"Tras 10 días teletrabajando, lo que más echo de menos son las personas": 13 historias de cómo ha sido comenzar a trabajar en remoto

"Tras 10 días teletrabajando, lo que más echo de menos son las personas": 13 historias de cómo ha sido comenzar a trabajar en remoto

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"Tras 10 días teletrabajando, lo que más echo de menos son las personas": 13 historias de cómo ha sido comenzar a trabajar en remoto

Sin duda, la cuarentena a causa del coronavirus será una de esas historias que dejarán poso en todas las personas que lo están viviendo. Se trata de una experiencia que muy pocos han vivido antes, y que a raíz de tenernos que confinar en casa ha traído a las vidas de mucha gente realidades que ya estaban implantadas en parte de la sociedad, pero que son totalmente nuevas para muchos.

El teletrabajo es una de esas novedades. Muchos lo practicamos desde hace años, pero en muchos trabajos nunca se ha planteado, aunque como estamos viendo fuera totalmente posible. Como toda situación novedosa, introduce dificultades y aprendizaje. Veamos cuáles han sido para 13 personas de diversos sectores durante sus primeros 10 días de teletrabajo.

Las experiencias con el teletrabajo están siendo positivas, pero dependen del sector

Clase La experiencia del teletrabajo dista mucho entre sectores. El de la educación es de los más perjudicados.

En general, las experiencias de las personas con las que hemos hablado son buenas, pero hay muchos matices dependidendo del caso, claro. Por ejemplo, para Patricia, periodista que teletrabaja por primer vez, "lo más duro es la ausencia total de gente a mi alrededor. Solía quejarme del ruido a la hora de escribir, pero ahora lo echo en falta". Ello no le está quitando productividad, sino que al contrario "está haciendo todo o más". En el apartado negativo, destaca que lleva por la desconexión, controlar tiempos y dejar el trabajo cuando toca.

Patricia nos cuenta que echa de menos todo su lugar de trabajo, y que aunque "le gustaría teletrabajar más a menudo", con el paso de los días, la nueva situación le cansa. Eva, empleada en el sector de los medios digitales, expresa que, por las circunstancias "la experiencia está siendo más dura de lo que esperaba". La cuarentena nos obliga a quedarnos en casa, pero también añade una tensión y pensamientos que complican la labor corriente que haríamos en la oficina.

Tanto Eva como Patricia echan de menos elementos de la oficina como el contacto con la gente, clave en el día a día. Álvaro, en el desarrollo de software también lo comparte, y añade que "debido a la reducción de interrupciones, se es más productivo". Aquí contrasta, eso sí, el caso de compañeros de trabajo que tienen niños pequeños: "lo están sufriendo y su experiencia no está siendo como la mia: multitud de interrupciones y trabajo en horas nocturnas para compensar las horas productivas."

Marisa, trabajadora de la Junta de Andalucía, también se suma al equipo de las personas cuya productividad está mejorando, tras unos días de adaptación. "El tipo de trabajo que desarrollo se ve muy beneficiado por la mayor concentración que puedo alcanzar en mi casa, donde se producen un número muy inferior de interrupciones. Las llamadas telefónicas han disminuido mucho, lo que también influye en este sentido", nos cuenta.

Otras dos personas que destacan el aumento de productividad son Anabel y Etel. La primera afirma que hay un "aumento de productividad en general, aunque también mayor facilidad de hacer horas de más". La segunda habla de "un aumento de productividad" aunque no "sabe si se debe al a la disminución del trabajo".

María, sobre su trabajo en Canal Sur desde casa afirma que la productividad "es casi casi la misma", puediendo hacer todo lo que hacía allí, menos un detalle que no logra llevar a cabo porque no les funciona el audio en remoto.

"La comunicación no siempre es fluida, y dificulta mucho el aprendizaje de los niños"

No podemos quedarnos, sin embargo, solamente con las experiencias positivas. No es que no sean representativas, pero dependen totalmente del sector. Es algo que percibimos al hablar con Ana y Paco, ambos maestros en colegios públicos de Andalucía, aunque Paco también da clases en la universidad. Ana cuenta que la experiencia está siendo compleja "no todas las familias tienen los mismos medios, ni disponen del mismo tiempo. La comunicación no siempre es fluida, y dificulta mucho el aprendizaje de los niños, por lo que está habiendo un receso en la productividad, aunque podría ser peor." De hecho, es bastante tajante, y reconoce que no quiere repetir en teletrabajo: "No estamos preparados", sentencia.

