Microsoft ha empezado a usar de nuevo una táctica rodeada de bastante polémica para atraer a los desarrolladores: ofrece 100 dólares por aplicación desarrollada para Windows. La aplicación tiene que ser algo más que un simple acceso directo a una web y tiene que estar presente en la Windows Store antes del 30 de junio.
Hay más condiciones: cada desarrollador tiene derecho a un máximo de veinte retribuciones, con lo que una misma persona puede publicar veinte aplicaciones (diez para Windows y otras diez para Windows Phone) y conseguir un total de 2000 dólares de recompensa. Hay fondos para diez mil aplicaciones.
Con esto pueden generarse varios problemas. En primer lugar, y con estas condiciones, los desarrolladores no se centrarán en generar aplicaciones de calidad sino en generar aplicaciones lo más rápido posible y así asegurarse los incentivos. Y en segundo lugar, este modo de generar contenido no es muy ético que digamos. Se trata de crear una plataforma cuya calidad por sí sola atraiga a los programadores, es como si Microsoft no confiara en su propio sistema para competir en el mercado actual y recurra al dinero para reforzarlo.
Mientras tanto, las cifras de ventas de Microsoft no son del agrado de las compañías como nVidia o Samsung. Este programa de incentivos puede animar un poco el cotarro, pero no creo que sea la mejor forma de hacerlo.
Vía | The Verge
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