Analizar las experiencias que uno puede vivir al utilizar servicios de consumo colaborativo no es una tarea sencilla. Al fin y al cabo, "este tipo de consumo":https://www.genbeta.com/web/que-es-el-consumo-colaborativo se caracteriza por su elevado carácter social y la importancia de las relaciones interpersonales que se establecen entre prestadores y prestamistas. Alojarte en AirBnb en vez de en un hotel son experiencias completamente diferentes, al igual que lo es alquilar un coche o comprar un billete de autobús en vez de compartir carretera y coche en BlaBlaCar.
A pesar de lo difícil que resulta caracterizar este tipo de servicios sí que existen una serie de cualidades que hacen que utilizar servicios de consumo colaborativo sea una experiencia diferente a otros servicios. Diferente, que no mejor ni peor. Esto es lo que yo me he encontrado al utilizar plataformas como AirBnb o BlaBlaCar.
Una experiencia social: ya lo hemos comentado en la introducción de esta entrada pero es un aspecto a destacar. Compartir coche en BlaBlaCar u hospedarte en un apartamento alquilado a través de AirBnb (o en la casa de un desconocido) es una experiencia sumamente social y marcada por el contacto personal. En mi caso cuando utilicé AirBnb en el País Vasco tuve que compartir casa con una familia con dos niñas pequeñas y, aunque pueda parecer un incordio, a poco que pases varios días con ellos y te traten bien acabarás cogiéndoles cariño.
Si viajas de Madrid a Santiago de Compostela en un mismo coche con otras cinco personas tendrás que dejar la vergüenza o la timidez en el borde de la carretera, antes de subirte al coche. Esto tiene una serie de ventajas para los que les gusta conocer a gente nueva pero también desventajas para los tímidos e introvertidos. Una importante proporción de la población no se siente cómoda estando sola y con servicios como BlaBlaCar, Carpooling, Lyft y similares evitarás estarlo. Es una experiencia diferente a viajar en autobús o transporte pero que, como veremos a continuación, también tiene sus inconvenientes.
Mejor solo que mal acompañado: antiguo refrán que en el caso de los servicios de "consumo colaborativo":https://www.genbeta.com/tag/consumo-colaborativo cobra una mayor importancia. Así como uno se puede encontrar gente muy maja con la que compartir un viaje --o una casa-- también te puedes encontrar gente pesada, plastas que no se callan ni a la de tres y que no te permiten desconectar o disfrutar del viaje. Lo peor de todo es que en el caso de los medios de transporte no tienes escapatoria y tendrás que aguantar a ese tipo de personas durante las horas que dure el viaje.
Puedes probar a ponerte los cascos --algo que yo hice durante unos minutos-- pero no es algo agradable cuando viajas con más personas.
Una experiencia barata (o menos cara): aunque existen excepciones, utilizar servicios como BlaBlacar, Carpooling o AirBnb supone un ahorro de dinero. Un viaje de Madrid a Santiago en un coche compartido puede salir por 20 ó 30 euros por persona; un billete de tren no suele bajar de 30 euros y los de avión --salvo contadas ofertas-- tampoco. En el caso de AirBnb y el sector de la hostelería sí que es posible encontrar hoteles u hostales más baratos pero que probablemente ofrecerán un peor servicio o unas instalaciones menos adecuadas a las necesidades de los huéspedes.
En mi estancia en el País Vasco pude tener mi propia habitación durante una semana por menos de 75 euros, una cifra impensable en otro tipo de establecimientos.
Cuidado con lo que pagas: los servicios de consumo colaborativo pueden considerarse como más sinceros que los tradicionales. Sin embargo, esto no quiere decir que las sorpresas desagradables no puedan ocurrir. Un conductor que no está en condiciones de ponerse al volante, un conductor temerario, un huésped que alquila una casa o habitación que no tiene lo mínimo necesario o que no se parece en nada a la de las fotos, etc. Por ello es importante tener claro lo siguiente: que una persona que ofrece un servicio de este tipo te _time_ no quiere decir que todos lo hagan y que el consumo colaborativo no valga para nada.
Que se lo digan a los tres chicos de Valencia que "compartieron coche con un fugitivo":http://www.lasprovincias.es/v/20131106/sucesos/tres-jovenes-implicados-persecucion-20131106.html que no quería parar el coche y que acabó siendo perseguido por la Guardia Civil.
Responsabilidad moral (si es que existe): otro aspecto a tener en cuenta --y que ya apareció en los comentarios de la "entrada de la semana pasada":https://www.genbeta.com/tag/consumo-colaborativo-- es el hecho de que muchos de estos sectores todavía no están regulados. Esto supone que mientras que alojándonos en un hotel pagamos impuestos (y el hotel cumple unos mínimos de seguridad), utilizando AirBnb no. Lo mismo ocurre con BlaBlaCar, Carpooling y otros servicios similares. Esto no quiere decir que las empresas creadoras de dichas plataformas no paguen impuestos --lo hacen como todas-- sino que estamos ante una actividad no regulada.
En Genbeta | Consumo colaborativo Imagen | Nicholas Wang
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