Todas las empresas luchan por colocar sus productos y ser líderes en el mercado. Claro que cuando se alcanza esta meta surgen otro tipo de problemas. Durante años el líder entre los sistemas operativos ha sido Microsoft. Con la explosión de los sistemas operativos móviles en los últimos años, Android se alza con la mayor cuota de mercado. Y ambos parecen que han sufrido problemas semejantes, por lo menos parece que Android y Windows tienen vidas paralelas.
Muchos dirán que no eran el mejor sistema operativo en cada una de sus plataformas. Puede que tengan razón, pero no voy a entrar aquí en este tema. El caso es que cada uno con sus armas, apoyados en fabricantes, con licencias o con tiendas de aplicaciones y publicidad, sacan tajada de su dominio del mercado.
El malware, el mal del líder
Ser líderes también implica que hay un mayor número de ojos puestos en nosotros. También los ojos de los chicos malos, que tratan de aprovechar los agujeros de seguridad del sistema para sacar un beneficio de ello. Microsoft, tras años de malas experiencias ha conseguido moderar bastante la incidencia del malware. Tanto que lo ha desplazado a software trasversal, que se instala en todas las plataformas, como Java o Flash, por citar dos ejemplos.
Android empezó mal en este caso, son sonoros fracasos en el control de sus aplicaciones que se distribuían desde su tienda. Pero ha mejorado muy rápido, y aunque la cifras del malware en Android de disparan en comparación con el año pasado, aunque matizadas por el crecimiento del propio sistema.
Sin embargo, si miramos la cantidad de alternativas de herramientas de antivirus que tenemos en Android con respecto a otros sistemas es mucho mayor. Es cierto que falta mucho experiencia con el sistema, lo que llamamos sentido común, que no es otra cosa que acabar aprendiendo de nuestros errores o los ajenos. Google Play ha mejorado mucho el control de las aplicaciones.
¿Problemas de rendimiento?
Otra de las coincidencias de ambos sistemas está en la optimización de los recursos de hardware. Ambos llegaron en una frase temprana de cada una de sus plataformas, en los inicios del PC, Windows, y del smartphone moderno, Android. Por lo tanto, los fabricantes viendo el potencial de ventas, optan por mejorar el hardware de los equipos.
Más memoria RAM, más capacidad de almacenamiento, mejores pantallas, baterías con más capacidad que nunca son suficientes, etc. El camino emprendido en ambos casos es el de conseguir mayor potencia, no un mejor rendimiento del sistema. El sistema progresa en sus distintas versiones y cada vez va necesitando un mayor número de recursos para moverse.
Al igual que en Windows surgieron una gran cantidad de herramientas para optimizar el sistema, en Android nos encontramos también con todo tipo de herramientas que nos ayudan a mejorar el rendimiento del sistema. Claro que en Android contamos con la posibilidad de instalar nuestra propia ROM, que muchas de ellas están diseñadas para mejorar este aspecto en determinados móviles.
Empresas sin hardware, por el momento
Por último, una última similitud en estas vidas paralelas es el apoyo que ambas empresas tienen en los fabricantes de hardware. Reparten sus ganancias con los fabricantes de equipos, ya sean informáticos o de teléfonos, unos se quedan con las ganancias por licencias, la publicidad o la venta de aplicaciones, y el fabricante tiene sus propios márgenes.
Ninguno de los dos fabrica sus propios dispositivos. Google ha intentado mantener un dispositivo de referencia con la gama Nexus, ofreciendo una experiencia Android pura. Microsoft ha intentado marcar el camino, por lo menos en lo que a tablets se refiere con la Surface.
En parte de esta forma se explica esta obsolescencia programada que hace que el móvil de hace apenas dos años hoy casi no pueda mover la última versión de Android. Fabricantes que no actualizan, pues no interesa económicamente, y como resultado tenemos una fragmentación que es muy complicado de limitar. Este ciclo es similar en el PC aunque se alarga más en el tiempo.
Y también ofrecen dispositivos para todo tipo de público, desde una gama baja de entrada hasta una gama alta. Microsoft y Android ofrecen una gran horquilla de dispositivos, y eso en parte contribuye a su universalización. Sólo el tiempo nos dirá hasta donde duran estos caminos paralelos y hasta cuando mantendrán este lugar de privilegio.
En Genbeta | Windows Phone: tercer sistema operativo móvil en varios países europeos
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