"Más de dos docenas de puestos de órganos constitucionales y autoridades administrativas independientes están pendientes del acuerdo entre los partidos políticos para ser cubiertas", recuerda hoy el ex director de El País, Joaquín Estefanía.
Entre ellas la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), pero también apuntamos nosotros - en su caso - y de ser aprobada, como parece, la Ley Sinde, la CPI (Comisión de la Propiedad Intelectual) que decidirá sobre el cierre de webs.
Para Joaquín Estefanía estos órganos padecen una "patologías democráticas" no debido exclusivamente "como habitualmente se dice, a su politización sino a la "partidización" o, utilizando el neologismo italiano que tiende a convertirse en universal, a su lottización". Entre esas patologías se pueden destacar las siguientes:
-Bloqueos y retrasos interesados en las renovaciones por falta de acuerdo entre las grandes formaciones políticas, normalmente, debida a la ausencia de interés político en que se produzca la renovación. Esto significa que cada vez hay más actores políticos que no detienen la legítima confrontación en las sedes que les son propias sino que, si no logran imponerse en ellas, están dispuestos a continuarla en el propio seno de las instituciones en cuestión.
-Negociaciones de las vacantes por "cuotas de partido": cada grupo coloca sus candidatos con independencia del otro, en lugar de buscar el consenso persona a persona, de modo que su nombramiento no se vincule como propio a ninguno de los grupos negociadores. Este fenómeno se agrava cuando se "empaquetan" vacantes en distintas instituciones (Constitucional, CGPJ, Tribunal de Cuentas, organismos reguladores...).
-Lógica faccional: los miembros acaban actuando en cada vez mayor medida con un grado de alineamiento no muy distinto del que corresponde a la disciplina con la que funcionan los grupos políticos en las instituciones representativas. En ocasiones, esta lógica faccional ha reproducido, en el seno de estas instituciones, los grados de crispación y confrontación que resultan habituales en la vida política.
-Se impone cada vez más en la opinión pública un casi instintivo "afán etiquetador": al nombre de cada miembro de una institución que se pretende independiente se añade de forma indisoluble la sigla de la fuerza política que propuso su nombramiento.
Cita, por último, el autor del artículo, al economista francés Jean-Paul Fitoussi que ha calificado a estas instituciones de "ademocráticas".
Vía | El País En Nación Red | La Organización de Consumidores pide a la CMT que garantice la libre competencia ante la amenaza de Telefónica Foto | Editorial Taurus