El régimen dictatorial chino quiere acabar con la pornografía en Internet a toda costa. Según Xhinua, la agencia de noticias oficial del gobierno, se han cerrado más de 60.000 webs con contenido para adultos y ha eliminado de Internet alrededor de 350 millones de archivos subidos de tono.
Además la policía china investigó más de 2.000 casos y casi 5.000 sospechosos de distribución de pornografía a través de teléfonos móviles. En total, 58 personas han sido sentenciadas a prisión con más de cinco años de pena. El jefe del Consejo de Información del Estado, Wang Chen, ha tildado la campaña de exitosa y necesaria.
Según Chen, han conseguido que “Internet sea más limpio que antes, cuando había pornografía disponible”. Añade que tendrán que seguir con su ofensiva “mientras haya gente con malas intenciones que quieran extender contenidos violentos o pornográficos”.
China implementó en 2010 nuevas leyes sobre la regulación de Internet. Actualmente, la autoridades del país pueden exigir el teléfono de cualquier persona que esté en su territorio, sea turista o no, para analizarlo. Además, desde febrero del año pasado, los administradores de webs tienen que identificarse personalmente ante los proveedores de servicios de Internet.
Por otro lado, el régimen de la República Popular China también ha puesto sus focos de atención en el uso de la telefonía móvil con Internet. A partir de ahora, las llamadas a través de la red sólo podrán ser facilitadas por las operadoras Telecom y China Unicom, ambas con el estado como accionista mayoritario. Se da la casualidad que llamar desde China a Japón o Corea del Sur resulta hasta seis veces más barato a través de Internet que con las vías tradicionales. La nueva ley prohibirá, por ejemplo, el uso de plataformas como Skype.