Paco también es pesimista con cómo está yendo la cosa, aunque no se lo achaca tanto al teletrabajo sino al encaje que éste tiene con la situación en un colegio complicado: "Creo que el teletrabajo puede ser útil en aquellas familias que tienen un interés y recursos suficientes para ello (ambas cosas, interés y recursos). La mayoría de los alumnos dejó los cuadernos y libros el mismo día 13 de marzo y no ha vuelto a pensar en ello". Distinto es en la universidad, donde sí está avanzando porque los alumnos ya tenían preparados los contenidos y las tareas. Paco agradece poder teletrabajar, pero no cree que sea posible a día de hoy en este sector: "la brecha digital en las familias es muy grande, y el interés por la educación, mínimo".

En el sector público hay de todo, y dependiendo del tipo de trabajo, la situación también puede ser algo negativa. Mariola, trabajadora en un ayuntamiento en la provincia de Sevilla, tiene mucho trabajo que necesita ser presencial, y dada esta circunstancia, "está encontrando problemas porque no todo el mundo tiene acceso a las tecnologías. Hay personas para las que el simple hecho de enviarme un correo electrónico les supone una dificultad". La brecha digital ataca de nuevo, como en la educación.

El tiempo libre extra, una gran clave del teletrabajo, aunque no llega sin pérdidas

Atasco El traslado al trabajo hace perder mucho tiempo a la mayoría de personas.

Quien esto escribe, lleva casi seis años teletrabajando, y lo que más agradece es el tiempo que se ahorra cada día en desplazamientos, ya sea andando, en bici o en coche o en transporte público. Ana, diseñadora gráfica en agencia de publicidad, se suma a ese pensamiento. Su productividad no se está viendo alterada, y dada su actividad, puede teletrabajar sin problema. Aunque echa de menos más relación con los compañeros, destaca que "su trabajo está muy lejos de mi casa y pierde mucho tiempo en ir hasta allí", por lo que le parecería bien que se pudiera teletrabajar después de la cuarentena. "Para mí sería una buena opción, si no todos los días al menos unos cuantos días a la semana."

Sandra también agradece no perder tiempo en tener que desplazarse, además del ahorro que ello supone. María, que cada día tiene que desplazarse a Canal Sur, afirma que el tiempo que gana no teniendo que desplazarse, lo aprovecharía para otras cosas. Marisa no tiene un trabajo que le permita dejar de acudir a una oficina por completo, pero como Sandra, "ha notado un gran ahorro de tiempo por no tener que desplazarse, y también de combustible, al margen del indiscutible beneficio para el medio ambiente".

En general, hemos visto que las personas con las que hemos hablado destacan haber ganado productividad o sentirse bien con el teletrabajo. Pero también hay algo en lo que coinciden casi todas: se echa mucho de menos el día a día con los compañeros.

Para Patricia, "lo más duro es la ausencia total de gente a tu alrededor". Eva, lo que "más echa de menos es el contacto con algunos compañeros de trabajo", pese a que su relación con muchos compañeros de equipo ya es a distancia. De su lugar de trabajo, Álvaro no echa de menos casi nada, salvo "el contacto con los compañeros: las charlas, el desayuno, o el café. Se echa de menos dinamizar un poco el día y no estar las 8 horas seguidas pendiente de la pantalla".

"Lo más duro es la ausencia total de gente a tu alrededor"

José, periodista en redacción también echa de menos la compañía y poder despejarse con compañeros en una pausa: "Esos micromomentos de “desconexión” son más necesarios de lo que parecen, y al pasar 8 horas en tu cuarto encerrado te das cuenta". También echa de menos la separación de la redacción y casa: "cuando abandono la redacción y llego a mi hogar este es como una “zona segura”, pero al teletrabajar no existe esa diferencia". Ana también destaca "una comunicación más directa con mis compañeros" como lo que más echa de menos de la agencia de publicidad, al igual que Sandra, que lamenta "no poder alternar con los compañeros". En el caso de Mariola, eso, pero también el trabajo de campo, pues como técnica de recursos humanos todo es contacto directo.

Los docentes también echan de menos las relaciones personales. Según Ana, lo mejor del día a día es "la relación directa con el alumnado o la relación directa con los compañeros". Paco destaca que para él, "la educación es una relación y se puede mantener e incluso incrementar a través de la red, pero el contacto social y físico es necesario".

En general, a casi todos y todas les gustaría, al menos, poder decidir si teletrabajar ocasionalmente. Sin encontrar idílica la situación actual, José nos cuenta que "en semanas puntuales lo agradecería mucho. Soy de fuera y vivo en Madrid, y visitar a mi familia o amigos a veces es un problema. Si pudiera “transportar” mi oficina a cualquier lugar ese inconveniente desaparecería. En un universo utópico me imagino viviendo en un lugar diferente al de mi redacción."

