Ante la pregunta de un periodista de si dimitiría, Ángeles González-Sinde, actual ministra de Cultura, le espetó “¿Y usted?”. No hace falta decir nada más: pura prepotencia. Algunos creadores, ya que son unos pocos los que apoyan la Ley Sinde, no entienden nada. Alejandro Sanz afirma en El País que se trata de la dictadura de los Señores de la red, de los talibanes de la red. Sí, en nuestros ratos libres tiramos ácido en la cara de Álex de la Iglesia.
Rafael Simancas, diputado del PSOE en el Congreso de los Diputados, se autorretrata en un artículo en el diario de Prisa. Según dice, los ciudadanos e internautas españoles quieren abolir la propiedad intelectual. Nada más allá de la realidad. No se trata de eso, sino de actualizar el concepto a un contexto socio-tecnológico nuevo. Las formas de hacer negocios han cambiado, también debe hacerlo la industria. Isabel Coixet, directora de cine, se pregunta qué pasaría si se pudiera descargar de Internet una botella de whisky. Vamos a mezclarlo todo y hacer un buen cóctel.
Por su parte, Luis Solana, miembro del PSOE, añade más madera a la hoguera. En esta ocasión, trata de interpelar al periodista Ignacio Escolar con poco éxito. Se inventa una historia, quizás porque la realidad es muy distinta a lo que plantea. El problema de los defensores de la Ley Sinde es que no entienden que no se trata del todo gratis, sino de una oferta de calidad a un buen precio, algo que no existe en estos momentos. Para ver una película online en Megavideo hay que pagar una cuota, por lo tanto no es gratis. ¿Y si hubiera un mercado con bases sólidas para abonarse como pasa con Megavideo? Se terminarían los problemas.
Las reacciones de algunos artistas –repito, los pocos que apoyaban la Ley Sinde– demuestran que no están dispuestos a dialogar. Su mente cerrada les impide ver que la creación musical y cinematográfica pasa por uno de sus mejores momentos.
Las películas recaudan más que nunca, aunque quizás sea porque hoy en día ir al cine cuesta ocho euros en vez de los cuatro de hace unos años. Hay más músicos que nunca, precisamente gracias a las nuevas tecnologías, que les permiten reducir los costes de producción y distribución. Juan Varela, periodista y consultor de medios, hace un resumen muy acertado del estado de la cuestión del cine en España.
Lo peor de los que dan apoyo a la Ley Sinde es que son unos pocos que hablan por muchos. En el arte, como en todo, hay algunos que se ganan muy bien la vida, viven en Miami y no llegan a fin de mes para comprarse un coche nuevo. Sin embargo, hay otros que sudan para llenar salas y darse a conocer por Internet. Los hay que cobran 150 euros por una entrada a su concierto. Otros los dan gratis gracias a sponsors o cobran apenas diez euros.
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