Amazon presentó ayer los resultados correspondientes al tercer timestre de su año fiscal, julio a septiembre. La compañía de Seattle tuvo en dicho periodo unos ingresos de 17.100, un 24% más que en el mismo período del año anterior. Por segundo trimestre consecutivo Amazon arrojó pérdidas, en este caso de 41 millones.
El tema de las pérdidas --y la falta de beneficios-- no es algo que debería sorprender a estas alturas de la película. Tradicionalmente Amazon se ha centrando en el crecimiento y no en los márgenes, reinvirtiendo importantes cantidades de dinero cada trimestre en sus diferentes iniciativas: plataforma de venta de productos, Amazon Web Services, contenidos audiovisuales, etc. Esto no quiere decir que de la noche a la mañana Amazon vaya a ser capaz de generar beneficios, pero hasta ahora no ha sido un área en la que la empresa haya centrado sus esfuerzos.
La principal nota positiva de este trimestre la encontramos en los servicios en la nube, Amazon Web Services (AWS), cuyo volumen de negocio alcanzó los 960 millones de dólares. AWS no tiene su propio epígrafe en el balance de Amazon y sus resultados se incluyen en la sección de Otros (_Other_), pero todo parece indicar que AWS es el principal componente de dicha partida. Estos 960 millones representan un incremento importante con respecto a los mismos tres meses del año anterior, del +58%.
El otro aspecto positivo viene de la mano de Prime y del streaming. Según Tom Szkutak, CFO de la compañía, Amazon tiene en estos momentos "varios millones" más de miembros que pagan 79 dólares al mes para tener acceso a contenidos en streaming y a entregas de pedidos en un máximo de dos días.
La empresa que dirige Jeff Bezos tiene en estos momentos 109.800 empleados, 28.400 más que en el mismo periodo del año anterior. Un crecimiento importante en tan sólo 12 meses y que sitúa a Amazon por delante de uno de sus principales rivales en el área de Seattle, Microsoft, que tiene poco más de 100 mil empleados.
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