Sabemos que si dependiera solo del equipo de diseñadores, Windows se vería muy diferente, pero para que estos cambios se hagan realidad deben pasar por un proceso muy largo y al final son los ingenieros quienes deciden si integrar o no lo que hacen en diseño.
Michael West que es también diseñador y le apasiona el tema de la experiencia de Windows en el escritorio, ha publicado una serie de conceptos llevando un poco más allá Fluent Design en Windows 10 y los ha bautizado 'Fluid Desktop'. La verdad es que lucen más que interesantes.
El escritorio fluido
Quizás lo más interesante de todo esto, es que a diferencia de otros conceptos que hemos visto de Windows con diseños novedosos y diferentes, los de West no son demasiado descabellados y quizás están más cerca de ser algo viable y que veríamos en Windows 10 si Microsoft tuviese una pizca más de atrevimiento.
La parte más llamativa de este 'Fluid Desktop' es evidentemente la barra de tareas flotante, es quizás también la más improbable, pero justo por eso es también lo más divertido. West también muestra como se verían en su concepto los nuevos 'Sets', las nuevas pestañas inteligentes que agrupan aplicaciones y que llegarán pronto a Windows 10.
Menos desorden, más simplicidad
Los cambios que propone Michael no son drásticos, solo son ideas para rediseñar la shell para que sea más limpia y más inteligente. Simplemente eliminar un poco el desorden y reempazarlo por algo más minimalista.
Otra parte genial de las ideas de West y que no aparece en este concepto, es un rediseño de la bandeja del sistema que propuso el diseñador antes:
Un cambio tan simple y que busca justamente deshacerse del pequeño desastre de iconos que se acumulan en esa bandeja desde hace más de media docena de versiones de Windows. Ese fue justamente el primer paso para idear esa barra de tareas flotante, una que se extiende conforme se abren apps.
Y luego, por supuesto, ajustar el menú de inicio a esa nueva barra, y mover cosas como Cortana al otro lado, al lado del Centro de Actividades. Es solo una idea, y no luce nada mal, aunque seguramente le sobren detractores.
Desde que Microsoft presentó su nuevo y refrescante lenguaje de diseño, muchos nos emocionamos por el mar de posibilidades que se abrían para un Windows 10 más moderno y bonito.
Pero, lamentablemente, Fluent Design no ha sido el gran cambio con el que algunos soñaban, sino una serie de pequeños detalles que Microsoft ha ido añadiendo con excesiva timidez en las últimas actualizaciones mayores del sistema operativo.
Poco a poco vemos algunos cambios, unas transparencias por aquí, unos nuevos iconos por allá, muchas inconsistencias entre las mismas apps del sistema, y un ciclo eterno de rediseño que sigue avanzando a pasos muy tímidos. Algo que probablemente se mantenga así por mucho, mucho más tiempo.
En Genbeta | Así se vería Windows 10 con más Fluent Design si dependiese solo de los diseñadores en Microsoft
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