Allá por 2014 cambié definitivamente de Linux y Windows por macOS. Primero con un MacBook Pro y después pasando por un iMac, dos mac mini y otro MacBook Pro. No los cambié porque funcionaran mal, sino por renovar equipo y poder recuperar parte de la inversión vendiéndolos en el mercado de segunda mano. Sin embargo, mi primer Mac Book Pro sigue conmigo, ahora convertido en una especie de Chromebook.
El iPhone fue el anzuelo, pero después el ecosistema y el entendimiento entre dispositivos de la manzana me gustó, sin olvidar apartados como el diseño (a nivel de hardware y software) o la duración de la batería. Además, venía de una experiencia manifiestamente mejorable con Windows que aunque el paso de los años ha seguido depurándose, todavía tiene margen de mejora. De hecho, macOS tiene cosas que hace mucho mejor que Windows y viceversa. En cualquier caso, macOS dista mucho de ser perfecto: esto es lo que no soporto de Mac.
Una multitarea más ágil y flexible
De hecho, aquí tengo claro que me gustaría contar con funciones como Snap Assist y Snap Layouts de Windows 11 para colocar aplicaciones en diferentes sitios de la pantalla. En macOS está el organizador visual, pero está a años luz (puede activarse desde 'Ajustes del sistema' > 'Escritorio y dock') .
El Stage Manager u Organizador visual permite cambiar de aplicaciones, organizar ventanas y agrupar aplicaciones y visualmente es agradable (aunque en pantallas pequeñas, ya tal), pero en la práctica me parece poco intuitivo a la hora de localizar las aplicaciones y combinarlas, por lo que me resulta poco útil. Así, en esencia me parece una ligera adaptación a lo que ya hace y hacía el propio dock. Además, arrastrar esas ventanas hacia o desde el Dock no sirve por ejemplo para realizar tareas en bloques o ajustarlas en la pantalla.
Investigando encontré una posible solución fuera en forma de aplicación gratis y de código abierto llamada Spectacle, que añade una barra de menú en la zona superior para ajustar las ventanas, gestiona la posición de las ventanas de las aplicaciones y admite atajos de teclado, pero desgraciadamente el proyecto ha sido abandonado, como puede leerse en su página de GitHub.
Notificaciones: quiero una experiencia de mirroring completa
Más arriba hablaba del buen entendimiento entre dispositivos Apple, algo que me beneficio mediante tareas como Handoff, pero que flaquea estrepitosamente cuando hablamos de notificaciones y para alguien que trabaja con tecnología no es un tema baladí.
La idea es la siguiente: me gustaría que aquellas notificaciones de las apps que yo desee de mi iPhone se sincronicen y muestren en la pantalla de mi Mac, incluso aunque estas apps no estén instaladas en mi ordenador (después de todo, Apple tiempo trabajando en optimizar aplicaciones y funciones entre iOS, iPadOS y macOS). Esto implica que si por ejemplo recibo una notificación de X/Twitter en mi Mac y la veo, me gustaría que ya no se mostrarse en mi teléfono. Así no tengo que perder el tiempo cogiendo el móvil (normalmente fuera de mi vista cuando trabajo) y lo tengo libre de notificaciones que ya he atendido.
En resumen: me gustaría tener una experiencia de mirroring depurada entre mi iPhone y mi Mac. Con el soporte de widgets de iPhone en macOS de Sonoma pensé que llegaría, pero no y eso que a título personal me parecen más útiles.
Automator tiene mucho que aprender de PowerToys en simplicidad
Lo he intentado pero me cuesta horrores usar Automator, algo que sorprendentemente no me pasa con las escasas veces que he podido probar PowerToys de Windows, que me parece que tiene una interfaz mucho más fácil de entender para añadir al sistema operativo funciones que no existen de forma nativa o que simplemente no están a mano y queremos agilizar la tarea. Cosas como cambiar el tamaño de las fotos del explorador, mantener la pantalla activa, copiar texto desde cualquier lugar de la pantalla, incluidas las imágenes o vídeos...
Todo lo que acabo de explicar ya está presente en macOS, ya sea a través de Automator o Atajos, pero requiere de bastante tiempo y experimentación para sacarle partido. Además tampoco dispone de una aplicación central en macOS para modificar funciones del SO, teniendo que descargar varias como por ejemplo Rectangle, Alfred o Moom. No digo que las apps de Apple estén mal, pero necesitan un lavado de cara para facilitar el acceso y manipulación de ambas.
Algunos atajos de teclado no son intuitivos
Probablemente lo que más odio y me repercute en mi día a día son los atajos de teclado de macOS, especialmente para alguien que vino de Windows y los usaba bastante en su día a día. Sí, te vas adaptando y aprendes las diferencias, pero hay cambios que no se sienten naturales y lógicos.
Lo vemos con un par de ejemplos: con Windows al pulsar sobre enter al seleccionar un archivo, este se abre. Si haces lo mismo en macOS, sirve para cambiar el nombre. Si pulsas sobre 'Supr' en Windows con un archivo seleccionado, se va a la papelera pero en macOS no pasa igual (se borra el nombre). Llevo años usando Mac y sigo sin acostumbrarme a algunos.
La (no) compatibilidad de aplicaciones con su App Store
Aunque en general el ecosistema cerrado de Apple me ha traído más cosas buenas que malas, no es oro todo lo que reluce. Vaya por delante que agradezco que escanee las descargas en busca de archivos malicioso y que muestre advertencias en la web, pero en el caso de la App Store es que está tan cerrada que las ausencias son dramáticas.
De hecho, la App Store de macOS apenas la uso simple y llanamente porque las aplicaciones de terceros que me interesan no suelen estar allí, algunas tan populares, veteranas y fuera de toda duda como VLC, teniendo que recurrir al navegador para descargar el archivo .dmg. Y es solo un ejemplo, porque la lista es larga e incluye otras como por ejemplo Chrome o X/Twitter.
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