En 1994, Viacom compró Blockbuster por 8.400 millones de dólares. La cadena de videoclubs, que se había fundado casi 10 años antes y que comenzó con una sola tienda en Texas, estaba en auge: con más de 9.000 videoclubs a nivel global, la expansión a otros países acababa de comenzar. En aquella época era una de las empresas del momento y se convirtió en la principal opción a la hora de alquilar películas y juegos en la mayoría de países donde operaba.
Saltamos a 2013. Dish, actual propietario de Blockbuster, acaba de anunciar el cierre de los 300 establecimientos restantes que todavía operaban en Estados Unidos. La bancarrota de 2011 ya se llevó por delante a todo el negocio internacional por aquel entonces, pero todavía les quedaba una pequeña presencia en su país de origen. La marca se mantendrá todavía mientras sus dueños valoran cómo "expandir su oferta digital", pero la gran cadena de videoclubs, tal y como la conocimos en su día, ha dejado de existir.
En España cerraron en 2006
Si bien en Estados Unidos el cierre no ha llegado hasta ahora y en otros países, como Reino Unido, la cadena no decidió vender sus videoclubs a otras marcas hasta 2011, en España Blockbuster tuvo una historia mucho más breve. Llegó a nuestro país en 1991 y llegó a tener 118 establecimientos en sus mejores tiempos, pero en 2006 decidieron echar el cierre aquí.
La empresa echó la culpa entonces a la piratería, al auge de la televisión digital, cada vez presente en más hogares, y al incremento de la venta de películas. La realidad es que, a pesar de que seguramente habría más razones, los 3,5 euros que cobraban por alquiler era un precio demasiado elevado y en otros establecimientos similares las mismas películas podían encontrarse más baratas.
Lo que pasa cuando llegas tarde
En 2008, Blockbuster se introdujo en el mundo del vídeo bajo demanda con Blockbuster OnDemand y llegó incluso a lanzar su set-top box para que los clientes pudieran disfrutar de las películas cómodamente en su televisor. Por desgracia para ellos esta iniciativa no funcionó demasiado bien. En 2011 volvieron a intentarlo, esta vez ya cuando habían sido comprados por Dish Network, y lanzaron su propio servicio de suscripción por 10 dólares. Pero, como podéis suponer, tampoco llegó a ninguna parte.
¿Por qué? En una sola palabra: Netflix. En 1997, Netflix vio la luz y en 1999 introdujo el modelo de suscripción. Con este servicio, para alquilar una película no necesitabas ir a la tienda, escogerla, pagar un dineral y devolverla a los dos días. Con Netflix escogías la película por Internet, te la mandaban a casa y cuando la terminabas la devolvías sin más para poder alguilar otra nueva, todo ello pagando tan sólo una cuota.
Esta idea, que hoy parece simple, fue toda una revolución en su época. En 2000, el responsable de Netflix acudió a Blockbuster para ofrecer un acuerdo: Blockbuster podría replicar el modelo de Netflix en sus tiendas mientras que ellos se encargarían de llevar Blockbuster online, donde Netflix se desenvolvía bien y ya permitía a sus clientes alquilar a distancia. Pero Blockbuster ignoró esta oferta, al considerar que el modelo de suscripción no tenía futuro.
En 2007, Netflix volvió a dar una vuelta de tuerca a su tarifa plana y la trasladó al streaming online. Cuando en 2008 llegó Blockbuster, la oferta de Netflix no sólo era más atractiva (pago de tarifa plana frente al pago de una suma elevada por cada película) sino que además Netflix ya se había hecho un nombre dentro del mundo del alquiler de películas. Lo que ocurrió a partir de entonces ya lo conocemos, pero por si alguien tiene dudas, este gráfico recogido por Teknautas lo dice todo:
Alquiler de videojuegos, gracias a Blockbuster
Sin embargo, a pesar de haber ido a la cola de la competencia durante muchos años en lo que a innovaciones se refiere, Blockbuster es en parte responsable de que hoy exista la posibilidad de alquilar videojuegos. Ante la perspectiva de vender menos juegos para consola, Nintendo decidió enfrentarse a Blockbuster en los tribunales con argumentos tan rebuscados como que Blockbuster fotocopiaba los manuales de sus videojuegos. Así era, según explicaba la propia compañía, ya que los originales terminaban destrozados al pasar por tantas manos y tenían que sustituirlos.
A pesar de que Nintendo llegó a asegurar que ésta sería la primera demanda de las muchas que llegarían para impedir que Blockbuster alquilara videojuegos, al final la cadena de videoclubs terminó ganando el caso en los tribunales y el alquiler de videojuegos se estandarizó en este tipo de establecimientos, tanto de Blockbuster como de otras marcas.
Quien no innova, lo paga caro
Es fácil decir, cuando todo ya ha quedado en el pasado, que Blockbuster estaba condenada a desaparecer desde el momento en el que decidió plantarse con lo que ya tenía y no atender a la amenaza de la competencia, que era bastante limitada en aquella época. Pero lo que terminó de acabar con ellos fue ver cómo Netflix, por ejemplo, crecía cada año y Blockbuster se mantenía estático en su modelo de negocio. Cuando quisieron reaccionar lo hicieron tarde y mal. En el mundo de la tecnología cada vez está más claro que, como decía aquel anuncio, "o te mueves o caducas".
Imagen | "Simon Larsen":http://www.flickr.com/photos/blackwood/3333065772/ En Genbeta | "Netflix quiere eliminar las ventanas de distribución y ofrecer películas de estreno":https://www.genbeta.com/multimedia/netflix-quiere-eliminar-las-ventanas-de-distribucion-y-ofrecer-peliculas-de-estreno
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