Carlos Miller, periodista aficado en Miami, estaba tomando imágenes de unas protestas del movimiento Occupy Miami desde la zona en la que estos acampaban. La policía, que intentaba controlar las protestas, apartaron a la multitud hasta un punto en el que la barrera policial no les dejaba avanzar. Miller intentó dar la vuelta para volver a su coche, que estaba al otro lado, pero se vio bloqueado por una segunda fila de policías. Detrás de las líneas había otros periodistas, así que Miller dio por hecho que podría atravesar la línea para volver a su coche. Sin embargo, nada más aproximarse a los agentes, fue arrestado. A la mañana siguiente, cuando fue liberado con cargos, el periodista se percató de que los vídeos que había tomado de las protestas, además de las imágenes de su arresto, habían sido eliminadas.
Miller consideraba que su arresto fue injustificado, ya que no opuso resistencia en ningún momento y no realizó ningún acto que pudiera ser objeto de delito. Para demostrarlo, Miller intentó recuperar las imágenes para quejarse formalmente ante la comisaría de policía y el Departamento de Justicia de EEUU por detención ilegal. Tuvo éxito y consiguió rescatar el vídeo de su detención.
Como se puede ver, el periodista simplemente grababa los acontecimientos sin provocar o molestar a los policías que allí se encontraban. Su arresto es a todas luces injusto, y la situación se agrava cuando alguien en la comisaría en la que estivo detenido, borra sin ningún derecho el trabajo del periodista.
Miller es miembro de la Asociación Nacional de Fotógrafos de Prensa. El presidente de dicha organización, Mickey Osterreicher, envió una carta de protesta al Departamento de Policía de Miami-Dade:
Aparte de una descarada violación de los derechos del señor Miller para grabar acontecimientos de interés público en lugares públicos, no entendemos como se sostiene la acusación de resistencia a la autoridad.
Creemos que el vídeo recuperado del incidente, enseñará que los oficiales actuaron sin autorización, violando la primera, cuarta y decimocuarta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos además del Acta de Protección a la Privacidad de 1980 y protecciones similares amparadas por la ley de Florida.
Osterreicher también apuntó un caso reciente que involucraba al Departamento de Policía de Baltimore. En ese caso, la administración Obama admitió que los policías violaron la Constitución cuando obligaron a un hombre a borrar el contenido de sus dispositivos de grabación. Según la Primera Enmienda, los periodistas tienen derecho a grabar las actividades de la policía en público.
El caso de Miller recuerda que en los dispositivos digitales modernos, el hecho de que se hayan borrado los archivos no implica necesariamente que se hayan destruido para siempre. En muchas ocasiones es posible recuperar archivos en bruto de las cámaras. Esto implica que además de dificultar a la policía su actitud censora (en estos casos), puede ayudar a exponer casos de abuso.
Vía | Arstechnica Foto | Carlos Miller