Sin apenas recursos de hardware de las empresas para seguir trabajando en casa

Hardware Teletrabajo

Por mucho que estemos teletrabajando, hay que tener en cuenta que no es obligatorio tener ordenador, tablet, móvil o conexión a Internet en casa, aunque se presuponga. Las empresas y organizaciones no han podido ser previsoras en este sentido, ni quizá habrían tenido recursos para llevar a cabo una dotación, así que los medios que la mayoría tiene son los propios, con excepciones.

Anabel trabaja en Madrid en el sector del reparto a domicilio de comida, y nos cuenta que desde su empresa sí le ofrecen recursos: "Ordenador y pantalla, si la quisiera recoger". Etel, que trabaja en atención al cliente del sector turístico, también ha recibido material con el que poder seguir en casa recibiendo llamadas: "me han dado ordenador, pantalla y casi todo lo que es hardware". La conexión eso sí, va a aparte, y ninguna de las personas con las que hemos ha mencionado que la empresa le cubra gastos de llamadas o acceso a Internet.

En el sector público y administración, aunque tampoco se ha dado material físico de trabajo ni conexión, sí se han dado instrucciones para poder seguir conectando a los equipos de trabajo en remoto.

En la mayoría de trabajos se ha asumido que el trabajador contaba con medios en casa

Es el caso de María, que trabaja en el sector de la comunicación audiovisual en Canal Sur. En su situación, hacía falta crear una red VPN para acceder a la red local de las oficinas, y le "han dado unas instrucciones presuponiendo que tengo en casa ordenador, tablet o algo para conectarme". Esas instrucciones incluyen, además, la configuración de su equipo de trabajo diario en remoto. Sin embargo, no tenía equipo propio en casa con el que poder conectarse, porque su Mac no es compatible, por lo que ha tenido que usar el portátil de su padre, pues su marido necesita el portátil para su trabajo.

Sandra, que trabaja en el sector del ciclo integral del agua, nos cuenta que no han dado equipo, pero sí un "teléfono móvil de empresa", aunque ya lo tenían de antes del teletrabajo. En la empresa de Álvaro, de desarrollo de software, ya tenían portátiles porque necesitan movilidad, y lo que han hecho ha sido ofrecer material extra: "monitores, set de auriculares y micrófonos para videoconferencias".

Hay casos como el de José en que la empresa asumía que se contaba con los recursos, pero aun así daba ayuda si se pedía. Sin embargo, la tónica, como nos cuenta la mayoría, ha sido asumir que podías seguir en casa como si estuvieras en tu centro de trabajo. Es especialmente preocupante en el sector de la educación a todos los niveles, donde en los casos que hemos podido conocer, ni se ha preguntado sobre el equipo del que se disponía, teniendo que atender a cientos de alumnos en algún caso.

¿Qué herramientas están usando para trabajar en la cuarentena?

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La mayoría de personas nos cuenta que no ha cambiado de herramientas, y si acaso, han introducido alguna como un grupo de WhatsApp. Veamos cuáles son.

  • Patricia: Slack, Factorial, Hangouts, Asana.
  • Eva: Slack, Asana, correo electrónico, y un programa de contabilidad.
  • Álvaro: G Suite: Gmail, Google Chat y Google Meet y Hangouts.
  • Etel: Zoom (ya la usaban antes de su explosión estos días).
  • José: Telegram y Hangouts Meet (que sí están usando a partir de la cuarentena).
  • Anabel: Zoom y Slack (siempre las han usado).
  • Marisa: se ha creado un grupo de WhatsApp, y coordinando por teléfono y correo electrónico.
  • Sandra: teléfono para llamar a clientes y WhatsApp.
  • Ana: WhatsApp, correo electrónico, Anydesk para servicio técnico y GoToMeeting.
  • María: correo electrónico y WhatsApp.
  • Mariola: correo electrónico y WhatsApp.
Moodle

En general, casi todos nos cuentan que no había planes previos para teletrabajar, salvo que en sus empresas el modelo ya estuviera implantado con gente que trabajase fuera de la oficina. El caso más dramático parece el de los profesores. Ana nos cuenta que estos días están realizando un curso para utilizar Moodle, y han hecho blogs para enviar las tareas a los niños, pero lo que más han utilizado era el correo electrónico. Tenían pocas instrucciones y al comienzo fue un poco caos, pero ahora han encauzado la cosa.

Paco ha recibido instrucciones de utilizar Moodle, pero ni el profesado la conoce bien, y "dado que la mayoría de las familias de su centro no tienen recursos, la mayoría de las comunicaciones las hacen vía telefónica". Entre docentes, en su colegio se comunican por WhatsApp y Skype. Para enviar documentos a los alumnos, de la universidad, se sigue utilizando la plataforma de siempre, Blackboard, pero ahora también tienen una web en Google sites.

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