Cada día que el Congreso abre... lobbistas como Patton Boggs gastan más de 20 millones de dólares para ganarse el favor de legisladores y otros funcionarios. Ni uno de esos dólares va directamente a las campañas políticas de los senadores, congresistas o aspirantes a serlo. A estos les llegan transparentes limosnas. Estos días algo más.
En este post hacemos, en primer lugar, referencia aproximada a los millones de dólares, en este caso de AT&T, que van directamente a las cuentas de los candidatos, entiéndase que para financiar sus campañas.
Antes una anécdota, en la última Convención del Partido Demócrata, el logotipo de la compañía AT&T (American Telephone and Telegraph) brillaba en el maletín de cada delegado, se los había regalado, como también el servicio inalámbrico de la Convención que funcionaba de maravilla. De propina AT&T dejó más de un millón de dólares para poder tener acceso a los cargos electos que participaban en la Convención.
AT&T, el gigante de las telecomunicaciones, lleva transferidos a cuentas electorales desde 1990 hasta 2010 más de 50 millones de dólares a las cuentas de los políticos, lo que le convierte en el primer donante de todos los tiempos. En segundo lugar aparece la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios ($ 36,749) y los amigos de las subprime, los señores de Goldman Sachs ($ 32,660).
No se incluye las cantidades, muy superiores, que van a los profesionales del cabildeo donde están los ceros que faltan y los millones de dólares que apuestan espontáneamente (o no) al caballo de AT&T, de los Inmobiliarios o de Goldman Sachs. Son las apuestas políticas de tres generosos financiadores. Google ha llegado al casino pero con más decoro.
El dinero de AT&T fluye con más generosidad unas semanas antes de la "campaña electoral" de turno. Ahora para las legislativas y locales de noviembre las órdenes de transferencias desde la Whitacre Towerse de Dallas han formado parte del día a día en AT&T. Más ahora que el modelo de negocio ya no está tan seguro como en los tiempos de ITT.
Si el dinero que va al cabildeo se confunde, el que va directamente a las cuentas electorales se luce. Más o menos. Para ayudarnos a analizar los datos tenemos a Open Secrets, la impagable base de datos del Center for Responsive Politics, un grupo de investigación con sede en Washington, DC que realiza un seguimiento del dinero invertido en la política y el lobbyng, que ya casi es lo mismo, pero no lo es. Esto es América. Pasen y vean. En Europa o España es peor, no se ve.
En 2008, por ejemplo, la compañía gastó 14.736.518 dólares. Extendiendo el botín blando con una estrategia bipartidista. Aunque Barack Obama, hoy amenazado, quizá por eso, era claramente el favorito de la compañía telefónica. Así se repartía el dinero en 2008 desde la sede de AT&T:
Obama, Barack (D-IL), $ 26,4 McCain, John (R-AZ) 20,1 Clinton, Hillary (D-NY), $ 11,1 Emanuel, Rahm (D-IL) $ 5,0 Larson, Lyle (R-TX), 3,5 Rockefeller, Jay (D-WV) $ 2,2 Giuliani, Rudolph W (R) $ 2,0 Paul, Ron (R-TX) $ 1,7
Probablemente las claves de la estrategia de AT&T se encuentre realmente en las donaciones a los políticos menos conocidos. Las cantidades son simbólicas pero detrás de la transferencia de AT&T, una especie de aval para el candidato, van otras... Un dolar de AT&T llama a otro dolar y ese dolar a otro dolar...
No es sencillo entender exactamente la estrategia de donaciones de AT&T. Pero hay algunos elementos incontrovertibles, ya son muchos años. No son casuales los nombres que aparecen en la lista de donativos del gigante de las comunicaciones. Destacar, por ejemplo, en la lista que aparecen los importantes, Obama, McCain o Hillary Clinton, la apuesta de AT&T por Ron Paul, candidato "libertario" cuyo hijo lo es ahora del peculiar Tea Party . Nunca le falta protección.
Obama no es el candidato de AT&T, la compañía telefónica por historia, nombre y balance siempre "ayuda" al ganador presidencial y en este caso las donaciones "indirectas" ordenadas desde Dallas no siguieron el señuelo. No hubo señal. Luego lo explicamos.
En la primera fase de la campaña para las legislativas, tan importantes o más que las presidenciales, los directivos de AT&T marcan la pauta a seguir. La gran decisión pero siempre sustantiva de cambios según avanza la campaña. Nos quedamos en la fase inicial. Estamos en los boxes, engrasando motores. Son las partidas iniciales para el selecto grupo de candidatos. Siempre pocos. Siempre de los dos partidos con matices internos. En ocasiones las apuestas se han hecho a futuro. Antes de las primarias en algunos casos. Cuando la ocasión o inversión lo merece.
