Reconozco que en muchos aspectos soy un poco paranoico. Uno de ellos es la seguridad de los datos y la privacidad. Puede parecer una tontería pero me aterra perder una memoria USB que contenga mis fotos, currículo, vídeos o música, en definitiva, una parte de mí. A la vez me gustan las aplicaciones sencillas, que no me complican la vida y son efectivas. Ambas cuestiones convergen en la aplicación USB Safeguard, cifrado de USB sencillo y práctico que me ayuda a mantener la privacidad en dichos dispositivos.
En este caso se trata de una aplicación portable, es decir, no necesitamos instalarla en el equipo sino que se ejecuta sobre la memoria USB. Esto facilita su utilización independientemente de donde conectamos el dispositivo. Sólo tiene el inconveniente de que si nos movemos en sistema de ordenadores heterogéneo con distintos sistemas se nos fastidia el invento.
Funciona para sistemas Windows desde 2000 hasta 7. La versión gratuita tiene una restricción de tamaño en la unidad que se puede instalar de 2 GB, si queremos tener unidades o particiones de mayor tamaño cifradas tenemos que pasar a la versión de pago que cuesta 10 euros. Mi recomendación es hacer una partición del tamaño que necesitemos, teniendo como límite esos 2 GB, si utilizamos memorias USB de mayor tamaño.
De esta manera tenemos una partición cifrada donde guardaremos los documentos que queremos mantener privados y otra en la que podemos guardar datos que no nos importe perder o que queden expuestos si perdemos la unidad USB. Una precaución que debemos tomar es tener la unidad vacía al utilizar por primera vez USB Safeguard, puesto que borra todos los datos. El cifrado que realiza es AES 256.
Su utilización es muy sencilla, puesto que sólo tiene dos modos. Bloqueado, cuando hemos creado la contraseña y no se puede acceder al dispositivo. Si abrimos la memoria e intentamos copiar algún dato nos aparecerá un mensaje diciendo que no tenemos espacio suficiente. De hecho el tamaño de la partición queda oculto mientras el dispositivo está bloqueado.
Para desbloquearlo necesitaremos introducir la contraseña. En este caso ya podemos copiar o borrar elementos y vemos todo el contenido de la memoria USB. Como curiosidad, podemos poner en un campo destinado a tal efecto nuestro teléfono móvil o dirección de correo por si perdemos la unidad. La verdad es que yo no lo recomiendo, casi mejor dar la unidad por perdida que dejar estos datos al descubierto.
Conviene recordar que la fortaleza del cifrado dependerá de la clave que pongamos, por lo que si queremos un poco más de seguridad mejor combinar mayúsculas y minúsculas, números y signos además de una longitud de más de seis caracteres que nos ayudarán a tener una contraseña con una fortaleza adecuada. De nada sirve usar una aplicación de este tipo y luego poner una clave del tipo 1111.
Si lo comparamos con otras opciones similares, como puede ser por ejemplo Toucan, tiene la ventaja de ser más sencillo en su uso. Cifra los archivos y carpetas que le ponemos y nada más. En esta simpleza está también su desventaja ante Toucan, que puede hacer copias de seguridad, cifrar o sincronizar entre carpetas en el USB y nuestro ordenador.
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