Enfrentarse a una entrevista de trabajo o renegociar tus términos en un puesto es algo con lo que en algún momento de tu vida vas a tener que lidiar. El cómo lo hagas y cuándo es fundamental y conforme vayan pasando los años y adquieras experiencia en este tipo de situaciones, más fácil lo tendrás a la hora de enfrentarte a ellas.
En este artículo hemos querido señalar algunos de los consejos más destacados para que puedas efectuar una negociación de 10 en tu entrevista y así aumentar tus posibilidades de éxito. Al final, encontrar trabajo y, más importante, estar cómodo y feliz con tu puesto dependerá de multitud de factores, muchos de ellos personales. A pesar de ello, es importante mantener unos mínimos y adaptar la conversación según se requiera. Bajo estas líneas te dejamos con 15 reglas para negociar en una oferta de trabajo.
La importancia de caer bien a la gente
Cuando negociamos para optar a un puesto de trabajo, no debemos pasar por alto lo importante que es caer bien a la otra parte. Esto va más allá de la mera cortesía; se trata de generar una conexión que haga que las personas estén dispuestas a colaborar contigo. Siempre que te comportes de una manera que no resulte agradable, estarás reduciendo las posibilidades de obtener una oferta favorable.
Por ejemplo, al pedir lo que te corresponde, es esencial evitar dar la impresión de ser codicioso, y al señalar las deficiencias en una oferta, debes hacerlo de manera constructiva, sin parecer mezquino. Además, es importante ser persistente en la negociación, pero sin llegar a ser molesto. Un consejo útil para mejorar en estas habilidades es practicar entrevistas simuladas con amigos o colegas, para obtener feedback sobre cómo perciben tu enfoque y adaptarlo en consecuencia.
Demuestra en tus palabras por qué mereces el puesto
Cuando estás negociando una oferta de trabajo no solamente tienes que caer bien. Tienes que demostrar que vales lo que estás pidiendo. No te limites a enumerar todo lo que quieres, como tener un mayor sueldo o contar con la opción de trabajar desde casa ocasionalmente.
Explica por qué mereces esos beneficios. ¿Qué te hace único? ¿Por qué deberían elegirte a ti sobre otros candidatos? Si no tienes una razón sólida para tu solicitud, quizá la acaben reconsiderando. Debes encontrar el equilibrio adecuado entre ser agradable y demostrar lo que vales. Ser demasiado insistente en lo que pides puede sonar arrogante si no se comunica correctamente.
Deja claro que pueden contratarte
Una de las recomendaciones clave para destacar en una negociación de empleo es demostrar tu compromiso real con el empleador en cuestión. Si estás renegociando términos, hazles saber que estás seriamente interesado en formar parte de su equipo.
Si tienes múltiples ofertas en la mesa, puede que este detalle te sirva a tu favor para negociar una oferta que realmente te interesa. Sin embargo, hay que escoger esta carta con cuidado. Mientras más fuerte juegues esa mano, más probable es que piensen que al final no van a poder contratarte. ¿Cómo podemos equilibrar la balanza? Es crucial explicar bajo qué condiciones estarías dispuesto a renunciar a esas otras opciones y aceptar la oferta que te están haciendo. La transparencia y la claridad son tus mejores aliados.
Entiende a la persona que tienes frente a ti
Es importante recordar que estás tratando con personas, no con empresas en su conjunto. Además, antes de intentar influenciar a la persona que tienes delante, necesitas entenderla. ¿Qué le importa? ¿Cuáles son sus preocupaciones individuales?
Por ejemplo, negociar con alguien que podría ser tu futuro jefe es distinto a negociar con alguien del departamento de recursos humanos. Con el primero, podrías hablar sobre los detalles de la oferta con más libertad, pero debes ser cuidadoso de no parecer molesto o demasiado exigente. En cambio, el departamento de recursos humanos podría tener reglas más estrictas debido a su responsabilidad de contratar a muchas personas. Adapta tu enfoque a sus intereses y preocupaciones. Esto puede hacer que la negociación sea más efectiva y te ayude a conseguir lo que deseas de manera más efectiva.
Conoce las limitaciones
Cuando estás negociando una oferta de trabajo, es esencial comprender las limitaciones de la empresa o empleador. Aunque pueden valorarte y reconocer tus méritos, pueden enfrentarse a restricciones financieras o estructurales que les impidan ofrecerte todo lo que deseas. Identificar dónde son flexibles y dónde no lo son es clave: por ejemplo, una gran empresa que contrata a múltiples personas para roles similares podría tener poco margen para ajustar salarios, pero podría ser más flexible en aspectos como fechas de inicio o bonificaciones.
