Steven Sinofsky, responsable de Windows en Microsoft y a quien hemos podido ver prácticamente en todos los lanzamientos de Windows 8 y Surface, ha dejado la compañía. Oficialmente, desde Redmond han publicado un comunicado con declaraciones tanto de Sinofsky como de Ballmer, lo que da a entender que la salida se ha producido de mutuo acuerdo. Sin embargo, otras fuentes dicen que no ha sido “tan así”.
Las fuentes anónimas citadas por All Things Digital hablan de que, en los niveles superiores de la empresa, a Sinofsky no se le consideraba como el “tipo de jugador en equipo que estaba buscando la empresa”, produciéndose esta salida entre crecientes tensiones entre él y otros altos ejecutivos. Por lo visto, muchos la comparan con la de Scott Forstall de Apple
Desde The Verge entran más en detalle, citando fuentes internas de Microsoft que dicen que Sinofsky era visto como un jefe agresivo, capaz de poner obstáculos a productos que tuvieran el potencial de opacar a Windows. Y con las miras puestas en el futuro ecosistema de Microsoft, esto representaba un problema que ha terminado solucionandose con su salida.
También en The Verge han publicado la carta remitida por Steve Ballmer a los empleados de Microsoft acerca de este cambio. En ella habla de la nueva era en la que ha entrado la compañía y afirma, sin entrar en detalles, simplemente que Sinofsky ha decidido dejar la empresa. Ballmer se ha mostrado agradecido con él por el trabajo que ha desempeñado en todos estos años. Similares declaraciones se han incluido en el comunicado publicado por Microsoft donde también se ha añadido una de Sinofsky que dice:
Es imposible contar las bendiciones que he recibido durante mis años en Microsoft. Me siento muy honrado por la profesionalidad y generosidad de todos con los que he tenido la suerte de trabajar en esta increíble empresa.
Sinofsky llevaba en Microsoft desde 1989. Fue asesor técnico de Bill Gates y se hizo cargo de la división Windows en 2009, y fue quien estuvo detrás de Windows 7, Windows 8 y Surface. Dentro de la compañía, se le consideraba como un invididuo brillante, pero por lo que parece indicar todo, su actitud ha terminado trayéndole problemas que sólo había una manera de solucionar.
<h2>Quien ocupará el puesto de Sinofsky</h2>
Al mismo tiempo que desde Microsoft se daba a conocer la noticia, también se anunciaba quien pasaría a ocupar su puesto de manera inmediata. Sus sucesoras son dos: por un lado está Julie Larson-Green, que pasará a encargarse de Windows software y de ingeniería de hardware; por otro está Tami Reller, que pasará a hacerse cargo del área de negocios y estrategias de marketing de dispositivos Windows, además de otras responsabilidades financieras. Ambas responderán directamente ante Ballmer.
Julie Larson-Green, fue anteriormente la responsable de gestión de programas, diseño de interfaz e investigación en Windows 7 y Windows 8. Larson-Green lleva en la compañía desde 1993 y trabajó en la experiencia de usuario en versiones anteriores de Internet Explorer. En cuanto a Tami Reller, lleva en Microsoft desde 2001, cuando fue comprada la compañía en la que trabajaba por los de Redmond, y ha estado siempre vinculada en actividades de índole financiera.
<h2>¿Será el Microsoft actual muy diferente sin Sinofsky?</h2>
Para muchos, Steven Sinofsky era el sucesor de Ballmer al frente de Microsoft. Esta salida tan abrupta ha quebrado muchas quinielas y tal vez hasta esperanzas, pues desde varios puntos del mundillo tecnológico norteamericano se esperaba que su sucesión pusiese fin a una era Ballmer que algunos juzgan como nefasta.
Sinofsky ha sido el artífice de la jugada más arriesgada de Microsoft en mucho tiempo, un tipo de apuesta que toda compañía debe emprender cuando corre el riesgo de quedarse estancada, tal y como le estaba pasando a los de Redmond. El resultado todavía está por verse, pero que la presencia de Sinofsky ha contribuido a que Microsoft sea percibida de otra forma es algo innegable.
Sin embargo, todavía es temprano para especular sobre qué es lo que sucederá en un futuro. ¿Su influencia en la compañía era tanta que se podrá hablar de un Microsoft post-Sinofsky? ¿O esta “nueva era” de la que hablaba Ballmer es algo que ha calado profundo más allá de su presencia y él tan sólo era un aporte más? En los próximos meses lo veremos.
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