Dice el refrán que bien está lo que bien acaba. No será el caso del canon digital ni del reglamento que deberá desarrollar la Ley Sinde. Empezaron mal, siguieron peor y ya veremos como terminan, porque la ministra Sinde ha decidido pasarle la patata caliente al que venga tras las elecciones generalísimas.
Como ya viene siendo tradición, el Gobierno de España ha decidido incumplir sus propias reglas otra vez y saltarse la fecha límite, junio de 2011, que se impuso para reformar el tristemente conocido canon digital a raíz de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que declaró el canon como no conforme al derecho comunitario.
Por otro lado, nueve meses después de la aprobación de una ley fraguada y redactada desde la embajada norte-americana, el reglamento que debiera desarrollar la ley que valida el cierre de páginas web al gusto de las entidades de gestión y la industria del ocio sigue parado. El paro es acorde con todo el proceso de la Ley Sinde, que se ha ido posponiendo hasta la nausea durante los últimos años.
Y para terminar el capítulo, la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual. Una ley que la Ministra Sinde dijo que necesitaba algún que otro remiendo una vez saltó a las pantallas el culebrón de la SGAE y sus corruptelas.
Aún así, e incluso con uno de los muchos y vergonzosos acuerdos bi-partidistas, en que el pleno del Congreso de los Diputados aprobó marcar Octubre como fecha límite para presentar la modificación, ésta no llegará.
Tarde y mal. Como viene siendo de costumbre, nuestra clase política prefiere soltar "pasapalabra"... y que el marrón se lo coma el que venga. Y luego se preguntan por qué pasa lo que pasa.
