Hay pocas cosas que me gusten más en internet que comprar. Me gusta poderlo hacer a cualquier hora y lugar, adoro poder cribar de acuerdo con mis gustos y necesidades y sobre todo, me gusta tener información del precio para dónde poder comprar online con las mejores condiciones y más barato. Y ahí hay un rey indiscutible: los ecommerce chinos con Aliexpress a la cabeza.
Soy bastante reacia a comprar en internet en sitios nuevos o que no me inspiran confianza, por eso me costó tanto dar el paso con Aliexpress y la importación, pero unos seis años que di el pistoletazo de salida con un Xiaomi Mi A2 tirado de precio de importación desde China por menos de 100 euros.
Después, Aliexpress, Gearbest, Dealextreme y otras tiendas similares se convirtieron en un pasatiempo y un vicio: encontrar cosas que me interesaban y comprarlas de importación a un precio notablemente inferior. Pero si había algo que me enganchó verdaderamente fue comprar cosas pequeñas y baratas, todavía más asequibles. Esos días pasaron a mejor vida y la culpa la tienen los envíos.
Cada vez más restricciones al envío gratis para que compres más
Porque con un móvil o una nevera para el coche no hay problema, pero de eso compro muy de vez en cuando. Donde verdaderamente picaba era con esas cositas pequeñas y baratas como un localizador tipo AirTag y allí te encuentras con una barrera: la de los pedidos mínimos para el envío gratis que marca la diferencia.
Antes lo normal en AliExpress es que los envíos fueran gratis, pero ahora lo habitual es que para que llegue a tu casa sin tener que pagar más tengas que superar la barrera de los 10 euros. Eso sí, a cambio cada vez llegan antes.
El coste de los envíos en general es un concepto un tanto opaco y mientras que para unos productos y plataformas puede ser de un par de euros, en otros se dispara: depende de la distancia, tamaño y peso del item en cuestión, la empresa de paquetería o simple y llanamente, de lo que quiera poner quien vende. Por ejemplo, si no eres Prime, Amazon cobra 2,99 euros o 3,99 euros para que el envío llegue a tu casa y quizás en un producto de 50 euros como un mando para jugar no se note demasiado, pero en algo que cuesta un par de euros supone duplicar el precio.
Pues bien, precisamente la mayor parte de cosas que compraba en Aliexpress era pequeña tecnología y accesorios por menos de cinco euros y ahí la diferencia es sustancial. Aliexpress no está solo en esta práctica: tan de moda Temu tiene una barrera de 10 euros también y si compras en Shein, has de superar los nueve euros para tener los gastos gratis.
Que esta práctica sea ya una realidad tiene todo el sentido del mundo, en tanto en cuanto pese a los estrechos márgenes de beneficios de este tipo de productos (el beneficio está en el volumen), al fin y al cabo los envíos cuestan dinero. Pero cuando el producto es tan barato, desincentiva su compra y te hace valorar otras opciones. Sin ir más lejos, acabo mirando en Amazon porque si le sumo un par de euros y queda cerca del precio de venta en la plataforma de Jeff Bezos, prefiero la velocidad y sus condiciones postventa.
Pero también tiene otra razón de ser lógica: que compres más. A título personal al ver precios tan irrisorios compraba porque "total, por un par de euros" y picabas, pero bajo el pretexto de llegar a esos 10 euros, acabas sumando más ítems a la cesta para ahorrarte los gastos de envío. Porque sí, odio pagar los gastos de envío, pero en lugar de comprar una cosa, he terminado comprando tres. Misión cumplida.
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