Desde su lanzamiento en 2015, Windows 10 ha sido criticado duramente por la enorme cantidad de datos y eventos del sistema que recopila, para, según Microsoft ofrecer la mejor experiencia de uso posible. Si lo has instalado alguna vez desde cero tendrás alguna idea de a que nos referimos, la cantidad de opciones de seguimiento que puedes aceptar o no, total o parcialmente, es bastante larga.
Basta con mirar las opciones de privacidad desde la configuración para hacerte una idea del nivel de escrutinio al que está expuesto tu ordenador. Y es que a pesar de poder desactivar muchas cosas, hay otras que siempre permanecen ahí. Es aquí donde puede serte útil una herramienta como WPD.
Portable, gratuita, sin anuncios y con soporte para Windows 7, 8.1 y 10
Esta no es la primera ni será la última utilidad disponible para desactivar características de Windows 10 en busca de mayor privacidad. Antes hemos hablado de opciones como BlackBird o ShutUp10, sin embargo, WPD destaca por tener una interfaz gráfica de fácil uso, no necesitar instalación y ofrecer una forma simple de quitar software de Windows 10 que no se puede desinstalar desde el sistema.
Solo tienes que descargar el zip desde la web oficial, extraerlo en cualquier lugar de tu preferencia y ejecutar WPD.exe para ir seleccionando los ajustes que quieres cambiar. WPD ofrece tres tipos de operaciones. Primero están los ajustes de privacidad básicos a través de políticas de grupo locales, servicios, tareas y otros ajustes que sirven para la recolección y transmisión de datos.
Estos pueden incluir desde desactivar los programas de mejora de experiencia que recopilan información sobre nuestro hardware y su uso, hasta deshabilitar Cortana permanentemente. Luego tienes el bloqueador de direcciones IP de telemetría de Windows.
Este sirve para evitar que tu ordenador se comunique con los servidores de Microsoft que recogen o transmiten datos a tu PC. Debes tener cuidado con lo que activas aquí si quieres seguir usando todas las funciones de Windows. Bloquear todas estas IPs puedes deshabilitar desde Skype y OneDrive, hasta el mismo Windows Update.
Y finalmente tienes el desinstalador de aplicaciones que te deja eliminar todo el software que incluye Microsoft en Windows 10, incluyendo apps que por defecto no se pueden eliminar, incluso la misma Microsoft Store.
Antes de empezar a bloquear cosas a diestra y siniestra te recomendamos que leas la documentación de la herramienta, especialmente si no quieres terminar con un Windows 10 algo roto. Este tipo de herramientas tienen ventajas y desventajas, y someterse a la telemetría de Windows es un sacrificio que muchos están dispuestos a hacer por la experiencia de uso que ofrece el sistema.
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