que también cuenta con apoyo de grandes del sector, como Apple, Amazon, ARM, Netflix, Google, Intel, Mozilla, etc.
Siendo el ser abierto la gran baza de AV1, habrá que ver si su ahorro del 25% de media respecto a H.265 compensa por su gratuidad frente al 50% de H.266. La historia reciente nos dice que ganan los formatos propietarios.
Más información | Fraunhofer Heinrich Hertz Institute
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