Desde el pasado mes de febrero, Windows 10 comenzó a recibir su primera tanda de nuevos iconos al estilo Office. Se trata de un gran rediseño que afectará a más de 100 productos de Microsoft, incluyendo al mismo icono de Windows, y que ya han comenzado a aparecer en las versiones estables de Windows 10.
Es probable que este esfuerzo por actualizar el diseño de los principales iconos del sistema tenga que ver con el próximo lanzamiento de Windows 10X, una nueva versión de Windows 10 especial para dispositivos de doble pantalla y que tendrá un menú inicio más al estilo launcher móvil con gran protagonismo de los iconos. El problema es que en el escritorio de siempre, esto viene a añadir otra capa más de inconsistencias de diseño.
La ensalada de iconos de Windows recibe otro ingrediente
Windows 10 está cerca de cumplir cinco años de existencia, y con casi una decena de versiones diferentes, los cambios a través de estas han sido significativos, pero al mismo tiempo Microsoft ha sido, irónicamente, consistente en una sola cosa: las inconsistencias.
La interfaz unificada de Windows 10 sigue siendo un ideal inalcanzable, y los nuevos iconos vienen a construir sobre esa base, una capa más de nuevo diseño sobre otras diez de componentes legacy que se vienen heredando desde hace más de una década.
Los nuevos iconos siguen las líneas de diseño de Fluent Design, y vienen a reemplazar el estilo de iconos monocromáticos planos estilo "modern" que llegaron inicialmente con Windows 10. Pero junto a esos iconos tenemos otros tantos más.
Están los iconos de aplicaciones del sistema viejas como por ejemplo, Paint, que vienen siendo los mismos desde hace más de 10 años y que se usaban en Windows 7. Tenemos los iconos del panel de control que aunque han sido actualizados desde Windows 7, siguen sin seguir las mismas líneas de los nuevos iconos, ni tampoco las de los viejos.
También tenemos iconos monocromáticos de algunas apps como las de Xbox o la Xbox Game Bar que tienen sombras por alguna razón. Incluso el mismo explorador de archivos tiene una variedad de estilos diferentes para las carpetas. Las que aparecen en el menú inicio son distintas a las que aparecen en el explorador, y distintas a las que encuentras en el panel de control.
Y todo eso es sin siquiera mencionar ninguna herramienta de terceros, que suelen ser las que tardan más en actualizar su diseño para adaptarse al sistema, o simplemente nunca lo hacen.
Tenemos apps de la Microsoft Store cuyos iconos son un cuadrado que luce aceptable como baldosa, pero horrible en la barra de tareas, y ahora tenemos que esperar que sean actualizados a estilo Fluent, si acaso.
Microsoft tiene planes evidentes de cambiar varias cosas en el diseño de Windows 10, incluso es casi seguro que las Live Tiles desaparezcan del todo, algo que haría que los iconos cuadrados terminen chocando más aún con el resto.
Esto es un problema que persigue a Windows desde siempre, pero con todas las transformaciones que ha sufrido la interfaz, especialmente post era Windows 8, es cada vez más frustrante el estado del diseño de Windows 10.
Tampoco es algo que tenga altas posibilidades de cambiar o siquiera mejorar, especialmente porque mucho de este problema se debe a los componentes legacy de los que Windows realmente no se puede dar el lujo de prescindir por compatibilidad, pero que tampoco parecen ser suficientemente importantes como para darles un lavado de cara a nivel de diseño.
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