Tras conocerse las cifras iniciales de venta de Windows 8, cuatro millones de copias en los primeros tres días, todos esperábamos conocer cómo iba evolucionando el asunto. Deseo que se ha visto apagado en un incómodo silencio. Una ausencia de datos que empezaba a oler a quemado. Ahora sabemos por qué: las ventas de Windows 8 están por debajo de las expectativas de Microsoft. Mal asunto para la compañía, aunque aún es pronto para colgar al sistema operativo el cartel de fracaso comercial.
Por qué no se vende Windows 8
Las razones según el fabricante
Microsoft culpa de ello a los fabricantes de hardware, que no están empleando recursos bastantes para apoyar el nuevo sistema operativo. La razón, aunque sea cierta, no justifica por sí misma la pobre implantación de Windows 8 hasta la fecha.
Y digo que no es suficiente porque Microsoft ha lanzado una campaña monumental en apoyo de su criatura, además de una oferta casi irresistible de actualización por un precio muy asequible. Por último, Windows 8 no está enfocado únicamente al mercado de PCs, más bien al contrario, es un sistema pensado para tabletas.
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¿Entonces? Concurren varios factores para que se esté produciendo esta situación. Por un lado los requisitos de hardware que, si bien son similares a los de Windows 7 a nivel de tripas, no lo son a nivel gráfico. Esto es así no tanto por las tarjetas gráficas, sino por las pantallas.
Requisitos de hardware
Para poder ejecutar aplicaciones Modern UI el requisito mínimo de resolución es 1024×768 píxel y 1366×768 píxel para poder visualizar dos aplicaciones Modern UI de forma simultánea. La mayoría de portátiles pequeños capaces de ejecutar Windows 7, no soportan resoluciones verticales de 768 píxel, quedando pues descartados.
Los que son un poco más grandes, en el mejor de los casos soportan una resolución horizontal de 1280 píxel, con lo que pierden parte de las posibilidades que brinda el sistema. Con los monitores de escritorio ocurre algo similar, la mayoría soportan 1280×1024 píxel y no más. Para el usuario doméstico esto es una barrera. No se trata sólo de gastar 29,99 euros en la actualización, en el peor de los casos el equipo se queda corto y en el mejor necesita otro monitor. Esto son ya palabras mayores.
Entorno empresarial
En el entorno empresarial todavía XP tiene mucho peso y Windows 7 no lleva tanto tiempo como para que una corporación, y no digamos una Pyme, se planteen el cambio. El salto a Windows 8 en la empresa no comporta únicamente el precio de la licencia, hay que añadir también el coste de formación del personal para un sistema operativo que supone un gran salto en la experiencia de uso. Si añadimos a la ecuación de los costes la inversión en hardware y la crisis económica, el resultado es que en las empresas no están muy por la labor del cambio.
Tabletas
Respecto del mundo de las tabletas, Microsoft ha optado por lanzar una versión poco potente de Surface, la equipada con Windows RT, cuyas prestaciones están por debajo de Windows 8. Además, la relación precio/prestaciones de los primeros modelos es desfavorable para competir con las asentadas tabletas de Apple, y mucho menos con las animadas por el androide. Están en mitad de ninguna parte y el usuario de alto poder adquisitivo opta por el iPad, y el de menos recursos por las tabletas basadas en Android.
Utilidad
Otro aspecto a considerar es una gran parte de las bondades de Windows 8 están enfocadas a la experiencia táctil y los PCs de escritorio no le sacan partido. En el entorno profesional tampoco parece una razón para el cambio el enfoque lúdico del producto, optimizado para navegar, ver e intercambiar imágenes, participar en redes sociales y reproducir vídeos.
Las personas que trabajan con equipos informáticos dentro de actividades ajenas al mundo tecnológico, suelen tener en pantalla el programa principal que utilizan (contabilidad, gestión de pacientes, programas de CAD, ofimática, etc.) y de nada les sirve la animada y colorida pantalla de inicio de Windows 8.
Para ejecutar ese tipo de software ya disponen de Windows XP, Vista o Windows 7, sin necesidad de inversión adicional. No quiero imaginar el trabajo de los administradores de sistemas para eliminar del escritorio todas las “tonterías” que pueden distraer al respetable de sus obligaciones.
Windows 8 bajo el síndrome de Windows Vista
Con Windows 8 Microsoft corre un gran riesgo, en un momento económico poco proclive a los saltos cuánticos. El sistema es bueno, rápido, más seguro que sus predecesores, hasta ahora barato… pero tal vez demasiado revolucionario y adelantado a su tiempo.
Así ocurrió con Windows Vista: un buen sistema operativo que cambió la experiencia de uso y necesitó requisitos de hardware elevados. Vista ha sido uno de los contados fracasos del gigante de Redmond.
Steve Sinofsky ha sido el gran artífice de Windows 7 y responsable por ello de un considerable éxito para Microsoft. Ahora podría ser también el responsable de un gran fracaso si la tendencia se mantiene después de la campaña navideña. ¿Ha sido esto la razón de su salida de la compañía? Seguramente no, pero puede que haya tenido su peso. La verdad es que probablemente nunca lo sabremos.
Vía | Xataka Windows » Paul Thurrott
Imagen | Microsoft Sweden, Stephen Edgar
En Genbeta | ¿Ha puesto Microsoft el nivel muy alto con sus expectativas sobre Windows 8?, El reinado de Steve Ballmer: lo que Microsoft ha sido y lo que puede o no puede ser sin Steve Sinofsky
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