Una interesantísima patente que Microsoft ingresó en 2015 ha sido finalmente aprobada y por consiguiente hecha pública. Se trata de básicamente de un mecanismo para detectar y bloquear contenido obtenido sin licencia, además de identificar a quienes incurran en estas actividades repetidamente.
No se sabe con ninguna certeza si esto vaya a ser implementado en Windows 10, o siquiera si de ser implementado funcionaría detectando todo tipo de contenido multimedia que se descargue sin permiso, como películas, videojuegos o música.
Un uso para esto podría ser simplemente el de detectar la instalación de copias piratas del mismo Windows. Sin embargo, algo a lo que muy poco se ha prestado atención hace tiempo es el hecho de que en los términos de servicio de Windows 10 se incluye una pequeña linea que permite a la empresa descargar actualizaciones de seguridad y hacer cambios en la configuración que puedan prevenir que los usuarios jueguen copias ilegales de videojuegos.
Este tipo de cosas causaron su buena cantidad de paranoia sobre la extensión del rastreo que hace Microsoft de la actividad del usuario de Windows 10, un sistema que no ha parado de ser criticado en el apartado de la privacidad desde su lanzamiento en 2015. La Unión Europea, por ejemplo, sigue preocupada por esto y continúa exigiendo a Microsoft que especifique qué datos concretos recoge y para qué fines los utiliza.
La patente explica esto en términos bastante difíciles de leer para el humano promedio:
Los objetos en un sistema de datos compartidos pueden ser marcados por incluir contenido prohibido. Los incidentes que resulten en objetos siendo marcados pueden ser almacenados en un historial de incidentes asociados con un usuario responsable por esos objetos.
El historial de incidentes puede ser procesado para identificar a reincidentes y modificar acceso a los privilegios de esos usuarios.
Sin embargo, cuando los objetos son compartidos por un usuario con otro usuario, el contenido prohibido es bloqueado y no puede ser compartido, mientras el resto de los objetos compartidos permanecen accesibles al otro usuario.
En cristiano: el sistema puede escanear el contenido en busca de algo prohibido. Si consigue algo, básicamente lo escribe en un reporte, y si un usuario entra en ese reporte con frecuencia, lo meten en una lista negra y le pueden modificar sus privilegios de acceso. Si además comparten ese contenido con otros, pueden bloquearlo para que no se pueda acceder más a él.
Lo que hará realmente Microsoft con esta patente al final es algo que solo el tiempo nos dirá. Pero sin duda, es mucho lo que se puede interpretar con ese lenguaje, como temer por esos archivos bajados vía torrent que están en tu disco duro.
Vía | On MSFT
En Genbeta | La herramienta para resolver todos los problemas de privacidad de Windows 10 en un click
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