Por otro lado, una empresa más pequeña podría estar dispuesta a adaptar la oferta salarial inicial u otros aspectos, pero puede tener menos flexibilidad en otros aspectos. Entender estas limitaciones te permitirá proponer soluciones que satisfagan las necesidades tanto del empleador como tuyas, aumentando las posibilidades de llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
Prepárate para preguntas difíciles de contestar
Cuando te enfrentas a preguntas difíciles en una entrevista de trabajo, es esencial mantener la honestidad como tu principal guía. Mentir puede traerte consecuencias negativas a largo plazo, tanto éticas como prácticas. Además, ceder demasiado pronto ante la presión puede dejar vulnerable tu posición y reducir tu capacidad para obtener condiciones favorables. Es fundamental prepararse para responder de manera honesta y estratégica, manteniendo una postura firme pero respetuosa.
Enfrentar preguntas incómodas con confianza y transparencia es clave para mostrar tu valor como candidato sin comprometer tus intereses. Al anticiparte a posibles escenarios difíciles y reflexionar sobre cómo responder, puedes mantener el control de la negociación y evitar ser percibido con debilidad o poco fiable.
Pon más atención a la intención de la pregunta que a la pregunta en sí
Cuando te encuentres ante situaciones inesperadas durante una entrevista, recuerda que más allá de la pregunta en sí, lo crucial es comprender la intención detrás de ella. A veces, las preguntas pueden parecer desafiantes, pero el propósito del interrogador puede ser simplemente entender tus motivaciones o situación. Por ejemplo, cuando un empleador pregunta si aceptarías una oferta de inmediato, podría estar interesado en medir tu nivel de entusiasmo por el puesto, no necesariamente en acorralarte.
Es importante mantener la calma y responder con claridad, abordando la posible intención detrás de la pregunta. Si algo no está claro, siempre es válido pedir una aclaración para entender mejor el problema que el entrevistador está tratando de resolver. Además, al enfocarte en una conversación genuina y demostrar disposición para resolver cualquier inquietud que surja, tanto tú como la persona que te entrevista podréis salir ganando, creando una base sólida para una relación laboral exitosa.
Considera la oferta al completo
En una entrevista de trabajo, es común centrarse únicamente en el salario, pero es esencial ampliar la perspectiva. Hay una serie de aspectos que pueden influir en tu satisfacción laboral más allá del dinero, como las responsabilidades del puesto, la ubicación, la flexibilidad de horarios, las oportunidades de crecimiento y los beneficios adicionales. Es importante considerar el valor total del conjunto, y no solo el aspecto financiero, ya que esto puede proporcionarte una visión más equilibrada y ayudarte a tomar decisiones que te beneficien a largo plazo.
Además, también es importante pensar en el momento en el que percibirás las bonificaciones. A veces, optar por una compensación menos generosa de primeras puede ser beneficioso si te acaba colocando en un puesto más sólido en un futuro. Evaluar tanto las ventajas inmediatas como las oportunidades a largo plazo te permitirá tomar decisiones más informadas y estratégicas en tu negociación laboral.
Trata todas tus dudas claramente
Si estás en una entrevista de trabajo y tienes ciertas inquietudes sobre algunos aspectos de la misma, es importante abordar todas tus preocupaciones de una vez. No conviene mencionar un solo problema al principio y luego considerar otros cambios cuando la decisión esté tomada, ya que esto puede dar la impresión de que estás dispuesto a aceptar la oferta una vez que se resuelva ese único problema.
Es crucial comunicar claramente tus preocupaciones y prioridades desde el principio, evitando solicitar cambios adicionales una vez que se haya trabajado en la oferta inicial. Además, es fundamental destacar la importancia que tiene cada una de tus inquietudes, así la otra parte entenderá mejor tus necesidades y tomar decisiones más equitativas durante la negociación.
No negocies por negociar
Evita caer en la tentación de demostrar tu habilidad como negociador desde el primer momento. Es más común de lo que parece el hecho de que se quiera tratar cada detalle y regatear cada una de las cuestiones, pero esto puede ser contraproducente.
Es recomendable que, si algo es realmente importante para ti, no dudes en negociarlo, pero no pierdas de vista el panorama general. Dejar de luchar por cada pequeño incremento puede evitar generar tensiones innecesarias y te dejará en una posición más sólida para futuras negociaciones con la empresa, especialmente cuando tu carrera haya avanzado y las decisiones tengan un impacto aún mayor.
