Hace pocos días Microsoft actualizó los requerimientos mínimos de Windows 11 y explicaron que permitirán instalar el sistema en equipos no soportados aunque solo bajo el propio riesgo del usuario, solo de forma manual a través de la descargar del ISO, y no se ofrecerán actualizaciones de seguridad vía Windows Update.
Esa "libertad de elección" es quizás peor remedio que enfermedad, porque no ofrece una forma simple y oficial mantener el equipo actualizado, lo que representa un gran riesgo de seguridad. Microsoft no recomienda para nada hacer esto, y han explicado bastante que tiene que ver con la cantidad de pantallazos azules que experimenta el hardware no soportado en Windows 11.
52% más BSOD si no cumples los requisitos mínimos
Los requisitos mínimos de Windows 11, tras ser revisados y considerados, se han plantado firmes en solo en una lista de procesadores de 64 bits compatibles que deja fuera completamente a toda la primera generación de AMD Zen (Ryzen de 2017) y también a casi toda la séptima generación de Intel a excepción del añadido de los Intel Core X-series, Xeon W-series, e Intel Core 7820HQ en algunos dispositivos específicos.
Solo los procesadores posteriores a estas generaciones serán soportados, y los equipos necesitarán al menos 4 GB de memoria RAM, 64 GB de almacenamiento, una GPU compatible con DirectX 12, y deberán tener activo UEFI secure boot y TPM 2.0.
Según Microsoft, los equipos que no cumplen con esos requisitos han mostrado 52% más pantallazos azules (kernel mode crashes) que aquellos que sí los cumplen. Mientras que las máquinas que sí son soportadas, ofrecen una experiencia libre de cuelgues el 99.8% del tiempo.
Esto se debe a la transición a un nuevo modelo moderno de controladores (DHC) que está asociado al software instalado y se coordina a través de Windows Update. Es la forma que tiene Windows 11 de garantizar que tras cada actualización se instalen los drivers adecuados y que funcionen correctamente.
Explican además que, en hardware no soportada, los cuelgues de aplicaciones son 17% más probables, y para sus propias preinstaladas por defecto ven hasta 43% más cuelgues. Así que, para la empresa no es solo el requerimiento de seguridad que necesita el uso de TPM, sino que en el hardware que han dejado fuera, la experiencia parece ser más caótica.
Microsoft también explica que su "compromiso con la compatibilidad sigue siendo fuerte", y esto significa que simplemente es posible actualizar a Windows 11 y todo el sistema y las aplicaciones críticas funcionarán probablemente independientemente del hardware, pero han decidido elevar los requerimientos mínimos para ofrecer la mejor experiencia posible.
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