Semana convulsa. Ha ocurrido lo que llevamos esperando años. Netflix ha puesto en marcha en España y otros países su plan para acabar con las cuentas compartidas sin pagar. Desde ahora, la compañía no permitirá, salvo mediante el uso de subcuentas pagadas, utilizar una misma cuenta en dos o más hogares.
No por ser previsible ha sido menos sorprendente. Lo de "acabar con las cuentas compartidas", como concepto, es uno de los grandes melones que la industria tecnológica lleva años sin abrir. Netflix ha sido la primera gran compañía en hacerlo. Por ello, pese a darse de forma bastante limitada en alcance y fuera de su gran mercado, Estados Unidos, es uno de los mayores experimentos tecnológicos de la historia.
Por lo que va a suponer para el mayor gigante del streaming (que decidirá ampliarlo o no en función de cómo salga), por lo que va a suponer para la era de la suscripción y, sobre todo, por todo lo que que va a contar a sus competidores. Enfrentándose al mismo problema, no tendrán que ser valientes y tirar la primera piedra.
Spotify propone. Netflix ejecuta
El miedo a que se corte el grifo de las cuentas compartidas lleva años entre el público que usa suscripciones. Ocurre tanto en aquellas como Netflix, pensadas para un hogar, con configuración en perfiles, como en aquellas que directamente proponen planes familiares, como Spotify o Apple Music. En el fondo, piden lo mismo: usa tu cuenta con gente que conviva contigo.
La realidad es que las cuentas se usan con familiares, pero también con amigos o incluso gente con la que se llega a acuerdos en redes sociales, foros o plataformas para compartir cuenta. Las compañías lo saben, y precisamente Spotify lleva años avisando. En pruebas, han coqueteado con pedir acceder a nuestra ubicación para comprobar que todos los miembros de una misma "familia" son, efectivamente, familia en cuanto a vivienda.
A día de hoy, la compañía afirma en su web que "no rastreamos tu ubicación. Solo pedimos que nos indiques tu dirección para verificar". En concreto, solicitan que el administrador de la cuenta y el resto de familiares indiquen su dirección. Pero si luego en realidad no coinciden, no pasa nada. Han pasado casi cinco años desde que Spotify probó lo de ponerse más seria con las cuentas familiares. No sabemos por qué no lo ha hecho, pero probablemente prevén una cancelación masiva en cuentas familiares.
Netflix dejó hace tiempo claros sus motivos para tomar la gran decisión de esta semana (y lo que es más importante, lo que les ha aportado permitir compartir cuentas hasta aho):
Es probable que el hecho de compartir haya contribuido a impulsar nuestro crecimiento al conseguir que más personas utilicen y disfruten de Netflix. Y siempre hemos tratado de facilitar el uso compartido dentro del hogar de un miembro, con funciones como los perfiles y las transmisiones múltiples. Aunque [estas opciones para compartir] han sido muy populares, han creado confusión sobre cuándo y cómo se puede compartir Netflix con otros hogares.
Finalmente, Netflix ha adelantado a Spotify atreviéndose a luchar lo que frenaba (en parte) sus ingresos, y al ser una compañía que cotiza en bolsa, y por tanto obligada a desglosar sus números con transparencia, está haciendo un enorme favor al resto de competidores.
Este movimiento es oro para ellos. En primer lugar, porque puede erosionar a Netfix. En segundo, porque ha enseñado sus cartas, y dependiendo de cómo sea el devenir del gigante rojo, podrán decidir según ello.
Si al mayor gigante del streaming le va mal al final, ¿por qué otros con menos nombre y potencia comercial como HBO Max o Prime Video iban a seguir su camino? Sin duda, están mirando, y enseñan la patita. En el pasado, como HBO España, Warner restringía el registro en dispositivos. Pero, siendo más incómodo compartir cuenta así, nunca lo impidieron realmente.
Hasta ahora había algo parecido en marcha: las subidas de precio. Pero las cuentas compartidas amortiguaban cualquier incremento, particularmente en el plan Premium, que subía céntimos cuando se compartía entre cuatro personas. Ahora, al hacer pagar a muchos más usuarios el precio oficial, vamos a ver cuán potente es de verdad el streaming de vídeo. Y si quienes pagaban 4,5 euros por ver Netflix en 4K ahora pagan 9.99 euros. Gigantesco experimento.
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