Como os hemos contado hace un par de horas, Steve Ballmer ha anunciado que se retirará dentro de doce meses. Obviamente eso implica que Microsoft se va a encontrar con un nuevo director ejecutivo tras la más ambiciosa de sus reestructuraciones. Puede que sea el momento más oportuno para cambiar la cabeza más visible de su cúpula.
Y el nuevo CEO, al frente de la compañía de Redmond, también va a encontrarse de lleno con un mercado bien cambiante que, además, me atrevo a afirmar que ha sido creado por la propia Microsoft y Windows 8 (que por ese entonces puede que sea Windows 8.2). Concretamente voy a resaltar cinco desafíos a los que va a enfrentarse esta Microsoft post-Ballmer.
PC: transformándose para desaparecer
No hay más que darse un paseo por las grandes superficies y ciertas tiendas de informática para darse cuenta de que el PC tal como lo hemos conocido hasta ahora está tendiendo a desaparecer. Y los fabricantes lo saben.
Solo es necesario ver Windows 8 y su clara aspiración a lo táctil para ver que Microsoft también lo sabe. También podemos ver las propuestas de los fabricantes que crean ordenadores de sobremesa que pueden utilizarse como tableta comunitaria, u ordenadores portátiles transformables en pequeñas tabletas que podemos utilizar allá donde vayamos, con potencia equivalente a un buen ordenador personal.
El clásico ordenador de sobremesa o portátil en el que Windows ha sabido desenvolverse tan bien todos estos años está desapareciendo, o mejor dicho, se está transformando en otro tipo de dispositivos con los más diversos factores de forma que podamos imaginar. Probablemente siga existiendo pero más como un producto de nicho o como opción para cierto tipo de dispositivos.
Un buen desafío de Microsoft será conjugar sus interfaces orientadas a lo táctil con una versión plenamente usable con teclado y ratón, y saber vender este producto. Tampoco hay que dejar de tener en cuenta que va a tener que dar soporte y ofrecer una gran experiencia de usuario en muchos tipos distintos de dispositivos (portátiles con pantalla táctil, tabletas convertibles de diversos tamaños, con o sin bolígrafo...).
Tablets: del escritorio a nuestro regazo
Si el PC como lo conocíamos está desapareciendo, las máquinas táctiles del tamaño de nuestro regazo están surgiendo con una fuerza brutal. Windows 8 está plenamente adaptado a este tipo de dispositivos.
No obstante Microsoft todavía no ha podido obtener una presencia suficientemente amplia en el mercado de los dispositivos táctiles, a pesar de que su software incluyó soporte para este tipo de aparatos desde la época de las tablet PC con Windows XP.
Microsoft ha realizado, de hecho, su primera incursión al mercado de las tabletas con sus dispositivos Surface. A pesar de que la versión con ARM no ha tenido la acogida esperada, las críticas de la versión Pro han sido casi inmejorables, y la próxima versión de su sistema operativo todavía deberían mejorarlas más.
Otro desafío para la Microsoft post-Ballmer será saber vender sus productos al consumidor y, sobre todo, saber posicionarlo en el mercado para tener una presencia que plante cara a las infinitas tabletas con Android y al omnipresente iPad de Apple.
Smartphones: Windows Phone, el incomprendido
Windows Phone era una mejora muy necesaria para la presencia de Microsoft en el mercado de los móviles. Llegó cuando el mercado estaba más o menos consolidado aunque con una propuesta bastante fresca, con ideas nuevas que poco a poco están llevando a la plataforma a posicionarse en el mercado, llegando a ser segunda opción en ciertos países.
No obstante Windows Phone todavía tiene varios lastres de los que deshacerse. El ecosistema de aplicaciones no es tan amplio como el de Android, aunque la verdad es que las aplicaciones más grandes están, de una forma u otra. Por otra parte, la marca Windows le ha traído a la plataforma ventajas y disgustos. La marca es muy reconocida, sí, pero también es reconocida por malas famas de productos del pasado.
Todavía hay mucho camino para Windows Phone y su futuro, desde mi punto de vista, pasa por la unificación casi total con la plataforma mayor. Poder ejecutar aplicaciones de Windows Phone en las tabletas Windows RT y Windows 8 sería ideal, aunque fuera de forma remota (conectando nuestro teléfono y ejecutando las aplicaciones en el ordenador, o ejecutándolas en el teléfono y viendo la pantalla en nuestra tableta).
Y, dejando caer la idea, creo que sería ideal para muchos poder usar su teléfono como thin client, conectándolo a un dock con pantalla, teclado y ratón (o a algo del tipo Motorola Atrix, pero universal para todo teléfono Windows Phone). El mercado empresarial probablemente agradezca esto mucho, y serviría para posicionar y destacar la plataforma en ese mercado concreto.
Servicios online: mucho camino por recorrer
Los servicios online de Microsoft se han caracterizado durante mucho tiempo por tener unos servicios online en perpetuo segundo puesto, suponiendo tradicionales pérdidas económicas para la compañía. A pesar de tener una base de usuarios fiel, hay que reconocer que en este ámbito casi siempre ha estado a la sombra de Google.
En el pasado tuvo éxitos notables: todos hemos utilizado Messenger y todos hemos tenido una cuenta de Hotmail. Y luego llegó Google con su servicio de correo, y se llevó a una gran masa de usuarios a su servicio. Hoy Outlook.com está en primera línea, pero no en el primer puesto. Y no tantos usuarios lo utilizan habitualmente o como cuenta primaria.
Desde luego Microsoft no puede permitirse no tener servicios online, máxime cuando su futuro pasa inexorablemente por integrar la nube con sus productos. Aunque Bing tenga el segundo puesto, es un segundo puesto necesario tanto para la compañía como para el mercado.
Además de eso, Microsoft debería saber posicionar y potenciar su software as a service, como es el caso de Office 365. Ofrece ventajas al usuario que hace que claramente sea la opción a tomar (y no es la única empresa que ha optado por este modelo: no hay más que ver el caso de Adobe).
La nube: el futuro está en el cloud
Azure ha supuesto para Microsoft todo un triunfo. Aunque tampoco tenga el primer puesto en el mercado, se trata de un servicio también necesario, tanto para ofrecer los servicios a los desarrolladores de aplicaciones para la plataforma como para ofrecer servicios de cloud computing a empresas cuyos sistemas estén basados en la tecnología de Microsoft.
La verdad es que no se me ocurre cómo podría mejorar Microsoft este servicio, más allá de ajustar todavía más los precios para posicionarlo frente a Amazon. Ofrecer más niveles de redundancia tampoco estaría mal.
Conclusión
Desde mi punto de vista estos cinco son los cinco pilares a los que se enfrenta la Microsoft de servicios y dispositivos, y los cinco desafíos a los que deberá enfrentarse su próximo director ejecutivo.
Es responsabilidad del comité encargado de ello elegir a un profesional capaz de llevar las riendas de la compañía en tantos frentes distintos. Y no dudo que serán capaces de encontrar a alguien.
Imagen | Robert Scoble
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