Windows 8 ya lleva unos meses entre nosotros, y estoy seguro de que muchos ya lo tenéis (tenemos) instalado en nuestros ordenadores, usándolo a diario. De ser así estoy seguro de que os habréis dado cuenta, al igual que yo, de que tiene todavía algunos detalles molestos o que, por lo menos, tienen que mejorar con una cierta urgencia.
Windows 8.1 (o como lo llamábamos antes, Windows Blue) parece la oportunidad perfecta para que Microsoft se redima y mejore todavía más un sistema operativo que tiene mucho potencial pero al que le urge pulir ciertos detalles. Desde mi punto de vista, hay cinco cuestiones que podrían mejorar y mucho la experiencia del usuario al usar su equipo.
Multitarea más flexible
En Windows 8 tenemos la posibilidad de acoplar dos aplicaciones propias (siempre que sean aplicaciones "estilo Windows 8", dejando aparte de momento al escritorio clásico). Puede ser interesante, pero en pantallas grandes da irremediablemente la impresión de estar desaprovechando espacio. ¿Si tengo una pantalla 1080p, qué me impide poder tener, por ejemplo, el lector de documentos en un lado y un editor en el otro?
Windows 8.1 ya vimos que seguramente traerá mejoras en este sentido. Como mínimo, deberíamos poder tener dos aplicaciones ocupando cada una la mitad de la pantalla. Pero voy más allá. ¿Qué tal la multitarea "vertical"? Hay quien usa monitores verticales y podría estar muy bien poder tener esa misma separación, pero en horizontal: una aplicación arriba, y otra aplicación abajo.
Incluso podríamos ir un poco más allá, y directamente permitir un modo de multitarea similar al de Windows 1.0: aplicaciones que no se solapen, pero que podamos colocar como nosotros queramos a lo largo de la pantalla. Aunque esto incrementaría la complejidad a la hora de diseñar interfaces para aplicaciones de Windows 8, dado que tendrían que ser en todo caso adaptativas.
Más integración entre aplicaciones de Windows 8 y del escritorio clásico
Una de las mayores críticas que se le hace a Windows 8 es la casi obligatoriedad de estar saltando entre dos interfaces radicalmente distintas. Y yo añado un problema más: las aplicaciones de un entorno no pueden comunicarse de ninguna manera con las del otro, y viceversa.
Como ejemplo, algo que he sufrido muchas veces: estoy viendo una página en Internet Explorer 10 (la versión Windows 8), quiero compartirla por correo, y no puedo a no ser que utilice las aplicaciones de Windows 8; no puedo utilizar Outlook 2013. Tampoco puedo compartir, por ejemplo, una cita del documento que estoy leyendo en Word en la aplicación de Twitter para Windows 8.
Podríamos ir un poco más allá, y ya que se mejora la multitarea, bien podría mejorarse la integración entre aplicaciones abiertas. A mí me encantaría poder arrastrar una fotografía desde la aplicación de Fotos hacia el cargador de Flickr, abierto en la otra mitad de la pantalla.
Las aplicaciones en un sistema operativo son aplicaciones sin importar el entorno en el que se ejecuten, y deberían tener mecanismos para comunicarse entre ellas. De ese modo, además, podría evitarse tener aplicaciones duplicadas (porque las versiones de Windows 8 de Skype y SkyDrive, cuando tengan todas las características de sus hermanas de escritorio, serían perfectamente usables en todo tipo de equipos, por poner dos ejemplos).
Windows 8 en entornos multimonitor
En mi caso, cuando trabajo en casa, lo hago con un ordenador de sobremesa y dos monitores. Y me saca de quicio tener en un lado el escritorio clásico y en el otro la interfaz de Windows 8 (o, en el peor de los casos, solo el escritorio clásico). ¿Por qué no puedo tener, en las dos pantallas, aplicaciones de Windows 8?
Desde mi punto de vista no hay ninguna razón lógica para tener esta limitación, a todas luces artificial. Admito que la pantalla de Inicio se muestre solo en una pantalla, ¿pero por qué no puedo tener Internet Explorer abierto en un monitor y la aplicación de fotos en la otra?
No veo razón lógica para esto, la verdad. Y os soy sincero: dudo que hagan cambios en este sentido. Ojalá me equivoque.
Dispositivos más conectados entre sí
Windows 8 incluye por defecto integración con las cuentas de Microsoft, de manera que podemos iniciar sesión con las mismas credenciales que usamos para acceder a Outlook.com. Y esta integración permite que se sincronicen ciertas configuraciones entre varios equipos.
No obstante creo que podrían ser bastante más generosos en este sentido, sincronizando también las tiles que tenemos en la pantalla de Inicio, permitiendo sincronizar automáticamente las aplicaciones (dando opción para seleccionar cuales no queremos sincronizar, eso sí) y permitiendo sincronizar también la configuración de aplicaciones de terceros sin necesidad de nada extra por parte ni del desarrollador ni del usuario, aprovechando la infraestructura de la que ya dispone.
De ese modo tendríamos una única experiencia en todos nuestros equipos; portátiles, sobremesa, tabletas con Windows 8.
Ecosistema: todavía tiene que mejorar
El último punto confieso que me ha costado un poco escribirlo. Hay que reconocer que esto no depende del todo de Microsoft, dado que son los desarrolladores independientes los que tienen la oportunidad de darle un empujón a la tienda de aplicaciones de Windows 8. Todavía hay aplicaciones que faltan y que se echan mucho de menos: Spotify, sin ir más lejos.
No obstante, si Windows 8.1 incluye mejoras a nivel de librerías en WinRT para que los desarrolladores puedan hacer más y mejores aplicaciones, tarde o temprano acabarán apareciendo, y el ecosistema seguirá creciendo.
¿Se os ocurren más mejoras interesantes que Microsoft podría llevar a cabo en futuras actualizaciones del sistema operativo? Imaginar es gratis y, quién sabe, lo mismo alguien de Redmond está leyendo estas líneas y se anima a enviar este feedback a los responsables de Windows.
Imagen | Filip Skakun
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