Les espera un asiento en el Congreso o Senado y un alto ejecutivo (licenciado en Ciencias Políticas) en la puerta de su despacho a media mañana del día 1. Mejor no hacerle esperar. Han recibido "para sus gastos y un poco más" a partir de estas transferencias que marcaban el pistoletazo de salida de la campaña de los candidatos de AT&T:
Reid, Harry (D-NV) $ 3,0 Crist, Charlie (I-FL) $ 2,2 Blunt, Roy (R-MO) $ 1,1 Guthrie, Brett Steven (R-KY) $ 1,1 Jenkins, Lynn (R-KS) $ 1,1 McNerney, Jerry (D-CA) $ 1,1 Carter, John (R-TX) $ 1,1 Hensarling, Jeb (R-TX) $ 1,1 Hoyer, Steny H (D-MD) $ 1,1 McHenry, Patrick (R-NC) $ 1,1 Portman, Rob (R-OH) $ 1,1 Sánchez, Loretta (D-CA) $ 1,1 Smith, Lamar (R-TX) $ 1,1
Harry Reid (Demócrata-Nevada), nuestro hombre de la foto, parece una apuesta política para salvar a un moderado e influyente demócrata. Es el líder de la mayoría en el Senado y por lo tanto hombre clave de todo el proceso de elaboración de leyes. "Nos conviene Harry" pero ahora está en verdaderos apuros frente a la candidata republicana alentada por el tsunami populista del Tea Party. Su candidata Sharon Angle puede arrebatarle el acta en Nevada al demócrata.
El voto hispano puede ser clave. También internet. Aquí no conviene la extremista que ha lanzado una web digna de su ideología ultra. Más bien no conviene perder al demócrata que puede convencer "a lo Pelosy".
Después viene Florida y el actual gobernador Charlie Crist ahora independiente, antes republicano. Se presenta al Senado como un unificador "post-partidista". AT&T apuesta por él. Partidario de encadenar a los presos, los trabajos forzados y la pena de muerte. Aquí más de un lúcido lector recordará el controvertido papel jugado por la compañía en el golpe de estado de Pinochet cuando todavía se denominaba ITT.
De todas formas el candidato independiente de la AT&T ha defendido los derechos de los gays y el aborto. Un progresista. ;-) Charlie Crist justifica, ahora, su marcha del Partido Republicano con una significativa frase:
Creo que todos en el planeta tierra comprenden que el Partido Republicano se ha ido hacia la extrema derecha.
Lo dice él. Como serán. Su principal rival es el que era su compañero de partido, el republicano y joven promesa del Tea Party, Marc Rubio.
A distancia de estos dos candidatos emerge la figura de Roy Blunt, ahora candidato al Senado por Missouri. Un republicano heterodoxo que ha llegado a sugerir la convocatoria de un referéndum secesionista que altera, según algunos observadores los principios constitucionales, al proclamar a Missouri como un estado objetor o independiente con respecto a la reforma sanitaria propugnada por Obama.
Roy Blunt también es miembro del Tea Party, este movimiento considerado por algunos como de ultraderecha, parece estar muy presentes en las decisiones de inversión electoral, en uno u otro sentido, de los ejecutivos y estrategas de AT&T. Aquí parece que la apuesta es a ganador y por el Tea Party "moderado". Esto es un negocio no se crean.
No pasa un día sin que Roy Blunt tache a su rival demócrata, Robin Carnahan, de liberal extrema. Roja de cuidado, en el argot americano de un conservador de "provincias". Roy Blunt ha sacado mucho partido de la inversión inicial de AT&T según periodistas de Missouri que han cubierto las fiestas de recaudación del candidato provida.
No todo es lo que parece, pero lo parece. AT&T ha apostado más fuerte y descaradamente de lo que se podía esperar por el Tea Party y grupos afínes que le hacen un buen papel con sus campañas contra la regulación y la neutralidad de la red que propugna Obama y la izquierda y centro-izquierda de su partido. Pero cuando el candidato del Tea Party pone en peligro a un candidato afín que puede tener un papel clave en el Congreso o Senado la apuesta es el candidato tradicional. Son listos. Llevan años haciendo política. Curiosa empresa.
Volviendo a la lista de donativos hay que destacar dos beneficiarios más en las apuestas de AT&T. Loretta Sánchez (D-Condado Orange) demócrata conservadora del Blue Dog (a la derecha de algunos republicanos) y favorita en las encuestas hasta que ha hecho unas polémicas declaraciones en las que aseguró que "los vietnamitas y los republicanos" le quieren quitar su puesto. Su contrincante republicano es de origen vietnamita. Ella hispana. La ha liado.
Grandes cantidades de dinero han seguido a la "apuesta a largo" de AT&T por Lamar Smith. El candidato republicano lo podía ser en España de Democracia Nacional por sus contundentes proclamas: "América debe ser sólo para los americanos" y "además de deportar a los inmigrantes criminales, ellos deben asegurar la frontera para que los deportados no puedan regresar", explica el legislador antes de prometer que su formación será muy beligerante para exigir al Congreso que apruebe una reforma para endurecer las leyes que regulan la inmigración.
