Hace unos meses, leí un comentario en una red social que me hizo mucha gracia: "Mi animal mitológico favorito es el usuario que pagó por el WinRAR", en referencia al legendario programa de compresión de ficheros que cada vez que lo ejecutamos nos recuerda que ya han terminado los 40 días de prueba…
…sin más consecuencias que la aparición de dicho aviso, lo que lo ha convertido en una especie de meme a estas alturas.
Y me hizo gracia, sobre todo, porque hace un tiempo un servidor había escrito un artículo relatando cómo yo mismo había entrado en ese pequeño club, junto al Yeti y al unicornio, gracias a una promoción por la que pagué 20 euros por una licencia de uso del software en cuestión.
Cuando lo publiqué, recibí comentarios de gente convencida de que había pagado sólo para tener una excusa para poder escribir el artículo, y otros de gente que pensaba que 'bueno, cada cual tiene sus rarezas'. En cualquier caso, muchos no entendían cuál podía ser mi razón para pagar por algo que PeaZip o 7Zip, por ejemplo, ofrecen gratuitamente.
Obviamente, volví a recibir comentarios una vez que Microsoft anunció la incorporación en Windows 11 soporte nativo para los archivos RAR… y para los .tar y .gz (ambos muy usados en el ámbito de los sistemas Unix/Linux), a los que muy recientemente se ha sumado el soporte para ficheros .7z.
Ya no sólo es que haya pagado por lo que otros ofrecen gratis, ¡sino por lo que mi sistema operativo iba a incluir gratis… y por defecto! ¿Qué mal negocio, no?
Lo volvería a hacer
Me dicen que soy un poco cabezón para según qué cosas. Y ésta es una de ellas. Sí, volvería a ese día de 2018 en que aproveché la promoción, y la volvería a pagar. Por varias razones.
- La primera de ellas, y por ello la más importante, porque una vez que ha empezado a usarse masivamente ha quedado claro que WinRAR ha humillado a Microsoft: es siete veces más rápido que Windows 11.
- La segunda es que el nuevo soporte nativo de Windows para archivos RAR cuenta con otras limitaciones: por ejemplo, no es compatible con archivos RAR protegidos por contraseña. Creo que sólo con eso basta para dejar claro que WinRAR seguirá teniendo un papel potencial en nuestros PCs.
- La tercera de ellas es porque nunca me ha gustado el modo en que Windows gestiona los ZIP por defecto, como si se tratasen de carpetas normales del sistema. Incluso esos los abro con WinRAR, porque me gusta tener separado el concepto de 'carpeta' del 'archivo comprimido'. Obviamente, no soy fan de la posibilidad que mis archivos RAR vayan a funcionar de la misma manera.
- Y en cuarto lugar, porque el principal argumento por el que pagué en su momento esos 20 euros sigue vigente: llevo ya 20 años usando constantemente este programa (primero por falta de alternativas, después por preferirlo a las mismas), y no me parece que esté fuera de lugar compensar a sus creadores con lo que ahora equivale exactamente a la descomunal cuantía de 1€ por año de uso.
Sí, creo que está bien compensar a los desarrolladores de software cuando el uso de dicho software nos compensa. No es el único software por el que he pagado, y no entiendo que el que WinRAR no nos ponga obstáculos insalvables para usarlo tras los 40 días de prueba sea precisamente un argumento en contra de pagar.
Una versión anterior del artículo se publicó en 2023.
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