Tener varias ofertas sobre la mesa te será de gran ayuda
Cuando estás buscando trabajo y recibes una oferta pronto, puede ser tentador aceptarla de inmediato para sentirte seguro. Sin embargo, es crucial recordar que una oferta más o menos temprana puede limitar tus oportunidades de considerar otras opciones que puedan ser más adecuadas para ti. No temas tomarte el tiempo necesario para evaluar todas tus opciones y asegurarte de que la oferta que aceptes sea la más beneficiosa para tu carrera a largo plazo.
Mantén el control de la situación y comunica tus necesidades y expectativas de manera clara y profesional. Si sientes que necesitas más tiempo para considerar una oferta o esperar a otras posibles oportunidades, no dudes en expresarlo. Es importante encontrar el equilibrio adecuado entre mostrar interés genuino en la oferta y mantener tu flexibilidad para explorar otras opciones.
Evita o ignora cualquier ultimátum
En una entrevista de trabajo, es crucial evitar dar ultimátums directos. Estos pueden crear tensiones innecesarias y llevar a un callejón sin salida. Si te encuentras frente a un ultimátum, en lugar de confrontarlo de manera directa, puedes optar por ignorarlo temporalmente y redirigir la conversación hacia alternativas o aspectos en los que ambas partes puedan encontrar un terreno común. Mantener la calma y la flexibilidad puede ser clave para llegar a un acuerdo beneficioso para ambas partes sin comprometer la relación.
Por otro lado, al recibir un ultimátum por parte del empleador, es importante mantener la compostura y no dejar que la situación te lleve a tomar decisiones precipitadas. En lugar de reaccionar impulsivamente, puedes considerar posibles soluciones intermedias y ofrecer alternativas que satisfagan tanto tus intereses como los del empleador. Al no enfocarte en el ultimátum en sí, sino en encontrar soluciones constructivas, mantendrás abiertas las líneas de comunicación y aumentarás las posibilidades de llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes a largo plazo.
La paciencia es la clave
Si te encuentras negociando términos y el proceso está tardando más de lo que crees, es normal que te sientas como si te estuvieran dando largas. Para ello es crucial ser paciente. A veces, la falta de flexibilidad en ciertos aspectos puede deberse a limitaciones que no conoces completamente, y los retrasos pueden surgir debido a otras responsabilidades que tiene el empleador. Es importante mantener la comunicación, demostrando paciencia y mostrando disposición para colaborar en el proceso.
Mantente en contacto de manera profesional y tranquila, evitando expresar frustración o enfado. En lugar de ello, busca claridad sobre el cronograma y ofrece tu ayuda para facilitar el proceso si es posible. Recuerda que mantener una actitud paciente y comprensiva puede contribuir positivamente a tu imagen como candidato.
Tu disponibilidad debe ser oro
Lo que no puedas lograr hoy podría ser posible mañana. Las circunstancias cambian con el tiempo, al igual que las prioridades y las restricciones de las partes involucradas. Si alguien te dice que no a una solicitud, significa que no está dispuesto a aceptarla en ese momento dado. Sin embargo, esto no significa que la situación sea inamovible; podrías encontrarte en una posición diferente en un futuro, donde esa misma persona esté más abierta a considerar tus propuestas. La clave está en mantener una actitud abierta y seguir construyendo relaciones de confianza mientras avanzas en tu trayectoria profesional.
Además, es fundamental estar preparado para mantener la comunicación y revisar asuntos que quedaron sin resolver en un primer momento. A menudo, las negativas iniciales pueden ser el resultado de la falta de confianza o de información insuficiente. A medida que demuestres tu valía y construyas relaciones sólidas, es más probable que las puertas se abran para futuras negociaciones. No temas volver a abordar temas que consideres importantes, ya que la evolución de las circunstancias y las relaciones puede llevar a soluciones que antes parecían imposibles.
Mantén la perspectiva
El éxito va más allá de simplemente dominar la negociación. Aunque puedas tener un buen desempeño en la entrevista, si la posición en sí misma no es la adecuada para ti, podrías terminar insatisfecho. La clave está en reconocer que la satisfacción laboral está fuertemente ligada a factores como el sector de trabajo, la función que desempeñes, y las interacciones diarias en el trabajo, como las relaciones con jefes y compañeros.
Por lo tanto, antes de lanzarte a negociar, es esencial realizar una búsqueda de trabajo reflexiva y completa. Debes evaluar cuidadosamente si la trayectoria profesional y las condiciones laborales se alinean con tus metas y valores personales.
Imagen de portada | Cytonn Photography
Vía | Harvard Business Review
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