El otrora gobierno hegemónico mundial, Los Estados Unidos de América está nervioso. La Gran Filtración liberada por Wikileaks no es un triunfo de la transparencia para aquellos que calculan las noticias en términos de pérdidas ó beneficios en una cuenta de resultados, al contrario, se trata de un síntoma.
Un síntoma de que la pérdida de poder de EEUU ya no tiene cura, que es una enfermedad terminal. Ni la CIA, ni el FBI, ni ninguno de esos monstruos con los que nos asustaban tienen el control absoluto, al menos ya no. En un mundo interconectado ya no pueden dictar y los demás escuchar. No es solamente una cuestión de atraso tecnológico en las Embajadas, sino una cuestión de control, de que; el poder político, esto es: el miedo al que tiene el poder, no lo es tanto ya, en un mundo en el que una sola persona tiene acceso a demasiada información. Ése es el mundo que Internet está generando, un mundo en el que El Poder se siente vigilado.
El Rey Está Desnudo
Asistimos a una decadencia dolorosa. La de una Gran Superpotencia que lo ha llegado a dominar todo, a un nivel planetario, como no se había visto antes que él. Y la polilla que lo corrompe no es otra gran potencia sustituta, sino un nuevo tipo de sociedad al parecer más controlable pero no más controlada. Y en éste lapso en el que no se sabe muy bien quién dominará el mañana, nos encontramos a un poder herido de muerte que da dentelladas a todos, y se ha olvidado ya de las apariencias.
La NBC acaba de hacer público el memorándum de los agentes de inteligencia de la Casa Blanca en el que anima a todos sus equipos a vigilar a la amenaza interna.
El documento de 11 páginas contiene instrucciones precisas sobre cómo evitar filtraciones. Se explican claramente ciertas conductas peligrosas tales como excesivos viajes al extranjero ó cambios de comportamiento, para ello recomienda el uso de psiquiatras que determinen su confiabilidad de forma regular. También se insta a los jefes de departamento el uso de detectores de mentiras para comprobar si el personal con acceso a documentos secretos se está moviendo dentro de los límites de control requeridos.
Mientras Bradley Manning, el auténtico héroe de ésta historia como lo llama Julian Assange, se pudre en una celda, se hace público que la Casa Blanca no quiere más gente con escrúpulos entre sus filas, y con ello demuestran temer tanto a sus ciudadanos, que los llega a considerar una “amenaza”.
En otros tiempos casos como el de Waltergate ó el de los Papeles del Pentágono encumbraron a sus protagonistas hasta convertirles en héroes, héroes que hoy salen en defensa de la persecución que estamos presenciando. ¿No será que la democracia de hoy no lo es en comparación con la de ayer?
¿Ó Estamos despertando?