Se acerca nochevieja en España, y el año termina en medio de las mismas inquietudes e indecisiones con las que comenzó. La mal llamada "Regulación de Internet" en España se intenta imponer desde unas instancias gubernamentales muy escoradas hacia una parte del cuadrilátero, donde se encuentran los intereses de una industria —la de los contenidos audiovisuales— completamente caduca en su gestión (que no en su capacidad de crear y de hacer arte), y que intenta perpetuar su modelo de negocio cueste lo que cueste.
El Gobierno —que debería ser el de todos— eligió claramente un bando con la investidura de la ministra Ángeles González-Sinde, hasta aquel momento presidenta de la Academia de Cine, que ya había hablado y bien claro sobre su postura en contra del Mundo Digital.
En el otro bando los ciudadanos digitales ó no, pero ciudadanos; tratando a duras penas de defender el derecho a crear un nuevo ecosistema social, económico y empresarial, tremendamente próspero e innovador que es Internet, cosa que el Gobierno debería apoyar, y no enfrentar.
Desde Nacion Red intentamos defender lo evidente al menos para nosotros. Que hay una pequeña parte del tejido empresarial en España que no quiere repetir el credo del "que inventen ellos" e intenta generar empresas nuevas al estilo Silicon Valley pero a nuestra manera. Precisamente, lo que en su origen, y sin disposiciones finales, intentaba ser la Ley de Economía Sostenible del Gobierno (LES); alejar a España del ladrillo y enfilarla en el único camino viable para un país que pretende ser Europa, olvidarse del Spain Is Different, y apoyar las empresas con modelos de negocio propios del siglo XXI.
Estamos por ahora huérfanos pues nadie de entre los partidos alza nuestra bandera, aunque a lo lejos se ve venir alguno.
En medio de ésta situación, en medio de la lucha entre lo nuevo y lo viejo, tratamos de capear una crisis económica brutal que ha hecho caer todas las caretas, nos muestra los verdaderos colores de los que manejan los hilos. Se producen movimientos en todos los ámbitos, y hay que estar alerta porque las leyes que decidirán el futuro de Internet, ésto es, de las empresas, que son las fuentes de riqueza e innovación que queremos para el futuro de nuestro país, están sobre la mesa. Se están poniendo los cimientos, y si se tuercen ahora, es muy difícil que éste país deje de ser el último de la cola.