Julian Assange tiene un botón nuclear que acaricia casi todos los días su amigo Kristinn Hrafnsson. Algo que pone muy nervioso al personal. "Si algo me ocurre a mí o a WikiLeaks, los documentos de garantía serán difundidos", ha vuelto a avisar el australiano.
El fundador de WikiLeaks ha explicado que el contenido de estos documentos también "habla de la verdad sobre el poder". Según fuentes bien informadas de lo que pasa en los sótanos que trabajan para WikiLeaks, entre esa documentación, que en clave ha suministrado a algunas personas de confianza, periodistas ajenos a los grandes medios por lo general, hay mucha información sobre el interés de EE.UU en beneficiar a unos medios o grupos.
Algo que debe ponerse en relación con los cables que algún medio no se decide a publicar y que ya se apresuró a calificar de informaciones "de dudosa credibilidad", justo lo que quieren escuchar los implicados. Claro que la gran venganza de Assange se cuece precisamente desde el mismo día que entregó los cables a los medios elegidos. No es listo ni nada el australiano, que no lo olvidemos acusa a los periodistas de ser los máximos responsables de lo que ha pasado, la degeneración absoluta del poder.
Por cierto, que no sabemos si esa decisión de no publicar ciertas informaciones por ser de "dudosa credibilidad" tienen algo que ver con los sillones que los españoles de PRISA ocupan desde hace escasos días en la Tele de Berlusconi junto a ciertos italianos inquietantes. Muy inquietantes.
Lo que si sabemos es que Julian Assange se guarda entre sus joyas o seguro de vida muchos cables sobre el imperio Murdoch (para el que trabaja José María Aznar) y los intereses de EE.UU en el reparto mediático en algunos países.
En síntesis: caña a Internet y asistencia a los grandes grupos de papel vinculados al poder político. Eso en España lo sabemos bien pues además de jueces con cuota de partido tenemos tertulianos que son más del partido (PP o PSOE) que el militante de base, que se sonroja al escuchar a estos nuevos periodistas de partido o líder que son más papistas que el Papa. Naturalmente todos tienen los altavoces (subvencionados por el Sistema) que generosamente les ha concedido el gobierno (del PP o del PSOE). No poder hacer eso con Internet explica la obsesión por sacar adelante la Ley Sinde.
¿Te has fijado que ni un solo medio español habla de topos ni de los topos?
Dice un viejo periodista de la transición, ya retirado, que valora en gran medida este post del gran periodista "verde" Gustavo Catalán Deus. Hay que llamar a la fauna del embajador por su nombre. Hace falta valor y ejercer el periodismo de verdad.
Foto | World Economic Forum En Nación Red | Los topos están ahora en el Corral de la embajada