Hace algún tiempo que el equipo de diseño de Microsoft tiene un blog en Medium en donde comparten detalles sobre el proceso creativo dentro de la empresa y los cambios en los que trabajan para mejorar la apariencia de Windows 10 y sus aplicaciones.
Fluent Design está en el centro de todo, el lenguaje de diseño que fue desvelado en mayo de 2017, siempre ha lucido muy llamativo y prometedor, aunque hasta la fecha los usuarios solo lo hemos visto afectar el cómo luce Windows en un porcentaje muy, muy mínimo.
Un Windows más "Fluent"
En el más reciente post publicado por Ruediger Kinast, diseñador de producto de Outlook y Office 365, podemos echar un vistazo a todos los conceptos en los que trabajaron los de diseño para darle un toque más "Fluent" a las aplicaciones de Correo y Calendario.
Hay diseños verdaderamente llamativos y modernos y no es difícil sentirse un poco (o muy) decepcionado al final, cuando vemos los pocos cambios que terminan llegando a las aplicaciones, cambios que en algunos casos ni se notan.
Kinast explica también cómo empezaron a pensar y trabajar en nuevos diseños incluso antes del 2015, y no fue sino hasta 2017 que los ingenieros pudieron siquiera tocar sus rediseños.
La (triste) realidad para el equipo de diseño es que por más bonitas y llamativas que sean sus ideas, el proceso para integrarlas en el sistema es sumamente complejo. Además no pueden lanzar la casa por la ventana y hacer cambios radicales puesto que alterar funciones claves por un rediseño en apps que usan millones de personas es algo que tienen que considerar con mucho cuidado.
El gran rediseño de Windows sigue siendo solo un concepto
Si a algo podemos llamar radical sin dudas, fue a ese vídeo de presentación de Fluent Design que mostró Microsoft en 2017. Prácticamente nada de lo que se ven en esas imágenes, claramente conceptuales, ha llegado a existir en el _Windows de la vida real_.
Sin embargo, Kinast no descarta que esos cambios más radicales lleguen a suceder en algún momento, solo que de forma bastante lenta y gradual. Así es como Microsoft ha dicho que funcionará la integración de Fluent Design en Windows 10 después de todo.
Los más interesados en diseño pueden leer en detalle el proceso de cada decisión explicado por el diseñador, desde todo lo que se considera para cambiar o no el fondo de una app, hasta el debate por las animaciones para mostrar los menús laterales.
Al usuario que quiere ver cosas nuevas en Windows quizás lo que más le interese de todo esto es que sí están trabajando en un tema claro, quizás no estén tan lejos los días de una barra de tareas blanca en Windows 10.
Si algo queda claro con esto, es que existe una clara separación entre el trabajo del equipo de diseño y los ingenieros que al final son los que implementan los cambios en Windows.
El proceso para tomar decisiones suena como una horrible burocracia tecnológica que podría causar pesadillas a cualquiera. Windows es un sistema operativo usado en al menos 600 millones de dispositivos en la actualidad, y no vas a querer alienar a ninguno de esos usuarios con cambios demasiado drásticos.
No es igual cambiar el diseño de solo una app de correos, que de todo un sistema operativo y sus aplicaciones, que tienen también sus propios equipos. La gente que trabaja en el calendario y el correo no es la misma que trabaja en las apps de música y vídeo, las de noticias y el clima, o Microsoft Edge, o el Explorador de archivos, o la Shell de Windows.
Mantener todas esas partes consistentes resulta claramente un reto. Y es algo que los usuarios seguimos notando en Windows, aunque al menos parecen ir por un buen camino y aumentando sus esfuerzos cada vez más en el apartado visual.
En Genbeta | Un diseñador imagina el administrador de tareas y el explorador de Windows 10 con Fluent Design
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