Robert McDadid llamó, supuestamente, a la policía de Maryland haciéndose pasar por Tyran Dobbs, un joven videojugador. Dijo estar armado y contar con varios explosivos y amenazó con matar a tres rehenes si no se le entregaban 15.000 dólares en metálico dentro de una bolsa roja en la dirección indicada.
La policía se tomó la llamada en serio y acudió con varios efectivos a la casa de Dobbs, que abrieron fuego con balas de goma que le rompieron la nariz e impactaron en uno de sus pulmones.
Tras darse cuenta del error, el equipo de investigadores de la policía de Maryland rastreó la llamada hasta dar con MdDaid, quien se enfrentará a una condena de hasta 20 años de cárcel. Dobbs ha sido crítico con la actuación policial. Alega que deberían haber comprobado la veracidad de la llamada antes de actuar.
Es el resultado de una "broma" cada vez más popular en internet. Sobre todo entre jugadores online y "streamers. Conocido como "swatting": una actividad que consiste en llamar a la policía para que entren en el domicilio de otra persona respaldados por el anonimato. Aunque han existido casos desde hace años, la popularidad de la práctica se ha extendido gracias a las plataformas de "streaming".
En el verano de 2014, Jordan Mathewson, un jugador de Counter-Strike: Global Offensive, estaba retransmitiendo una de sus partidas en Twitch. Un espectador logró hacerse con su dirección y llamó al 911 alertando de disparos en el edificio. Un equipo SWAT hizo aparición mientras la escena estaba siendo retransmitida en directo. Afortunadamente no pasó nada. Lo mismo le ocurrió a un ejecutivo del estudio de videojuegos Bungie, creador de la saga Halo y el reciente éxito de Activision, Destiny.
El principal problema a la hora de perseguir y combatir el "swatting" es que en muchos países no es un delito como tal, aunque esté relacionado con faltas como el abuso de los servicios de emergencia. El otro es que es difícil rastrear llamadas hechas desde teléfonos IP si están a través de varios pasos intermedios.
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