Mariano Rajoy fue un ministro de Cultura fantástico, al que la SGAE le concedió la Medalla de Oro. - Teddy Bautista
"El Partido Popular está recibiendo mucha presión por parte de determinados editores para que se tomen medidas contra las páginas de descargas", informa hoy el diario Público. Esta información coincide con la avanzada por Nación Red pocos días después de ser derrotada la "ley" en el Congreso de los diputados.
La información reproduce básicamente lo que se temía o conocía. El PP no ha hecho de sus enmiendas, un mal menor, la línea Maginot innegociable que sugerían los fieles a Rajoy. Muy al contrario. El PP habría sucumbido progresivamente ante las presiones de productores afínes, véase Pedro Pérez y Eduardo Campoy, los viejos contactos de Aldo Olcese en la FAES y la propia presión de los representantes políticos e industriales de EE.UU muy activos en Madrid en la última semana.
Una regresión de sus posiciones iniciales teledirigida por la vieja industria y los intereses económicos oligopolistas recelosos del mercado abierto. Mientras su portavoz Esteban González Pons lanzaba un Manifiesto en defensa de Internet y la Transparencia en la sede valenciana del PP de Camps.
Algo que se veía venir y que solo la codicia y las propias presiones que el sector duro de la industria (y la embajada) están ejerciendo sobre el PSOE para no ceder en demasía al PP (debilitar la ley, según el asesor de Obama que realmente era de Bush) pueden llevar al traste lo que ya parece el aperitivo de un consenso chapucero y de última hora, al modo de Brown, entre conservadores y socialistas para aprobar la ley del embajador.
¿Rectificará el PP o ya habrá sucumbido?
En Nación Red | El PP recuerda que su oposición a la Ley Sinde solo ha sido en determinados "matices" Foto | Gustavo Bravo
