Cuando se aborda la cuestión de cómo mejorar la experiencia del usuario a la hora de diseñar una web, hay dos conceptos que invariablemente terminan saliendo a colación: 'usabilidad' y 'accesibilidad'.
Son apartados que se influyen mutuamente (normalmente, una web más usable será también más accesible, y viceversa… y también posicionará mejor en los buscadores), pero que no son intercambiables, pues no hacen referencia a los mismos conceptos.
Repasemos rápidamente cómo definirlos y diferenciarlos:
Usabilidad web
El concepto de usabilidad (en general, pues no es algo limitado a las páginas web) surgió en los años 80, cuando la informática empezó a llegar al gran público, a usuarios con formación básica en sistemas operativos y en el uso de software
Antes de eso, no era raro que -incluso- los responsables de operar un software fueran los mismos que habían participado en su desarrollo, de modo que, cuando el público al que iba dirigido se hizo mucho más amplio, empezó a crecer también la frustración del mismo cuando comprobaba que la forma de usarlo no resultaba intuitiva.
Hoy en día, usabilidad en un concepto definido en dos estándares ISO. Uno de ellos, el 9126, reza así:
"La usabilidad se refiere a la capacidad de un software de ser comprendido, aprendido, usado y ser atractivo para el usuario, en condiciones específicas de uso".
En cierta forma, se trata de que el diseño de las páginas (lo que incluye desde la jerarquía de los menús al tipo de formularios, cómo se muestran las imágenes o el formato del texto) debe adaptarse al modo de pensar y actuar del conjunto de los usuarios, y no tratar que éstos se adapten al del diseñador.
Por supuesto, eso también significa tener en cuenta cómo se muestra la web en toda clase de dispositivos, razón por la que los diseños adaptables constituyen siempre una mejora en la usabilidad de la web.
Accesibilidad
El World Wide Web Consortium (W3C) define la accesibilidad como un atribute que "permite que las personas con discapacidad puedan percibir, comprender, navegar e interactuar con la web". Fundamentalmente, la accesibilidad garantiza que el diseño de una web pueda compensar, en la medida de lo posible, las discapacidades (de cualquier tipo) de los usuarios.
Cada vez que cuidamos de que el texto contraste lo suficiente sobre el fondo de la web, estamos cuidando la accesibilidad de la misma; lo mismo cuando utilizamos el atributo 'alt' de la etiqueta HTML 'img', pues permite sustituir una imagen por una descripción textual de la misma y evitar así (mediante uso de software sintetizador de texto, por ejemplo) que el usuario se pierda información clave de nuestro contenido.
No pienses que por no ser discapacitado no te puedes ver beneficiado por las mejoras en la accesibilidad de una web: también existen las "discapacidades temporales" (¿nunca has perdido unas gafas o has estado semanas con un brazo escayolado?) y las limitaciones situacionales (prueba a leer una web con contraste inadecuado de texto en un móvil mientras el sol te deslumbra).
Si estás interesado en hacer más accesibles las webs que gestionas, quizá te interese echar un vistazo a la 'Introducción a las Pautas de Accesibilidad para el Contenido Web' de la W3C (incluye una descripción de las mismas y recomendaciones para cumplir con los estándares WCAG de accesibilidad) o al test TAWDIS de la Fundación CTIC.
Imagen principal | VFS Digital Design