La semana pasada Greenpeace publicó un estudio en el que analizaba la huella ecológica de algunas de las principales empresas de Internet y nuevas tecnologías. Aprovechando el gancho del lanzamiento del iPad de Apple, Greenpeace pretendía concienciar y dar algunas recomendaciones a dichas empresas para reducir su impacto en el cambio climático e impulsar un cambio.
Greenpeace asegura en el estudio que lo que comunmente se llama "nube" está creciendo y con ella la demanda de energía. Toda esa enorme cantidad de información (videos, fotos, datos, etc.) se almacena en los centros de datos y es en este punto donde Greenpeace hace hincapié: es necesario que los centros de datos, cuya construcción irá a más, sean eficientes y funcionen con energías renovables para reducir e incluso evitar las emisiones de carbono.
Citando otro estudio de The Climate Group, Greenpeace advierte de que actualmente los servidores y centros de datos producen el 14% de las emisiones de dióxido de carbono del total del sector de las Nuevas Tecnologías, y que esa proporción subirá al 18% en 2020 si no se hace nada para impedirlo.
Greenpeace pone a Facebook en la picota. La red social encargó un nuevo centro de datos en Oregón y, según la ONG, esta nueva instalación obtiene su energía del carbón, "la mayor fuente de gases de efecto invernadero en Estados Unidos". Esta decisión, dice Greenpeace, es una consecuencia de una política que busca la energía más barata.
Pero no todo es negativo para Greenpeace y cita dos ejemplos. Por un lado, Yahoo!, cuyo nuevo centro de datos obtiene su energía de una planta hidroeléctrica. Por el otro, Google, que con su filial Google Energy podrá comprar y vender electricidad (pdf) y convertirse así en su propio suministrador. El buscador ya ha anunciado su intención de apostar por las renovables.
Sin embargo, no han tardado en saltar las críticas al informe de Greenpeace. En un artículo publicado en el New York Times, Camille Ricketts, del portal Venture Beat, asegura que si bien la nube no es completamente verde, el problema está lejos de ser tan crítico como quiere hacer creer Greenpeace. Según Ricketts, el estudio no tiene en cuenta que los avances en tecnología hacen que las instalaciones sean cada vez más eficientes.
Además, el informe, dice Ricketts, no tiene en cuenta tampoco que la nube permite la creación de servidores virtuales, lo que reduce la cantidad de energía necesaria. Además, los aparatos electrónicos como los lectores de e-books o el iPad provocarán una transición del libro tradicional al electrónico, lo que ahorrará energía y de paso salvará árboles.
Mucho más contudente es Alex Steffens en un artículo en Worldchanging, un portal especializado en sostenibilidad. Para el periodista, Greenpeace exagera teniendo en cuenta que el sector de las Nuevas Tecnologías supone un 2% del total de emisiones de carbono. Ir en coche al supermercado supone una amenaza mayor para el clima, dice Steffens, que las búsquedas mensuales en Google. Además cita el mismo estudio de The Climate Group para darle la vuelta al argumento de la ONG: el uso de las nuevas tecnologías podría reducir las emisiones globales un 15% más que los negocios tradicionales para 2020.
Más información | El informe al completo (pdf). Imagen | Wikimedia.