Microsoft anunció Windows 11 el pasado 24 de junio de 2021 poniendo mucho enfoque en el "gran rediseño" y la "atención al detalle". Con el anuncio se liberó la primera versión para Insiders en el canal de desarrollo, y semana tras semana, el sistema ha ido recibiendo pequeñas grandes actualizaciones. Desde finales de julio tenemos versión beta también.
Windows 11 sigue estando bastante verde en algunos aspectos, especialmente con el tema del diseño, que han prometido no afectará el rendimiento. Si eres de los que se sienten algo escépticos de que tan pronto como este otoño tengamos un sistema pulido al detalle como dijo Panos Panay, no estás solo. Sin embargo, en menos de dos meses usando el sistema, he visto suficiente como para ser optimista y creer que Windows 11 pinta como el Windows más consistente en diseño en años.
Los menús
Por mi parte soy de las que adora este nuevo Menú Inicio, especialmente comparado con el tema baldosas. Hace años que apenas y hacía uso de él salvo para mirar la baldosa interactiva del clima. El nuevo menú es simple, es más bonito, es más ordenado y es más compacto. Prefiero mil veces los iconos, especialmente los nuevos, y la forma en la que están organizados.
La búsqueda está arriba y es obvia, hay un botón también obvio para mostrar el resto de todas las aplicaciones, hay un botón de perfil para cambiar de usuario o cerrar sesión rápidamente y hay un botón de apagado. Todo está alineado y hay que girar menos la vista y la cabeza para buscar lo que uno quiere. La adición de documentos recientes es un añadido útil, especialmente si trabajas con muchos archivos todo el tiempo.
Es un Menú Inicio que no desperdicia tanto espacio como el de Windows 10, es menos desordenado, y además es completamente consistente con el estilo visual del resto del sistema. En Windows 10 vemos baldosas completas de distintos tamaños combinadas con iconos miniatura dentro de un cuadro, o iconos monocromáticos que nunca se actualizaron, apps con baldosas interactivas por aquí, apps que ni están instaladas por allá, es puro caos.
Lo único que extrañaré del Menú Inicio de Windows 10 es quizás la posibilidad de redimensionarlo a gusto y hacerlo más ancho para añadirle más cosas.
El resto de menús desplegables, los controles en las aplicaciones, las ventanas emergentes, el click derecho, etc. Se han ido actualizando de forma consistente, y actualmente es difícil encontrar algo que ya na tengo los bordes redondeados (sigue sin ser imposible cof - indidacor del volumen- cof).
El Explorador, la Tienda y las apps
El nuevo Explorador es un cambio bastante significativo en relación al anterior, y seguro será un punto de debate y discordia por mucho tiempo. Personalmente soy de las que no gustan del menú ribbon, pero sí extraño algunas cosas de él. Lo bueno es que Microsoft ha ido añadiendo más opciones a su nuevo panel superior 'minimalista' para mejorar la navegación.
Estando en beta, no es difícil pensar que mucho más puede mejorar en ese aspecto con el paso de los días. Salvo por el detalle de que muchas funciones del click derecho terminan escondidas detrás de un "mostrar más opciones", el nuevo Explorador de Windows 11 me gusta más que el de Windows 10.
Incluso con el tema de la atención al detalle, hay cosas pequeñas pero divertidas en este nuevo Explorador, como por ejemplo la opción de establecer una imagen como fondo de pantalla directamente ahí, sin tener que abrir la imagen en tamaño completo. Es una cosa insignificante para algunos, pero un detalle agradable para otros (como yo).
Por su parte, la Microsoft Store de Windows 11 está a años luz de la de Windows 10. No es que el listón estuviese muy alto, sorprende quizás lo poco que ha hecho Microsoft para ponerla por encima, y a la vez lo mucho que afecta su estado. La tienda de apps en este nuevo Windows no solo tiene un mejor diseño, pone más énfasis en las buenas apps, sino que añade lo más importante: contenido.
En Windows 11 tenemos una tienda más parecida a la de Xbox, que es bastante genial. No solo hace la navegación más sencilla y atractiva, sino que ahora hay y habrá más apps. Ya hemos visto aparecer algunos programas clásicos Win32 como el legendario VLC (su versión completa y no la Modern), o Zoom, y seguiremos viendo más con el tiempo.
Mejor todavía es que veremos apps Android, algo que todavía no se ha empezado ni a probar en las versiones Insider, pero una de las promesas más interesantes durante el anuncio oficial.
Y, luego están las apps propias de Microsoft. La empresa recientemente actualizó la herramienta de Recortes para hacer capturas de pantalla, por ejemplo, y también están lanzando versiones actualizadas de Correo, Calendario y la Calculadora.
Incluso una app que en Windows 10 tiende a ser un tanto vergonzosa, la de Recomendaciones, está rediseñada y mejorada en Windows 11, y de hecho tiene una buena tanda de consejos que dar que valen mucho la pena mirar, especialmente en lo que a gestos se refiere.
Lo que se pierde, los extras, lo que cambia
No soy fan de los nuevos Widgets, pero debo admitir que con el paso de los días y las actualizaciones, Microsoft está mejorando su selección y el nivel de utilidad de estos. Además de dar un poco más de control en lo que vemos en ese menú o no. He encontrado personalmente que el nuevo atajo Tecla de Windows+W es una buena forma de ver rápidamente la información del clima ahí.
Control es algo que se tiene todavía en algunos aspectos y que en otros se está perdiendo. Por ejemplo, los iconos de la barra se pueden volver a alinear a la izquierda, pero ya no puedes mover la barra a ningún otro lado de la pantalla. Puedes anclar el icono que quieras a ella, pero tendrás que lanzar la herramienta primero, ya no puedes arrastrar un icono desde el escritorio y soltarlo ahí.
Lo que sí puedes es decidir, si te molestan los iconos de Búsqueda, Teams, Vista de Tareas o Widgets, es esconderlos desde la Configuración. Algunas de estas limitaciones como las de no poder arrastrar y anclar iconos son algo extrañas, a diferencia de mover la barra de posición, que quizás tenga que ver con mantener el estilo del nuevo Menú Inicio en una sola forma y no querer adaptarlo a otras opciones.
El panel de notificaciones sigue siendo algo que no se ve muy bonito visualmente, pero al menos mantiene la consistencia. Mucho más me gusta el nuevo panel de ajustes rápidos, con sus botones y menús sencillos. Las redes WiFi están ahí mismo, y pronto podremos también cambiar entre dispositivos Bluetooth. La integración con Spotify también luce muy bien para controlar la reproducción desde ahí.
La necesidad de ir a sitios como el Panel de Control está bajando casi a cero, especialmente para un usuario doméstico regular, y el nuevo panel de Configuración es no solo más bonito, está mejor organizado y mantiene el lenguaje de diseño al pie de la letra, sino que tiene más opciones que en Windows 10.
Windows 11 sigue lejos de la perfección, y seguro nunca la alcance, pero se notan cada vez más los esfuerzos por hacer consistente un sistema que siempre ha sufrido de total caos en ese aspecto. Han pasado años desde que todos los principales elementos de Windows siguen las mismas líneas de diseño, si pruebas Windows 11 es algo que salta a la vista, que todo parece hecho para Windows 11 desde el principio.
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