El año 2022 arrancaba con cierto optimismo en cuanto el acceso a empleos y, con ello, vino una gran renuncia que también llegó a Europa. Un estudio realizado por Joblist afirmaba hace un año que un cuarto de estas personas que dejó su trabajo esperando conseguir un mejor puesto con mejores condiciones, se ha arrepentido de la decisión. No es para menos, si vemos los despidos que comenzó a haber a finales de 2022 y durante este 2023.
El 2023 comenzó con miedo a una posible recesión (en Estados Unidos la inflación está por las nubes e incluso es una gran tendencia tener más de un empleo para hacer frente a los precios) y con despidos masivos en muchas empresas, también del sector tecnológico, y eso se tradujo a que las empresas parecen sentir que tienen "la sartén por el mango" para volver a exigir sus condiciones.
Pasamos de la Gran Renuncia que se produjo de personas dejando sus trabajos, lo que hizo a las empresas buscar formas de retener el talento, a una tendencia contraria en la que las empresas veían el miedo de sus trabajadores a quedarse sin empleo y comenzaron a poner sus normas, como volver a la oficina en masa aunque la plantilla no lo quisiera.
La ilusión de no conformarnos
Comencemos por recordar qué era la gran renuncia. Como dice The Workplace, durante un período de aproximadamente seis meses a finales de 2021 y principios de 2022, se habló mucho de que un gran número de personas estaban a punto de dejar sus trabajos para mudarse a otros mejores o para perseguir su sueño de trabajar por cuenta propia o lo que fuera que les hiciera felices.
La idea de no conformarse con un trabajo sin flexibilidad o con una empresa a la que no le importa el bienestar del trabajador, rondaba las cabezas, ya que el mercado laboral estaba muy activo.
No es nada extraño, la misma web dice que si preguntas a las personas al final de cualquier año sobre sus planes para los próximos doce meses y entre el 30 y el 40% tendrán en mente la idea de que quieren un nuevo trabajo o perseguir un viejo sueño.
Aunque sea un sueño, no suele ser nunca tan real como en estos años pasados. En Estados Unidos, país donde se acuñó el término "Great Resignation", 47 millones de personas renunciaron en 2021 y 50 millones más en 2022, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales. Las cifras de mayo de 2023 de la Encuesta sobre vacantes laborales y rotación laboral sugieren que las renuncias se han desacelerado, normalizándose a cifras prepandémicas.
Incluso, como recuerdan desde El País, Beyoncé editó su canción Break My Soul , y reconocido como himno de la Gran Renuncia. Incluso en CNN Business se analizó esta canción afirmando que lo que decía a sus seguidores era de no resignarse a la mediocridad de trabajos sin perspectivas:
"Damn, they work me so damn hard
Work by nine, then off past five
And they work my nerves
That's why I cannot sleep at night"
Razones para no dejar el trabajo
Ahora no parece que estemos dejando el trabajo en masa. Tras los despidos masivos, parece que haya más miedo que otra cosa a quedar sin empleo y sin dinero para pagar la vida. Incluso eso, como hemos visto, ha llevado a las empresas a sentirse con el poder de poner sus propias normas aunque estas no convenzan a la gente. Sobre todo en cuanto a la vuelta a las oficinas.
Según Investopedia, el fenómeno conocido como La Gran Renuncia llegó a su fin en julio, cuando la tasa de trabajadores que abandonaron sus puestos de trabajo cayó al 2,3%, la misma que en febrero de 2020. A principios de esta año, algunas empresas ante la escasez de mano de obra, compitieron por talento e hicieron subir los salarios, dando a los empleados más opciones para renunciar en busca de mejores opciones, pero luego eso se frenó.
"Los trabajadores se sienten algo menos seguros a la hora de cambiar a empleos más lucrativos en otros lugares", es lo que han dicho economistas de Wells Fargo Securities. La disminución de las ofertas de empleo hace que el mercado laboral sea más sombrío para los trabajadores.
Aun así, recogemos a menudo historias de personas que prefieren tener más de un trabajo porque no se fían del todo de su empresa o están dudosos de si querrán seguir en ellas según pasa el tiempo. Tenemos la historia que hemos compartido de un hombre que, tras ser despedido de Amazon se dedicó a aceptar trabajos varios porque no quería que su vida dependiera de los caprichos de una empresa que pueda decidir si lo tiene en plantilla o no.
Dice la BBC que hay otra causa para esta caída: "el trabajo para millones de personas ha mejorado en los últimos dos años", afirma. “Muchos empleos son más flexibles que hace dos años, en muchos empleos los salarios son mucho más justos que antes de la pandemia y, en muchos casos, las prestaciones han mejorado. Las empresas se han tomado más en serio el bienestar de los empleados en los últimos años y han invertido mucho más en hacer que sus lugares de trabajo sean más inclusivos y diversos”.
Los jefes saben que los trabajadores necesitan mejores condiciones
De todos modos, dice la revista Forbes que si bien las empresas y los gerentes se sienten aliviados de que las tasas de abandono hayan disminuido, los líderes eficaces comprenden que muchas de las condiciones que impulsaron La Gran Renuncia siguen presentes y que la tasa de desempleo sigue siendo relativamente baja.
También saben que, si bien hoy es más probable que los empleados permanezcan en su empleador debido al aumento de los riesgos en la economía, estarán más comprometidos y serán más productivos si se sienten valorados y reciben un trato justo.
Entre eso encontramos que los líderes eficaces han aprendido que las organizaciones que brindan a los trabajadores la flexibilidad de trabajar donde y cuando quieran disfrutan de una importante ventaja competitiva a la hora de atraer talento sobre sus pares menos flexibles.
Imagen | Foto de Bench Accounting en Unsplash