El Departamento de Estado espía a ciudadanos europeos desde sus embajadas, como ha venido informando la prensa nórdica antes de las revelaciones de ayer. Por ejemplo se hacían informes que incluyen perfiles fotográficos de aquellos ciudadanos que se manifestaban el 1 de mayo. Esta grave noticia ha pasado desapercibida en España, pero con otros protagonistas y latitudes se pondrá de actualidad muy pronto. Ciudadanos y personalidades.
Escuchas e Informes que afectan a los unos y a los otros, según el aparente modus operandi de los servicios secretos y el cuerpo diplomático de EE.UU que se alimenta de las investigaciones de sus servicios especiales (Surveillance Detection Unit), que quedan además, en muchos casos, fuera de la jurisdicción civil en los países que impera un código militar que el ex presidente Suárez, por algo sería, reclamaba suprimir, una y otra vez, ya acontecida su histórica dimisión.
Permítasenos citar al político que más ha sufrido los embates de la misma embajada y el mismpo despacho desde el que han salido escandalosos informes sobre personalidades españolas ¡hace escasos meses! y desde “siempre”, probablemente. En el caso de los países nórdicos se espía a los ciudadanos desde 2002.
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Vuelve WikiLeaks. Historia y presente. De Mandela o Noriega a las fiestas de Berlusconi que El País destaca en su llamativa portada con el calificativo de “salvajes”. Pero vayamos por partes. En este primer post nos centramos en el presente. No en Suárez, sí en Clinton (Hillary).
Porque Hillary Clinton, hecho gravísimo, ordenaba espiar (en) las Naciones Unidades. Comenzado por el propio Secretario General. El espionaje atroz y sistemático llegaba a límites de película pues incluían el escáner del iris, huellas dactilares y el ADN de los candidatos que concurrían a las elecciones en su patio trasero. Ya se cita el caso de Paraguay. Espeluznante. El procedimiento lo detalla el diario El País, que se ha sumado a The Guardian,The New York Times, Le Monde y Der Spiegel como medio que ha podido trabajar en eclusiva con la última filtración de WikiLeaks. Explica El País:
Los cables mencionados detallan lo que el Departamento de Estado denomina “human intelligence” (inteligencia humana), que parece aludir a la información lograda a través de contactos personales o mediante la relación informal. Aunque sin la expresa intervención de los servicios secretos, el espionaje encomendado a los funcionarios de embajadas y misiones abarca cientos de asuntos: las gestiones y apariencia física de los diplomáticos iraníes y norcoreanos en Nueva York, los planes e intenciones del secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, y su equipo, las relaciones de Hamás y Hezbolá, las armas nucleares o los choques militares, étnicos y guerrilleros africanos.
Toda la información conseguida debe ser enviada a una oficina del Departamento de Estado que sirve de enlace con los distintos organismos de inteligencia norteamericanos y que es citada en los cables como INR/B. “Los organismos de inteligencia dependen mucho de los informes de los funcionarios del Departamento de Estado”, dice el cable. “Y las biografías informales [de los interlocutores con información] recogidas a lo largo del mundo, enviadas por e-mail u otro medio, son vitales”.
... despachos, firmados “Clinton” y elaborados probablemente por la oficina de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que “contienen instrucciones precisas acerca de la miríada de averiguaciones a desarrollar en zonas de conflicto, en el mundo de los desertores y solicitantes de asilo, en la sala de máquinas del conflicto palestino-israelí, o acerca de Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China para conocer sus planes respecto a la amenaza nuclear de Teherán”.
Foto I Arquepoetica