AT&T ha ayudado a movilizar transferencias millonarias a la cuenta electoral del candidato republicano por Texas que, ¡Oh casualidad!, suena ya como el próximo Presidente del Comité Judicial de la Cámara si los republicanos retoman el control de la misma en las elecciones de este martes.
Lo que tenemos aquí es una empresa cuya estrategia política consiste en invertir en el bipartidismo tradicional - permitiendo extravagancias de extrema-derecha - de modo que pase lo que pase la AT&T tenga servidores en el Capitolio y en la Casa Blanca. Demócratas conservadores o fieles republicanos. Los beneficiarios de "provincias" tienen en común algo: ser candidatos que no ponen en cuestión el modelo de los operadores tradicionales o defienden la desregulación absoluta. Luego apoyan el oligopolio, que les financia.
El Tea Party y la xenofobia generalizada no son obstáculo para hacer la transferencia y lo que significa: una señal que llama a los otros "inversores". Quedan relegados los candidatos progresistas del bando demócrata y no se hacen ascos, más bien al contrario a alentar la extrema-derecha. No es nuevo.
Para un destacado activista de MoveON.org, "Obama es más de Google y los legisladores del "partido" más de AT&T". Bueno, también hay una ala izquierda que no es de Google por su "traición" sobre la neutralidad de la red pero que logicamente está en el extremo contrario de los servidores de AT&T. Un grupo más influyente de lo que se cree. Están con lo de ACTA.
Más próxima a Google que a AT&T es la que quiere ser sustituta de Arnold Schwarzenegger, la republicana liberal Meg Whitman, la ex gobernadora de eBay. Su compañera Fiorina es más de HP. Tanto como que trabajaba allí. Esto es California, el estado en el que están puestas todas las miradas. Esto es América... y los candidatos de las empresas.
¿No hay en España candidatos que son "más" Telefónica o en Francia de France Telecom? ¿O es al revés? ¿No hay candidatos-ministros de la SGAE? ¿No ha pagado Vivendi campañas políticas y creado líderes? ¿No hay en el Parlamento Europeo lobbistas con control de los tiempos y el debate? Sí. En EE.UU hay un marco no siempre respetado, ni mucho menos, pero hay una asunción de hacer normal lo que es normal a nivel de calle y despacho. Yo no sacaría pecho. Aquí somos más hipócritas. ¿No han financiado los constructores a los partidos? En negro, digo.
El recuerdo de Salvador Allende y los poderes del Presidente
Estas cifras aproximadas de los donativos de AT&T y las posteriores, más jugosas, que han ido llegando no incluyen, insisto, ni un dolar de la partida verdaderamente importante, hay otras, que es la destinada a pagar a los profesionales del cabildeo o lobbyng.
Según algunos cálculos con origen contable en 2005 la compañía AT&T (antes ITT) habrá gastado hasta el próximo martes alrededor de $ 100 millones en cabildeo (abogados presionando para sacar adelante determinadas leyes o frenarlas). Más de 300 si nos remontamos a 1990. Más de 50 en transferencias directas a las cuentas de los candidatos....
Pero sería un error, nos dicen, no tener en cuenta las innumerables donaciones de asociaciones y agencias controladas por AT&T que superan a las de la propia compañía o los profesionales, ejecutivos y accionistas que también hacen donativos. ¿60.000 millones de las antiguas pesetas?. ¿70.000?. El estudioso del asunto dudará de nuestra solvencia informativa cuando hagamos esa cuenta.
¿Por qué? Los candidatos tienen su principal fuente de fondos en grupos "externos" que invierten millones y millones directamente en anuncios publicitarios. Gran parte de ese dinero viene de donantes anónimos en cantidades ilimitadas. Imposible seguir el rastro - y casi mejor - de la empresa o potentado que en muchas ocasiones hizo un pago previo al anónimo donante por "aquel trabajo que nos hizo antes del verano". Todo legal.
Lo que sabemos a ciencia cierta es que gran parte de esta transferencia de millones de dólares va a profesionales liberales de lujoso despacho - con socios, por cierto, en Madrid y BCN - que presionan o hacen pedagogía - un artículo en el salmón, una columna o comentario del tertuliano o el "riguroso" reportaje sobre los problemas del WIMAX en esa revista tan prestigiosa - todo para modificar la opinión (ahora sus delegaciones en Europa están con Google) y en definitiva sacar adelante (o todo lo contrario) proyectos de ley relacionados muchas veces, como puedes imaginar, con la neutralidad de la red.
Un día el oligopolio, AT&T en compañía de otros, contrata los servicios de los lobbistas para amplificar en 2010-11 las noticias negativas sobre Google y otro para "convencer" a sus señorías de lo conveniente que es entregar poderes al presidente para cerrar internet en el caso de un ataque cibernético (S 773—The Cybersecurity Act of 2009).
No sería la primera vez que ponen y quitan a un presidente. Al Vice casi siempre lo colocan. Uno de los "nuestros".
Foto | Brian Finifter