Todos sabemos que Windows es como ese cajón de la cocina de la abuela: conserva de todo. Sus mismos ex empleados han hablado de cómo en Microsoft a veces es imposible deshacerse de algo. Pero así como Windows conserva hasta cosas de la era de MS-DOS o Windows 3.1 por la bendita retrocompatibilidad, también conserva "errores", y colecciona inconsistencias en diseño como ningún otro.
El indicador de volumen de Windows 11 es solo un pequeñísimo ejemplo de ello, uno que finalmente ha sido actualizado para mantener la coherencia con el resto del sistema. Y es que si no te habías fijado, el indicador de volumen en Windows 11 es el mismo que se estrenó con Windows 8 hace 10 enormes años.
Uno de tantos detalles ignorados de Windows 11
Ahora que han pasado más de tres meses desde el lanzamiento de Windows 11, es cuando el indicador de volumen finalmente ha llegado al baile para unirse al nuevo diseño del sistema, eso sí, lo ha hecho en la última build para Insiders de Windows del canal Dev.
Esto quiere decir que los usuarios de la versión estable de Windows 11 tendrán que esperar más para quitarse ese pequeño malestar visual de encima. Por un lado quiero estar alegre de que este tipo de detalles se vayan resolviendo y por otro permanezco indignada con el estado en el que se lanzó Windows 11.
Esto me resulta increíblemente chocante porque, cuando Microsoft anunció en junio de 2021 que tendríamos nueva versión de Windows, completamente de la nada sin presiones ni expectativas, dijeron que sería una revolución visual con "atención al mínimo detalle", y sí, Windows 11 fue el Windows de los detalles... de los detalles ignorados.
La cantidad de cosas a medio hacer de Windows 11 da para llenar una lista, y hay a quiénes les basta con 10 minutos para decepcionarse de su estado. Entre un rediseño incompleto, funciones perdidas, y funciones prometidas que no llegaron de lanzamiento (cof apps Android cof), está claro que Windows 11 se pudo beneficiar demasiado de esperar.
Durante estos meses post-lanzamiento hemos visto como Microsoft ha ido corrigiendo fallos, prometiendo el regreso de funciones útiles que se perdieron, y afinando detalles como el diseño nuevo de varias apps presinstaladas, y detalles pequeños como este del indicador de volumen.
Es por ello que no me cabe en la cabeza que Windows 11 se haya lanzado en el estado en que se lanzó, pudiendo haber tenido un estreno mucho más maduro y afinado durante 2022. En su lugar tuvimos esto, y ahora que el modelo de actualización es anual, tendremos que esperar a otoño de este año para recibir la primera gran actualización del sistema, y ver si nos dan todo lo que nos prometieron.
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